Esta es la razón por la que te muerdes las uñas sin darte cuenta y sus riesgos para la salud


         Esta es la razón por la que te muerdes las uñas sin darte cuenta y sus riesgos para la salud

Este hábito compulsivo, que suele aparecer en la infancia o adolescencia, puede convertirse en un problema más importante de lo que pensamos, no solo a nivel emocional, sino también físico. Descubre qué lo provoca y cómo superarlo.

La onicofagia, el hábito de morderse o comerse las uñas, es un trastorno compulsivo que afecta a muchas personas en España, especialmente durante la niñez y la adolescencia. Más allá de un simple "tic" o manía, este comportamiento puede desencadenarse ante situaciones de estrés, ansiedad o nerviosismo, convirtiéndose en una válvula de escape emocional con consecuencias tanto psicológicas como físicas.

Según explican los expertos de De Salud Psicólogos, la onicofagia puede derivar en lesiones en dedos y manos, como deformaciones en la cutícula, infecciones bacterianas o de hongos, fracturas y desgaste dental, problemas mandibulares e incluso deformaciones en los propios dedos. Pero, ¿qué hay detrás de este trastorno? Los especialistas señalan que suele ser una respuesta ante dificultades, traumas pasados, problemas personales, insatisfacción o miedos.

Asimismo, morderse las uñas compulsivamente puede ser un reflejo de otros problemas emocionales, como baja autoestima, inseguridades, frustración o timidez, así como una reacción ante cambios o presiones en el ámbito laboral, familiar o académico. Sin embargo, esta acción puede tener en muchos un efecto calmante y servir de válvula de escape ante una situación angustiosa.

¿Cómo dejar de morderse las uñas?

Para hacer frente a la onicofagia, los expertos recomiendan empezar por identificar los momentos y situaciones que desencadenan este comportamiento. Ser conscientes de nuestra conducta y las emociones asociadas nos permitirá desarrollar estrategias alternativas para canalizar esos sentimientos de una forma más saludable.

En este sentido, la terapia psicológica cognitivo-conductual puede ser una herramienta muy eficaz, ya que ayuda a gestionar las emociones y evitar que recurramos a mordernos las uñas como un impulso ante situaciones que nos generan angustia, estrés o ansiedad. Además, existen pequeños trucos como usar esmaltes de sabor amargo, mantener las manos ocupadas con otros objetos o arreglarse las uñas regularmente, que pueden servir de apoyo en el proceso.

Un trastorno que va más allá de lo estético

Aunque a menudo se asocia la onicofagia únicamente con un problema estético, lo cierto es que sus implicaciones van mucho más allá. Este hábito compulsivo puede ser reflejo de un malestar emocional subyacente que requiere atención y tratamiento psicológico.

No se trata solo de lucir unas manos bonitas, sino de cuidar nuestra salud mental y física, aprendiendo a gestionar nuestras emociones de una forma más saludable y adaptativa. Si el morderse las uñas se ha convertido en un problema para ti, no dudes en buscar la ayuda de un profesional.

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