La función interoceptiva, conocida por ser misteriosamente el sexto sentido del cuerpo humano, revela cómo percibimos nuestro cuerpo desde dentro.
Hasta donde conocemos, el cuerpo humano tiene cinco sentidos ligados a cinco órganos principales. El gusto que se encuentra en la lengua, el tacto que se produce en la piel, la vista que se da gracias a los ojos, el olfato que depende de la nariz y los oídos, que controlan el equilibrio y permiten escuchar los sonido. Sin embargo, es muy posible que en España se desconozca que existe un misterioso sexto sentido. Este recibe el nombre de interocepción o, como se conocen en el campo de la salud mental, función interoceptiva.
¿Qué es la interocepción?
La interocepción es un término que se refiere a la capacidad del ser humano para percibir las sensaciones internas de su propio cuerpo, aquellas que provienen de las vísceras. Este "sexto sentido" nos permite sentir el latido de nuestro corazón, el hambre, la sed y otros procesos internos. Es una parte esencial de cómo experimentamos nuestra salud. De hecho, estudios recientes han descubierto que esta función podría darse de forma diferente según el género masculino o femenino, debido a los cambios fisiológicos y hormonales específicos de cada sexo.
Y, es que, la interocepción no solo nos ayuda a reconocer sensaciones físicas, sino que también juega un papel crucial en la regulación emocional. Las señales internas que percibimos pueden influir en nuestras emociones y, a su vez, en nuestro comportamiento. Por ejemplo, la ansiedad a menudo está relacionada con una mayor conciencia de los latidos del corazón. Entender y mejorar nuestra capacidad de interocepción puede ser clave para el tratamiento de trastornos psicológicos y emocionales.
¿Cómo funciona la función interoceptiva?
La interocepción funciona a través de una compleja red de receptores y nervios que envían señales desde nuestros órganos internos al cerebro. Estas señales son procesadas principalmente en la corteza insular, una región del cerebro que integra la información sensorial con estados emocionales y cognitivos.
Se podría decir que la interocepción es clave para promover el bienestar general, ya que los beneficios más inmediatos serían los de autorregular las emociones, tener una mayor capacidad para manejar el estrés y una mejor conciencia corporal que hace conectar con el físico. De hecho, en el ámbito de la psicología, se ha encontrado indicios de que mejorar la interocepción puede ser útil en el tratamiento de trastornos como la depresión y la ansiedad.
¿Y cómo se puede mejorar una función tan intrínseca? Existen varias estrategias, que se basan sobre todo en prácticas como el mindfulness o la meditación. A través de estos ejercicios se puede aumentar la conciencia de las señales que provienen desde el interior del organismo. Ejercicios de respiración y técnicas de relajación también pueden ser útiles. Además, algunas terapias específicas, como el biofeedback, pueden entrenar a las personas para interpretar y responder mejor a sus sensaciones internas.
Referencias
Neurocardiología: Aspectos fisiopatológicos e implicaciones clínicas. (2019). Revista Española de Cardiología (English Edition), 72(7), 597. https://doi.org/10.1016/j.rec.2019.04.004
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