La despoblación es el principal problema que viven los municipios de Castilla y León, que ven diariamente cómo pierden vecinos, mientras que muy pocos deciden establecerse en el medio rural. Por eso, los esfuerzos de las diferentes administraciones públicas están puestos en poder recuperar vecinos para estas localidades y, de esta forma, garantizar los servicios necesarios.
Con este objetivo, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades ha puesto en marcha una subvención cuyo objetivo es atraer población de otras comunidades de España a los pueblos de menos de 20.000 habitantes. Se trata de una ayuda que se otorga de manera directa a las familias que se trasladen a estos pueblos y que provengan de otra comunidad autónoma.
Un empuje a la activación de los municipios rurales que ha sido muy bien acogida por los regidores en el medio rural, pero que ponen el foco en la falta de vivienda. Roberto Martín, alcalde de Villamuriel de Cerrato (Palencia), celebra que se pongan en marcha este tipo de iniciativas, al mismo tiempo que recuerda que este es el principal problema a la hora de asentarse fuera de las ciudades.
Falta de vivienda
Villamuriel de Cerrato es un caso algo atípico, ya que cuenta con 6.500 censados, una cifra que viene dada tanto por su cercanía con la capital palentina como también por su importante actividad industrial. Pero lo que les está impidiendo poder crecer a mayor ritmo es, precisamente, esa falta de hogares para que se puedan establecer un mayor número de vecinos.
Así lo explica el propio alcalde, "desde la pandemia hay mucha gente que se ha interesado por vivir en los pueblos, pero el problema es que no hay oferta de vivienda ahora mismo. Es lo que hace falta. Vemos de forma muy positiva estas ayudas, pero pedimos un plan de vivienda muy ambicioso a la Junta de Castilla y León".
Martín sostiene que “no se puede hablar de falta de población y que no haya viviendas disponibles en el medio rural y en localidades como Villamuriel. En las últimas décadas, no se ha promovido ninguna vivienda pública, ahora se están construyendo cuatro, pero es muy escaso. Pedimos medidas ambiciosas, los ayuntamientos estamos trabajando, pero los promotores privados, que son pocos, también tienen dificultades”.
Unas ayudas que deben ir acompañadas de otras políticas. En Villamuriel se están dando hasta 1.000 euros por vivienda que se adquiera nueva, una subvención que es compatible con las puestas en marcha por el gobierno autonómico. "Villamuriel es el lugar idóneo para venir a formar una familia", recalca Martín.
Un problema que afecta a la vivienda nueva, a la compra, pero también al alquiler. "Me da rabia que, en Castilla y León, donde uno de los mayores problemas es la despoblación, haya gente que no se pueda quedar aquí y que tenga que elegir otros lugares por esta falta de vivienda de la que hablamos", recalca.
Una situación que se repite en Nava de la Asunción (Segovia), donde desde hace unos años crecen de forma paulatina en habitantes, 15 más cada año, pero que ven como esta cifra se frena, precisamente por esta cuestión. La falta de vivienda en alquiler y en venta supone un verdadero quebradero de cabeza para todos aquellos que llegan a la zona a trabajar y no tienen donde vivir.
"Hay muy pocas viviendas. Casi todos los días viene gente al Ayuntamiento a preguntarnos por alguna vivienda porque no encuentran nada. Y la verdad es que no, no hay. Ni de alquiler ni de compra. No hay promoción, sobre todo de protección oficial, en los años noventa fueron las últimas. Después se pidió licencia, pero no se realizaron. En el 2011 se volvió a intentar y tampoco", explica Juan José Maroto, alcalde de Nava de la Asunción.
Maroto afirma que la mayoría de gente que llega nueva al pueblo, "lo que quiere es alquilar hasta que se asientan, cuando ya tienen otras perspectivas como puede ser la de construcción o compra de una vivienda", concluye Maroto, regidor de este municipio segoviano que no llega a los 3.000 habitantes.
Empadronamiento de dos años
Con un presupuesto ampliable de 2 millones de euros, está orientada a fijar población de manera sostenida, siempre a través de subvenciones que oscilan entre 1.000 y 2.000 euros, siempre y cuando los solicitantes cumplan con una serie de requisitos. Además, todos los miembros de la familia deberán haberse empadronado en el mismo domicilio de una localidad de Castilla y León.
Este empadronamiento deberá mantenerse un mínimo de dos años desde que se conceda la subvención. Además, otra de las condiciones está relacionada con el empleo: al menos uno de los miembros de la familia debe desarrollar una actividad profesional en Castilla y León, sea por cuenta propia o ajena.
Si algún integrante de la unidad familiar está en edad de escolarización obligatoria, esta deberá haberse realizado en un centro escolar de la Comunidad. Por último, toda la familia ha de estar dada de alta en el sistema autonómico de salud y, por tanto, contar con la correspondiente tarjeta sanitaria de la región.
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