Del 'hobby' al negocio: la fiebre pija de comprar cerámica al peso toma Madrid

Del 'hobby' al negocio: la fiebre pija de comprar cerámica al peso toma Madrid

Han llegado para quedarse. Las vajillas llenas de platos de colores, tamaños diferentes y formas originales cada vez triunfan más entre las familias madrileñas que han dejado a un lado los platos tradicionales y se han subido a la ola de la cerámica portuguesa. La mayoría de las tiendas especializadas en el sector importan productos todas las semanas.

Una de las más reconocidas es La Mercadería, un local que empezó en 2022 en A Coruña, Galicia, vendiendo cerámica al peso en una especie de outlet y que ahora tiene cuatro tiendas enormes en Madrid y 17 en toda España. "Emprendimos una modalidad de negocio que no existía y después se fueron uniendo otras empresas", asegura su dueña, Romina Nion, de 37 años.

Para Nion, su negocio empezó siendo su hobby. "Me encantaba ir a Portugal y escoger las vajillas al peso más originales. A todas mis amigas les encantaba. Ahí vi el negocio", cuenta. En La Mercadería todo se vende al peso. El cliente solo tiene que coger un carro y elegir las piezas que más le gusten. Según pese lo que se lleva, paga. "La mayoría de nuestros clientes son dueños de hoteles o grandes cadenas de restauración que compran aquí todo lo necesario para sus mesas", asegura.

Platos de colores que triunfan en la capital. (Cedida)Platos de colores que triunfan en la capital. (Cedida) Platos de colores que triunfan en la capital. (Cedida)

En el local venden desde excedentes de producción que traen cada semana desde Portugal hasta colecciones propias de fabricación exclusiva con piezas pintadas a mano. "Se pueden encontrar piezas desde los dos euros", afirma Nion. La cerámica está de moda. "Ya sea comprada o hecha con nuestras propias manos. Cada pieza puede darle un aspecto completamente nuevo a nuestra mesa o ayudarnos a vestir el salón de una forma más original", resalta la empresaria.

Otro de los locales que es tendencia en la capital por su venta de cerámica al peso es Las Vajillas de Martha. Detrás está Martha Blanco, de 56 años, una venezolana de padres gallegos a la que desde pequeña le inculcaron el amor por la porcelana del país vecino. "Se volvió mi pasión. Cada vez que podía, iba a escoger platos, tazas y hasta telas de lino a Portugal para traer a Madrid", recuerda.

Martha Blanco, con sus utensilios de cerámica. (Cedida)Martha Blanco, con sus utensilios de cerámica. (Cedida) Martha Blanco, con sus utensilios de cerámica. (Cedida)

El problema era que cada vez que llegaba con algo nuevo, todas sus amigas le pedían algo así para ellas. Sin embargo, cuando Blanco volvía a las tiendas al peso en Portugal, esos mismos diseños ya no estaban porque eran productos que tenían alguna pequeña tara o desperfecto, por lo que ya habían desaparecido de la tienda.

De Portugal a Madrid

"Después de la pandemia, decidí emprender en mi pasión por la cerámica y traer un pedacito de Portugal a Madrid", dice. Ahora, cuenta con dos locales en la capital: San Sebastián de los Reyes (Isla de Alegranza, 4) y otro en un centro comercial de Las Rozas (Európolis). Además, tiene otros dos locales en Zaragoza y Barcelona.

En su tienda, además de conseguir todo tipo de platos, cuencos y bandejas en cerámica pintada a mano, también se pueden comprar copas, vasos, cubiertos, mantelería y hasta lino al peso. "Aquí puedes encontrar todo lo que necesitas para vestir una mesa", dice. "Ahora hay un boom por estos mercadillos portugueses, pero han existido toda la vida. Queremos darle una segunda oportunidad a estas piezas únicas que ahora han enamorado a los madrileños", afirma Blanco.

Los utensilios para la mesa de cerámica. (Cedida)Los utensilios para la mesa de cerámica. (Cedida) Los utensilios para la mesa de cerámica. (Cedida)

Ella y su marido van cada 15 días a Portugal a conseguir más stock para sus almacenes. "Tenemos nuestros proveedores fijos, pero siempre nos gusta ir sumando más. Sobre todo proveedores que hacen las cosas de forma artesana", dice.

Para Blanco, la gente ha cambiado mucho su concepto de lo que debería ser una vajilla. Buscan comprar lujo accesible. "Ya nadie quiere 12 puestos iguales. Quieren poder hacer combinaciones y que no se vea siempre lo mismo", asegura. Una vajilla de cuatro puestos puede costar 50 euros.

Lo que más orgullo le da a Blanco es que sus clientas van todas las semanas a sus locales para ver las novedades. "Siempre quieren ser las primeras en ver todo lo nuevo que importamos", dice. La cerámica al peso portuguesa está más de moda que nunca.



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