Las hay por decenas, quizá cientos. Son cuentas en redes sociales, sobre todo en Twitter/X, que se dedican a publicar comentarios sensacionalistas sobre sucesos -algunos reales, otros distorsionados- con un elemento en común: los villanos de la historia siempre son inmigrantes. A quienes las manejan no les importa si lo que cuentan se ajusta a la realidad, porque su agenda es otra: agitar todo lo posible el racismo y el odio. Para ello, a menudo recurren a una técnica sencilla pero eficaz: cada vez que se produce un incidente violento se apresuran a culpar de él a un miembro de estas minorías sociales. El último ejemplo ha sido el asesinato de un niño en Mocejón, pero no es el único.
Hace semanas, uno de los personajes más conocidos de este universo ultra, Daniel Esteve, miraba con admiración la ola de violencia xenófoba que se extendía por todo el Reino Unido. El detonante fue una información falsa que atribuía a un solicitante de asilo musulmán el apuñalamiento mortal de tres niños en Southport. En realidad, el autor fue un individuo nacido en Cardiff e hijo de padres ruandeses cristianos que frecuentaban con regularidad su iglesia local, pero la mecha ya estaba prendida. Provocó multitud de detenidos, heridos entre las fuerzas de seguridad y destrozos en las calles.
Esteve lo expresaba así en su canal de YouTube llamado ‘Desokupa News’, que cuenta con 220.000 suscriptores: “En Inglaterra creo ya que… el ser de luz de ‘Jovenlandia’ no sé si es marroquí o argelino… van ya tres criaturas muertas apuñaladas y ayer ya empezaron a haber los primeros disturbios. Eso es lo que tiene que pasar, lo he dicho muchas veces: dais una, damos dos, dais tres, damos cuatro. Ese es el único mensaje que entienden estos animales”. Llamaba a la violencia en España y a tomarse la justicia por su mano.
Días después firmaba un acuerdo para que su plataforma, Club Desokupa, ofrezca formación a miembros de las fuerzas de seguridad por medio del Sindicato Unificado de la Policía (SUP). El Ministerio del Interior anunció que ese curso sobre defensa personal en la calle no será tenido en cuenta para el curriculum y estudia emprender acciones contra el sindicato y contra los policías que participen como instructores.
Esteve (que también publica su noticiero en la cuenta de Instagram donde tiene otros 175.000 seguidores) alentó el bulo sobre Southport el 31 de julio, cuando ya se advertía de la campaña interesada de fake news puesta en marcha en Reino Unido. Investigaciones posteriores han concluido que Rusia, a través de sus canales en las redes sociales, aprovechó para mantener vivo el fuego de la violencia en Gran Bretaña dentro de su estrategia de desestabilizar las democracias occidentales.
Análisis realizados durante esos días sobre el modo en el que se difundieron las narrativas sobre los incidentes en Reino Unido han demostrado tanto la participación activa de medios rusos a la hora de culpar a musulmanes, como la amplificación y promoción de las protestas por usuarios rusos en canales de Telegram y otras redes sociales, una campaña que el exdirector del MI6 (el servicio de inteligencia exterior británico) Sir Richard Dearlove ha calificado de acciones de “guerra gris” contra el Reino Unido.
Esteve: "Es lo que tiene que pasar, ojo por ojo"
“Las noticias como son y no cómo las cuentan en la mierda de la televisión”. Así arranca siempre el simulacro de noticiero en el que Esteve vierte estos mensajes a diario. Sus vídeos tienen una duración aproximada de seis minutos y cuentan con miles de visitas. Todos tienen la misma mecánica. Él habla a la cámara y lee titulares en los que la tónica general es atribuir todo tipo de crímenes a personas procedentes de países musulmanes. Lo hace luciendo y promoviendo las marcas comerciales que le patrocinan. También exhibe simbología de la Policía Nacional con la que presume de tener buena relación.
Esteve no acredita fuentes, ni el origen de la información, muchas veces ni siquiera especifica dónde se han producido los delitos que comenta mientras grita y da golpes en la mesa. Cuando enseña alguna referencia, es habitual que corresponda a presuntos medios de comunicación con una maquetación rudimentaria y difícilmente reconocibles, pero que le sirven a él y a otros perfiles para retroalimentar estos mensajes. Youtube, Instagram, Telegram, Twitter, pódcast… las vías son diversas, aunque el mensaje es el mismo: desprestigio de los medios tradicionales y sustitución de los mismos por relatos sin ninguna vocación informativa o preocupación real por la víctima.
El caso Mocejón
Esta mecánica se vio de nuevo con el asesinato de un niño de 11 años en Mocejón (Toledo). El propio Esteve, al día siguiente, ya se hacía eco del bulo de que era extranjero antes de proceder a su batería de crímenes vinculados a personas de países de mayoría musulmana. No habían transcurrido siquiera unas horas y ya había perfiles difundiendo que el autor del asesinato de Mateo era magrebí. Finalmente, es un joven de 20 años que se llama Juan, español y del mismo pueblo toledano. Pero sus mensajes, que no eliminan ni rectifican una vez se confirma la información, calan en ciudadanos que no consumen medios tradicionales.
Esteve es una cara reconocible, que incluso goza de mucha presencia en las televisiones que él mismo critica. Celebra que su exposición le sirva para publicitar sus mensajes y las marcas que promociona. Pero de forma anónima irrumpen como una coreografía otras cuentas con discursos similares. Una de las primeras que desinformó sobre Mocejón fue @iehsol (38.000 seguidores en X), en un post ahora eliminado (archivado aquí), en el que afirmaba: “Se confirma que ha sido un moro de m***** quien ha asesinado al niño de 10 años en Mocejón. España debería de empezar a arder”. Esta cuenta se presenta como Desinfluencer con una foto que dice “España cristiana, nunca musulmana”.
El hecho de que el portavoz de la familia de la víctima pidiera no acusar a nadie por su raza o su religión ya motivó una campaña de acoso en su contra en las redes sociales. Le acusaban de querer ocultar la identidad del asesino de su familiar. Se sirvieron de que era periodista de Trece TV y que hace un programa de misioneros en países africanos. También que en sus redes sociales tiene fotos junto a personas de raza negra. Los insultos que le dedicaron iban desde llamarle “follamoros” hasta acusarle de ser “cómplice” del crimen.
Alguno de estos insultos procede de cuentas que previamente habían consumido y difundido informaciones orientadas de perfiles con audiencias multitudinarias. Es el caso de 'HerQles' (120.000 seguidores). El mismo día del apuñalamiento a Mateo se apresuró a destacar que “el Hotel Pattaya de Mocejón, Toledo, localidad donde ha sido asesinado a puñaladas un niño de 11 años, está albergando en estos momentos cerca de 30 inmigrantes ilegales, según confirman fuentes cercanas al hotel”.
A diferencia de otras cuentas, en su caso sí dio seguimiento el suceso los días siguientes –incluso se desplazó al pueblo– e informó de la nacionalidad española del asesino. Pero en otro tuit, HerQles se centraba en que algunos medios le había aclarado el tono de piel al detenido: “Varios medios españoles distribuyen una imagen retocada del asesino de Mocejón. Eliminan manchas de la cara del presunto autor de la muerte del niño y aclaran su tono de piel y ojos”.
Muchas de estas voces son anónimas o se ocultan tras pseudónimos. El fiscal de Sala Coordinador contra los Delitos de Odio y Discriminación, Miguel Ángel Aguilar, cree necesario incluir en algunas penas prohibir el acceso a redes sociales a quienes cometan delitos de odio "en los casos más graves" y que los usuarios estén "debidamente identificados". Lo planteó este miércoles en una entrevista en la Cadena SER después de que este martes la Fiscalía confirmara que investiga mensajes "falsos" y de "odio" en redes sociales contra migrantes, a los que se acusaba del asesinato de Mocejón.
"Toda Europa está en pie de guerra, no te quedes sentado. Lucha, recupera tu nación"
Otros influencers de extrema derecha se hacen eco de bulos constantemente, como Alvise Pérez. Es eurodiputado gracias a 800.000 votos cosechados en las pasadas elecciones europeas. Su herramienta son las redes sociales en las que difunde este tipo de informaciones falsas con fines de agitación ideológica.
Desde el mismo día del crimen de Mocejón, Alvise Pérez reprodujo mensajes falsos como la matrícula de un coche que no estaba implicado en el caso, el arresto de un presunto autor en Madrid, datos falsos del asesino... También un presunto testimonio de los vecinos del pueblo toledano que ya no está disponible: “Los vecinos de Mocejón: ‘El pasado lunes 5 de agosto llegaron al pueblo 50 africanos en un autobús que los dejó en el Hotel Pattaya. Somos menos de 5.000 personas y vivíamos tranquilos. Ahora hay violaciones, robos y el asesinato de este niño de 10 años’. Medios Vs Realidad”.
Vito Quiles, que ejerce como periodista con acreditación en el Congreso de los Diputados, es otro habitual de esta estrategia. Colaboró con Alvise en la campaña electoral que le ha otorgado un cargo público. Su queja en torno al caso de Mocejón es que algunos medios de comunicación —a los que llama “la prensa del sistema”— errasen al difundir inicialmente que el sospechoso era rubio.
Dani Esteve participó con Alvise Pérez y Vito Quiles hace meses en una protesta que comenzó en la sede del PSOE en la calle Ferraz y desplazó a cientos de personas ante las inmediaciones del Congreso de los Diputados. Son tres ejemplos de agitadores que ya tienen acceso a las instituciones: el Europarlamento, el Congreso de los Diputados o sectores policiales.
Pero el de Mocejón no es ni mucho menos el único caso reciente. A modo de ejemplo, el pasado 18 de agosto, la cuenta El Puntual 24H (una de las que también se apresuró a difundir el bulo de que el asesino de Mocejón era un magrebí, en una serie de tuits ahora borrados) publicó lo siguiente: “Un grupo de 8 magrebíes con nacionalidad francesa VIOLAN de forma VIOLENTA a una británica de 18 años. Ha pasado en Magaluf (Mallorca)”. La realidad es que los individuos presuntamente responsables de esta agresión sexual acaecida en agosto de 2023, por la que están siendo juzgados ahora, son siete turistas franceses y un suizo, sin que haya nada que indique que son de origen magrebí.
Basta hacer un pequeño examen para comprobar que el Puntual 24H, con apariencia de medio de comunicación y 90.000 seguidores, es uno de los máximos exponentes de este tipo de cuentas: prácticamente todo su contenido son afirmaciones sobre supuestos incidentes violentos protagonizados por magrebíes o miembros de bandas latinas, posts culpando a los inmigrantes africanos de la expansión de la viruela del mono, o mensajes equiparando sutilmente homosexualidad y pedofilia.
Bulos en Zaragoza y Valencia
El pasado 7 de agosto, Vito Quiles (325.000 seguidores en X) difundió un vídeo en el que alertaba de que “tres menas apuñalan a un niño de 14 años en el barrio de Delicias (Zaragoza) para robarle y después se dan a la fuga. Una ambulancia se ha desplazado hasta la zona para socorrer al menor”. Ese mismo día, otra cuenta llamada Mystery World News (30.000 seguidores) se hacía eco de la misma información, casi con idénticas palabras.
La trituradora de Alvise en Telegram: así ha conseguido reunir a una legión de fanáticos
A. S.
Este periódico se ha puesto en contacto con la Jefatura Superior de Policía de Zaragoza. Un portavoz oficial contesta así al ser preguntado por esa información: “Es un bulo. Las imágenes no se corresponden, serán de otra intervención. Ese día no hubo nada. El día antes a esa publicación hubo un incidente con unos chavales que estaban en un parque, uno se cayó, se dio con un cristal y se hizo una brecha. Hubo mucho revuelo a raíz del tuit, medios de comunicación pidieron entrevistas y hasta la Delegación de Gobierno se interesó”. Vito Quiles no ha eliminado el tuit.
Algo similar sucedió con un asesinato con arma blanca ocurrido en la Comunidad Valenciana a finales de julio. Cuentas como “Ordenado…¿y qué?” (40.000 seguidores), o ‘Alt Right España’ (93.000 seguidores) corrieron a hablar de una decapitación realizada por un magrebí. Usaban redacción idéntica y citaban además fuentes policiales. Un portavoz de la Dirección General de la Policía lo desmiente. Informa a El Confidencial que fue un degollamiento, no una decapitación, y que el detenido es un varón de 31 años nacido en Barcelona. Los tuits falsos, en cambio, siguen publicados.
Mensajes idénticos, campañas coordinadas
El hecho de que el mismo mensaje sea reproducido de forma idéntica palabra por palabra por múltiples cuentas apunta a que, al menos en algunos casos, se trata de campañas coordinadas -que a veces incluso recurren a bots- para dar la máxima difusión posible a estos contenidos.
Los nuevos bárbaros de Southport
Francisco Pleite Guadamillas
El comportamiento es similar a lo que pasó en Reino Unido. El pasado 29 de julio, un joven de 17 años apuñaló a varias personas en la ciudad británica de Southport, matando a tres niñas e hiriendo de gravedad a varias más. Pocos minutos después de que se conociese la noticia, la cuenta de Twitter/X Europe Invasion difundía la idea de que el sospechoso era “presuntamente un inmigrante musulmán”. Poco después, conocidos ‘influencers’ de extrema derecha como Tommy Robinson y Andrew Tate también culpaban públicamente de lo sucedido a un “inmigrante”.
Al día siguiente, una vigilia convocada por los familiares y vecinos de las víctimas fue cooptada por miembros de la comunidad ultraderechista británica, incluidos muchos antiguos miembros de la Liga Inglesa de Defensa (EDL, por sus siglas en inglés) cofundada por Robinson, que casi inmediatamente empezaron a marchar hacia una importante mezquita y centro islámico de la ciudad. Antes de que acabase la jornada, los manifestantes habían quemado una furgoneta policial y causado importantes destrozos.
La violencia alcanzó tal grado que un juez ordenó que se hiciese pública la identidad del asesino, algo que hasta ese momento las autoridades habían evitado hacer al tratarse de un menor. Pero ya era tarde: durante más de una semana, los disturbios se extendieron a casi una veintena de localidades del Reino Unido, incluyendo Manchester, Liverpool, Cardiff, Newcastle, Blackburn, Tamworth, Hartlepool, Leeds, Nottingham, Middlesbrough, Aldershot, Sunderland y Belfast. En Rotherman, un grupo de manifestantes intentó incendiar un hotel en el que se alojaba a familias refugiadas.
Usuarios anónimos crearon nuevas cuentas en plataformas como TikTok para amplificar y promover estas acciones, convocar nuevas concentraciones y difundir contenidos de ultraderecha. Uno de los puntos más oscuros de este episodio fue el papel jugado por Rusia: apenas un par de minutos después de que Spofforth lanzase el nombre de Ali al-Shakati, una página web de corte conspirativo llamada Channel3 Now, que muchos expertos vinculan a una operación rusa de desinformación, lo repitió en una de sus publicaciones. Después, miles de cuentas del ecosistema ruso de redes sociales lo amplificaron significativamente, y medios estatales rusos como RT y Sputnik mencionaron ese mismo nombre en sus reportes sobre el incidente.
La mano de Rusia
En los días siguientes, esas mismas cuentas interactuaron en los canales creados para coordinar las protestas, en muchos casos haciéndose pasar por ciudadanos británicos, apoyando y difundiendo las convocatorias. En un plano internacional, Radio Genoa, una popular cuenta antiinmigración cuyo operador recibe apoyo de Rusia, daba una versión apocalíptica y totalmente distorsionada de lo que estaba sucediendo en suelo británico.
De hecho, el pasado 4 de agosto, cuando los disturbios en Gran Bretaña se encontraban en su punto álgido, el canal HerQles publicaba el siguiente mensaje: “El Núcleo Nacional español llama a los españoles y europeos a filas con este vídeo tras el levantamiento de UK: «Toda Europa está en pie de guerra, no te quedes sentado. Lucha, recupera tu nación. Es la hora»”. Poco después, canales rusos de Telegram como Espíritu Templario, que llevaban días amplificando los sucesos en Reino Unido, reproducían ese mismo post llamando a recrear aquí esos disturbios.
Pero en realidad no hace falta ninguna mano rusa que agite el avispero. Ya lo hacen numerosas cuentas europeas, como la ya mencionada Europe Invasion (que también ha participado del bulo de Mocejón), y españolas, que cada día contribuyen a echar gasolina al conflicto social, esperando que en algún momento prenda la chispa que lo incendie todo.
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