Más de 20 testigos entre familiares, peritos y empleados de SAMCA han declarado a lo largo de cuatro días en el juicio por el pacto sucesorio que ha determinado la herencia de uno de los principales empresarios aragoneses y primeras fortunas de España, Ángel Luengo. Una vez presentados los alegatos de los abogados de las partes, queda visto para sentencia.
En juego está la titularidad de un legado de más de dos mil millones de euros que, de acuerdo con el pacto sucesorio suscrito en 2010 entre el empresario y su esposa, y cuya anulación se pide porque, aunque repartía unos 39M millones de euros entre los 22 de los 24 descendientes directos (ocho hijos y 16 nietos), instituía a dos de los nietos, Javier y Guillermo Luengo Egido, como herederos del patrimonio consorcial de los abuelos. Se trata de la titularidad y el control de SAMCA, un grupo empresarial con más de 3.500 empleados en sectores como minería, agricultura, construcción, logística, química o energía.
Dos de los hijos, Ángel y Javier, y una nieta, Caroline, hija del primero, presentaron en junio de 2022 una demanda para anular el pacto al considerar que iba contra la voluntad de Aurora Sanz y la sustituía por la de Ángel Luengo. Tramitada en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Zaragoza, en septiembre se celebró una vista previa, sin que las partes alcanzaran un acuerdo, lo que ha desembocado en el juicio celebrado ahora, entre el 24 y el 27 de junio.
Las sesiones fueron a puerta cerrada a petición de los demandados, Javier y Guillermo Luengo Egido y los directivos de SAMCA, Juan Miranda y Miguel Ángel Fraj, directores jurídico y administrativo de la compañía, y tras desestimar la jueza su solicitud de que se determinara la cuantía del procedimiento en 2.000 millones. Esa cuantía hubiera impedido a los demandantes seguir con el procedimiento por su elevado coste. Finalmente, el juzgado, tras oír a las partes en la audiencia previa, estableció la cuantía del procedimiento como 'indeterminada'.
En las sesiones han declarado los principales beneficiados por el pacto sucesorio, Javier y Guillermo Luengo Egido; su padre, Gregorio Luengo Sanz, y los mencionados directivos de SAMCA, de la máxima confianza del empresario fallecido y gestores junto con los dos nietos del patrimonio de la viuda de Luengo. Asimismo, declararon el notario, familiares y personas del entorno del matrimonio. También se escucharon las opiniones de varios peritos, de los cuales dos eran los neurólogos que atendieron a Aurora Sanz, así como otros especialistas médicos. Finalmente, se escucharon testimonios de audio de Aurora Sanz que contendrían su voluntad sobre el destino de su herencia.
El pacto, voluntario o inducido
Los demandantes consideran que el pacto no solo anulaba la voluntad de la madre, sino que, además, establecía que, en caso de que el empresario falleciera antes que su esposa, la voluntad de esta era sustituida para el resto de su vida por las decisiones de terceros designados por el empresario, que, a partir de entonces, decidirían por ella todo lo relativo a la gestión de su patrimonio. Es lo que ha sucedido, ya que Ángel Luengo murió en agosto de 2021 y su mujer en abril de 2023, y los demandantes consideran que la voluntad de su madre no era en absoluto dejar a sus hijos fuera de la herencia en lo que a ella concerniera.
Esos terceros, –tres directivos del Grupo SAMCA de la confianza del empresario y los dos nietos instituidos como herederos– pueden, según el citado pacto, adoptar todo tipo de decisiones de gestión o de disposición sobre el patrimonio de la mujer, incluso en interés propio y en perjuicio de los intereses de esta, sin que deban responder ante ella ni ante nadie, y a los que no se puede destituir o desapoderar. Esta situación no se habría producido en el caso de que el marido hubiera sobrevivido a la esposa, ya que dejaba a este el control de todo.
Los demandantes sostienen que, en el momento de suscribirse el acuerdo, en 2010, Aurora Sanz estaba en situación de vulnerabilidad, con merma de sus capacidades. El pacto la incapacitaba de hecho. La firma del mismo, que sustituía a los testamentos anteriores firmados en igualdad, solo se la explican por el control férreo que el esposo ejercía sobre ella.
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EFE
Más aún, al tratarse de un documento complejo que, según los demandantes, no podía entender. Especialmente en los términos de su carácter irrevocable y en el hecho de dejar el destino de su patrimonio en manos de terceros y no de sus hijos. También consideran que el pacto incurriría en fraude de ley al incapacitarla en vida a través de un instrumento sucesorio que deja libertad para modificarlo a Ángel, pero no a Aurora, sin las garantías que ofrecen otros instrumentos de tutela a una persona dependiente.
Visto para sentencia
Una vez que los abogados de las partes presenten sus conclusiones y alegatos, el procedimiento quedará visto para sentencia. Por la naturaleza de la demanda, podría llegar al Tribunal Supremo e incluso al Tribunal Constitucional y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Personas cercanas al empresario explican que, en su decisión de concentrar la herencia en pocas manos, prevaleció su voluntad de preservar la unidad del grupo, uno de los más importantes de Aragón y de España. Esa es la principal consecuencia del pacto sucesorio, de acuerdo con el cual distribuyó entre los 22 herederos el 2% del patrimonio familiar, dejando a los otros dos el 98% para evitar la subdivisión y asegurar la continuidad.
Por su parte, los demandantes sostienen que su madre nunca quiso dejar su patrimonio en manos de terceros y fuera del perímetro de sus ocho hijos. El padre podía hacerlo con su parte, pero, en lo concerniente al patrimonio de Aurora, ese no era su pensamiento.
Samca, un gran grupo aragonés
Ángel Luengo, nacido en La Hoz la Vieja (Teruel), falleció el 1 de agosto de 2021, a punto de cumplir los 93 años y tras levantar un gran imperio económico que arrancó con una mina en Oliete (Teruel), luego multiplicada, y al que fue sumando actividades e industrias en sectores muy distintos. Trabajador incansable, figuró durante años como el más rico de Aragón y entre los más acaudalados de España.
Samca es dueña, además de las minas, de Frutaria, Frugusa, Agroalimentaria de Caspe, Infrusesa, Pirenaica del Jamón, Tauste Ganadera, Estampaciones Mecánicas, Taim-Tfg y las constructoras Ebrosa y Ausa. También de plataformas logísticas, hoteles y campos de golf y plantas de energías renovables, a través de Molinos del Ebro, eólica y solar, hasta más de 60 compañías. Según explica en su web, el grupo da empleo directo a 3.500 personas en España, Francia, Italia, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú, y declara un volumen de negocio de 1.200 millones de euros, con clientes en 110 países
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