Este lunes 8 de julio quedará marcado en el calendario de la afición del Real Zaragoza. Después de más de 20 años de espera y tras tres intentos fallidos, comenzaron las obras de remodelación del Estadio Municipal de La Romareda con la colocación de la primera piedra. El proyecto, aplaudido por gran parte de la afición, despierta dudas entre algunos hosteleros y vecinos, fundamentalmente por los inconvenientes que pueden generar los trabajos.
Pablo Palomar, presidente de la Federación de Peñas del Real Zaragoza, destaca, en conversación con El Confidencial, la necesidad urgente de la actuación en el campo. "No se podía paralizar más, es un proyecto que era necesario desde hace años y que se ha ido posponiendo constantemente por problemas políticos". Además, señala que el Mundial 2030, del que España será sede, ha sido el último empujón para que los organismos públicos den el último paso para la remodelación.
El impacto de las obras será notable, especialmente para la hostelería del barrio de La Romareda. Los negocios locales ya prevén una disminución significativa de sus ingresos durante al menos tres años. "Esto solo va a traer ruido, polvo y caos. No vamos a tener beneficio ninguno", declara a El Confidencial un camarero de un establecimiento situado frente al estadio. La falta de espectadores, que se hará perceptible desde este año con los abonados del fondo sur quedándose en casa por las obras, será un golpe para estos negocios.
El club aragonés seguirá jugando esta temporada en su estadio mientras las obras se realizan en la grada, lo que afectará a miles de abonados. "Los que están ubicados en el gol sur van a ser los más perjudicados. Tendrán que esperar a que se queden asientos sueltos en otras zonas del campo. Aunque el club ofrece descuentos, tendrán que afrontar un aumento de precio en su abono", explica Palomar. Añade que algunos abonados podrían pasar hasta cuatro años sin la posibilidad de acceder a un abono sin que el club ofrezca una alternativa.
Desde el sector hostelero se señala que la situación empeorará con la mudanza al estadio modular. “Al final, el grande se acaba comiendo al pequeño. Solo van a ver beneficios los que monten el estadio y pongan tiendas y bares allí”, concluye el camarero. En el verano de 2025, el equipo se trasladará a un estadio prefabricado en las afueras de Zaragoza, convirtiéndose en el primer gran club español en competir en un estadio de este tipo.
“Pasamos de tener el campo en la zona centro de Zaragoza a tenerlo en las afueras, pero esto es menor perjuicio para el abonado que quedarse en La Romareda con las obras”, comentan desde la federación de peñas.
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El Confidencial
El nuevo estadio se ubicará en el barrio del Actur, en el Parking Norte de la Expo. Palomar asegura la buena movilidad del aficionado a esa zona: "Estamos tranquilos en cuanto a los desplazamientos. Es una zona a la que se puede llegar en tranvía y los accesos son bastante buenos".
Mientras tanto, los vecinos de esta zona de Zaragoza denuncian que el Ayuntamiento no se ha puesto en contacto con ellos para explicarles lo que va a suponer para el barrio la instalación de una infraestructura de este calibre. "Hemos solicitado información, pero no nos han dicho nada. No se han dignado a hablar con los vecinos del Actur", apunta Alberto Andrés Casado, vicepresidente y portavoz de la Asociación de Vecinos Puente de Santiago.
Además, afirma que hay informes desfavorables para la instalación de un estadio modular por las inundaciones que se suelen dar en la zona. El estadio se ubicará a escasos 400 metros del río Ebro. Desde la asociación de vecinos lamentan que no saben a lo que se enfrentan y se sienten ninguneados por la corporación municipal porque atienden a los intereses del Real Zaragoza y no al de los vecinos. "Tenemos la sensación de que nos están metiendo en un lío", explica Casado.
Son diferentes las opiniones que hay en cada sector en relación con esta importante actuación que, tanto para unos como para otros, será un antes y después para la ciudad de Zaragoza. La afición, contenta por ver por fin cómo se dan los pasos para disfrutar de un estadio acorde al nivel del club y que cumpla los requisitos que estipulan los organismos internacionales. Mientras tanto, la hostelería de La Romareda y los vecinos del Actur esperan que el impacto de la obra y de la mudanza sea el mínimo posible.
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