La calle Camarena de Madrid, en el sureño barrio de Aluche, se transformó este domingo en la pequeña Caracas. Miles de venezolanos —jovencísimos, adultos, mayores— acudieron a las puertas del Centro Cultural Fernando de los Ríos para votar en unas elecciones clave para su país. En las calles aledañas pueden verse ríos de gente caminando con banderas, gorras y demás complementos amarillos, azul y rojos. Uno de ellos es Ismael, de 27 años, quien ni siquiera ha conseguido darse de alta en el registro para votar: "Vivo en Sevilla y no pude acercarme al consulado en Madrid por trabajo, pero he venido el fin de semana para hacerme notar", confiesa. "Estoy esperanzado, hablé antes con mi familia en Venezuela y había gente haciendo fila desde las dos de la mañana en los centros electorales", relata.
El muchacho no es el único que se ha desplazado desde la capital andaluza. María Auxiliadora Piñedo es una de esas "69.000 afortunadas del mundo" que ha podido darse de alta en el censo. La cifra se refiere al total de venezolanos residentes en el extranjero que emitirán su derecho al voto este domingo; apenas un 0,86% de los ocho millones que emigraron a otros países (cinco de ellos en edad de votación). Esta tarde, la mujer volverá a Sevilla con la esperanza de que su papeleta haya merecido la pena. María Auxiliadura no pudo votar en Andalucía porque no hay consulado; en España, las ciudades donde podían registrarse los venezolanos para esta cita electoral eran Madrid, Barcelona, Vigo, Tenerife y Bilbao.
Diáspora venezolana en Madrid: votará 'exiliada' en Aluche y solo un 13% logra inscribirse
A. Farnós
Sillas de camping para amenizar la espera, sombrillas, gorras, búsquedas de refugios a la sombra y mucha, mucha agua. Thabata Molina, originaria de Caracas, lleva tres años viviendo en Madrid. Ni ella ni Iván Dumont —otro venezolano a quien conoció por redes sociales— pudieron registrarse en el censo. Por ello, y para tratar de amenazar el día a quienes tuvieran que acercarse a votar con los más de 35 grados que marca el termómetro, ambos se organizaron para montar un puesto de avituallamiento para todo aquel que pasase por la calle Camarena. Tres mesas, dos carpas, varios capazos a rebosar de hielo y agua, bandejas con magdalenas y otros dulces y varios voluntarios organizando todo el material. "Los venezolanos no somos triunfalistas, pero estamos seguros de la victoria", argumenta David Soto, de Maracaibo, mientras empapa en salsa una empanadilla de pollo.
Con ayuda de hosteleros venezolanos afincados en Madrid, han conseguido recaudar más de 3.000 botellas de agua para ofrecer a los electores. "Empezamos llamando a restaurantes para explicarles la idea y todos quisieron colaborar. La idea inicial era ofrecer agua, pero otros donaron también comida y latas de Malta [un refresco de cebada tostada]. Decían "te doy 100 empanadas" o "te dejo 60 arepas", y así fuimos sumando", explica a este diario.
Por suerte, y a pesar de las aglomeraciones, el acceso a las 17 mesas electorales fue tranquilo: "Las colas están yendo rápido", confirma Thabata. Lo mismo argumenta Mireia, que confiesa que una vez accedió al recinto, el proceso no se demoró eternamente: "Entré, enseñé mi cédula, me pidieron firmar, rellenar los papeles y dejar mi huella dactilar del dedo derecho", explica la mujer. Cabe destacar que, para evitar largas filas de espera durante la jornada, muchos animaron a los electores a acercarse a primera hora. Esto provocó que decenas de votantes esperaran en la puerta del centro cultural, incluso antes del amanecer, en torno a las seis de la mañana.
Este periódico pudo contactar con decenas de personas que, a pesar de no tener la oportunidad de votar, se acercaron igualmente al centro de votación de Aluche. María Magdalena, de 71 años y llega a España hace apenas cuatro, solo desea "un cambio" para poder "ir de paseo". "Mudarme de vuelta a mi edad es muy complicado. Ya tuve una depresión cuando llegué a Madrid, migrar es muy duro. No creo que pueda regresar nunca a vivir allá, pero al menos quiero ver a mi familia y amigos", relata. Lo cierto es que los requisitos para darse de alta en el registro eran muy estrictos. El Gobierno de Maduro pedía un certificado consular, la cédula venezolana, la residencia permanente o el pasaporte nacional. ¿El problema? "La mayoría no tenemos la residencia permanente", sentencia David.
"El voto exterior no existe"
Además, hay quienes ni siquiera aparecieron en la lista a pesar de haber tramitado toda su documentación. La mujer encargada de las incidencias explica a El Confidencial que, a lo largo de la mañana, ha contabilizado ocho personas que no han podido acceder al centro cultural. "Una persona, por ejemplo, llevaba años viviendo en Madrid y ya había votado aquí anteriormente. Al mirar en el Consejo Nacional Electoral (CNE) donde tenía que votar, ponía que estaba llamada en una mesa en Venezuela", relata. "Luego, la página del CNE se cayó".
Los expertos también aseguran que el voto exterior "no existe" en Venezuela. "Nosotros estimamos que hay aproximadamente cinco millones de venezolanos en edad de votar en el exterior", asegura el economista venezolano que estudió en la Universidad de Harvard y el jefe de Anova Policy Research, Omar Zambrano. Estas cifras suponen el 25% del censo electoral en el exterior del voto venezolano, pero es un número que no está incluido en las bases de datos de las embajadas. "Son personas que no van a poder votar ya de plano, no están registrados", asegura el especialista sobre estos datos, que ni el propio gobierno de Maduro tiene actualizados.
El analista interpreta que estas elecciones no serán "ni limpias, ni libres, ni fáciles", especialmente, para los grupos de oposición que "tiene enormes dificultades para movilizarse". Venezuela está registrando amplias manifestaciones contra las detenciones tanto de activistas de la oposición como sus propios líderes políticos a pocos días de los comicios. Al menos 76 personas han sido arrestadas de forma arbitraria estas últimas dos semanas, según los datos de la organización Laboratorio de Paz.
Ángela, de 20 años, vivió de cerca una situación similar en 2017. Aquel año, se produjeron multitud de marchas contra el gobierno de Maduro en la capital del país venezolano. Allí, su amigo del instituto, de apenas 17 años, falleció por la violencia desatada en las manifestaciones. Su nombre era Armando Cañizales, un joven violinista del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, donde se formó, también, el prestigioso Gustavo Dudamel. "Nada puede justificar el derramamiento de sangre", dijo entonces el músico al conocer la muerte de Armando. "Llegué aquí hace un mes y no he podido cambiar mi residencia, pero vengo para que se me vea", señala la amiga del violinista presente en Aluche.
El clima, a pesar de todo, es esperanzador. Durante las últimas semanas, las encuestadoras con más trayectoria (como Delfos o Consultores 21) dieron una clara ventaja a los grupos de la oposición, especialmente, al candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, Edmundo González Son esos datos los que mantienen las expectativas de todos los presentes por los aires.
A Aluche también se acercó el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien explicó que a pesar de no haber podido entrar a votar, se alegra de ver a "toda Venezuela alborotada haciendo una mesa democrática". A la pregunta de cuando sería la toma de posesión del nuevo presidente en caso de derrocar a Maduro, Ledezma fue discreto: "Primero vamos a poner la mesa [ir a votar] y luego diremos buen provecho".
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}