Un fuerte estruendo destrozó la normalidad que se vivía hasta el mediodía de este martes en la Calle Platería, donde se encuentra la Iglesia de la Vera Cruz de Valladolid, y cuya cúpula se derrumbó por sorpresa pasada la una de la tarde. A esa hora, los negocios, comercios y viandantes de la zona asistían perplejos al colapso de uno de los emblemas de la ciudad.
La Iglesia de la Vera Cruz y su cúpula son una de las estampas más fotografiadas en Valladolid, sobre todo en Semana Santa, cuando se convierte en uno de los epicentros de la vida de la ciudad durante su celebración. El valor artístico y patrimonial hace de este templo la referencia, ya que guarda la mayor concentración de tallas procesionales de Gregorio Fernández.
El derrumbe se produjo, además, solo un día después de que el templo anunciase durante la eucaristía del domingo que cerraba sus puertas por motivos de seguridad, ante las obras que se estaban acometiendo en la parte de la cúpula y que llevaban desempeñándose desde el pasado mes de mayo. Un hecho que, sin duda, ha evitado una tragedia humana mucho mayor.
La obra, subvencionada por la Junta de Castilla y León con 150.000 euros, en principio no obedecía a riesgos estructurales, aunque lo cierto es que la cúpula cayó a plomo desde una veintena de metros, dejando un boquete de unos diez de diámetro, tal y como ha explicado el arquitecto Fernando de Bonrostro, encargado de las obras de restauración de la iglesia.
Arquitectos expertos, que prefieren no desvelar su nombre, señalan que posiblemente la rotura se encontrase en la parte interior de la cúpula y no en la exterior, debido al mal estado de las maderas que cubrían la estructura desde dentro. En ese sentido, dudan de que las humedades que se han apuntado como causa hayan sido el factor determinante para esta pérdida.
Primeras hipótesis
También apuntan que, a partir de ahora, los trabajos deberán comenzar tras una comprobación desde las pilastras, es decir, los muros de carga, antes de iniciar una nueva remodelación. Las primeras hipótesis oficiales apuntan a que el movimiento de los apoyos para poder retejar, y el cambio de equilibrio unido a las malas condiciones de la estructura, son las razones que ocasionaron el desplome.
La Consejería de Fomento de Castilla y León asegura que de momento desconocen las causas del desastre, ya que desde el organismo solo se concedió la subvención para acometer estas mejoras, siendo la propia Cofradía de la Vera Cruz la que realizó directamente las diferentes contrataciones. Hasta el mes de noviembre, esta no debía presentar la justificación del dinero concedido.
Los técnicos de Patrimonio visitaron durante la mañana del miércoles la iglesia para inspeccionar y valorar los daños ocasionados. A partir de ahora comienza un largo recorrido que iniciará con la consolidación de la estructura afectada. Se retirarán los restos y después los escombros que cayeron.
Una vez hecho esto, se seguirá acondicionando el templo y se trasladarán las tallas que permanecían en su interior a la catedral y a la Iglesia de San Miguel de la capital vallisoletana. El arquitecto responsable de las obras, Fernando de Bonrostro, asegura que los técnicos vieron "una serie de aperturas de grietas tanto longitudinales como transversales" que, al tratarse de una estructura en forma de "anillo", podrían generar más problemas de los debidos.
Ante esta situación, advirtieron a la Cofradía de la Vera Cruz de que "esto podría suceder" y la entidad decidió "cerrar la Iglesia por seguridad". De Bonrostro reconoce que este desplome "suele pasar en las obras de rehabilitación" porque "muchas veces no sabes lo que te vas a encontrar debajo" de la estructura, como así ha sido el caso.
Nueva licitación
La Cofradía de la Iglesia de la Vera Cruz explicaba el martes que lo más importante ahora es desescombrar. Su secretaría, Beatriz Tovar, reconocía que en el momento que los técnicos les advirtieron de un posible desplome, convocaron una reunión del Cabildo y decidieron cerrar la Iglesia por seguridad.
La Asociación por el Patrimonio de Valladolid, por su parte, ha destacado en un comunicado la necesidad de prevenir para "evitar problemas" y anticiparse así a "arreglar desastres", al mismo tiempo que aseguran que "nos preocupa y mucho el porqué se ha llegado hasta esta situación en un bien protegido como es el conjunto de la calle Platerías y en una iglesia donde se guardan tallas icónicas de la Semana Santa vallisoletana".
Conmoción en la calle
Los comerciantes de los negocios que desarrollan su actividad en esta céntrica calle se muestran conmocionados. En esta vía se encuentran desde tiendas de ropa hasta floristerías o cafeterías acostumbradas a observar la cúpula del templo, algunas desde más cerca y otras a más distancia. Algo que ya no se va a repetir. Al menos, hasta que se levante de nuevo este elemento arquitectónico, una de las señas de identidad de la Iglesia de la Vera Cruz y un emblema para la zona. Se muestran conmocionados ante lo que sucedía el martes, pero se alegran de que no se haya producido una desgracia mayor, de índole humana.
Aunque todos coinciden en el impacto que ha supuesto esta noticia, no todos lo han vivido de la misma forma. Hay quien sí que escuchó el ruido que ocasionó el derrumbe, mientras que otros comerciantes fueron avisados después de producirse y solo pudieron ver la nube de humo que han producido los materiales al caer.
Mercedes Delgado, de Ronte, explica que la atracción turística del templo repercute en el flujo de clientes diarios que pasan por la calle y también por su tienda. "Es muy visitada durante todo el año, pero en Semana Santa es la que más atractivo tiene y eso lo notamos. La imaginería es lo más valorado", explica.
"La calle y la iglesia son únicas para la ciudad. Es un 'shock'", reconocen en un negocio cercano
Delgado asegura que fue un golpe muy fuerte, pero no creían que se pudiera tratar de algo así. "Enseguida vimos a la gente mirar la polvareda, pero al asomarnos, al estar tan pegados a la iglesia, no echamos de menos la cúpula en un golpe de vista. Creíamos que podía haberse caído un andamio, pero no algo así, en absoluto. Por la tarde, al venir, ya vimos que faltaba la cúpula e impresiona, pero en ese momento no lo viví con susto", reconoce.
"Tanto la calle como la iglesia son únicas para la ciudad. Es un shock. Yo no trabajaba por la mañana, pero cuando me lo han enviado no me lo podía creer. Jamás habríamos imaginado que esto pudiera ocurrir, nadie había pensado en algo así", reconoce Margarita Uría, de la Floristería La Jara de la calle Platería.
Por el contrario, Paco Domingo, de la Casa del Sombrero, asegura que no se ha enterado en el momento de lo que ha ocurrido, sino más tarde y lamenta sus consecuencias para la Iglesia de la Vera Cruz, ya que esta supone un verdadero emblema para la ciudad del Pisuerga. "Es una pena que haya ocurrido esto, la verdad", concluye.
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