Díaz entierra su idea de subsumir a sus aliados dentro del partido y se culpa de intentar competir con Podemos en campaña


         Díaz entierra su idea de subsumir a sus aliados dentro del partido y se culpa de intentar competir con Podemos en campaña

Sumar comienza a bosquejar sus primeros análisis sobre los motivos que le han llevado a encadenar varios fracasos electorales desde principios de año, unos...

Sumar comienza a bosquejar sus primeros análisis sobre los motivos que le han llevado a encadenar varios fracasos electorales desde principios de año, unos batacazos que han tenido como corolario el raquítico 4,65% de los votos que obtuvo el pasado domingo en las elecciones europeas. Los primeros diagnósticos en los que coinciden todas las alas de la coalición, entre ellas la que lidera la propia vicepresidenta Yolanda Díaz —líder de facto del espacio pese a haber renunciado a capitanear su pequeño partido, Movimiento Sumar—, giran en torno al fracaso del modelo diseñado por Díaz, que ha buscado desde hace un año subyugar a todos sus aliados bajo su mando.

No obstante, en el entorno de la vicepresidenta también empieza a asumirse que los problemas de Sumar en los últimos meses no solo tienen una raíz organizativa, sino también política. Y algunas voces, tanto próximas a Díaz como de formaciones aliadas como Más Madrid, consideran que Sumar ha pecado de mirar demasiado de reojo a un Podemos que salió de Sumar en diciembre y que ha hecho girar buena parte de su mensaje político de los últimos meses precisamente en reivindicarse como la izquierda valiente frente a la tibieza de la que, a su juicio, hace gala Sumar, especialmente en su relación con el PSOE.

"Las tesis políticas que vienen de la asamblea son buenas, pero hay varias voces que alertan de que en la última campaña, por ejemplo, nos hemos equivocado tácticamente al prestarle demasiada atención a la competición en nuestro flanco izquierdo", explica una fuente de la dirección de la coalición. Por ahora, la solución que se plantea dentro de Sumar es "volver a las señas de identidad" de la formación: "mano de hierro en guante de seda, medidas que dibujan el futuro, como la reducción de la jornada laboral, pluralidad interna y serenidad".

Se trata, por ahora, de análisis superficiales, puesto que Sumar se ha centrado durante la semana inmediatamente posterior a las elecciones en un proceso de reorganización urgente tras la dimisión de Díaz como coordinadora general. Para sustituir a la vicepresidenta en las labores orgánicas, el jueves Sumar eligió una dirección colegiada compuesta por personas de su máxima confianza: la secretaria de Organización, Lara Hernández; la de Comunicación, Elizabeth Duval; Txema Guijarro, como enlace con el grupo parlamentario; y Rosa Martínez, actual secretaria de Estado de Derechos Sociales y que servirá como enlace en el Gobierno.

Esa tetrarquía será la que ahora pilotará Movimiento Sumar, el partido de Díaz, aunque el liderazgo de la vicepresidenta en esa pequeña formación es innegable, entre otras cosas, porque prácticamente carece de estructuras y otros cuadros. Los próximos pasos a dar por por esa nueva dirección colegiada serán, explican fuentes conocedoras de los mismos, entablar "un diálogo abierto y sincero" con los aliados que sí tienen organización detrás (fundamentalmente, IU, Más Madrid y Catalunya en Comú), asumiendo, eso sí, que el modelo por el cual Sumar trataba de situarse como un paraguas que estaba por encima del resto de los partidos se ha demostrado fallido y que debe buscarse una organización más "horizontal" en la que los partidos tengan más peso en la toma de decisiones.

Con ese planteamiento coinciden tanto IU como Más Madrid, los partidos aliados de Díaz que con mayor contundencia se han expresado en la última semana y que llevan meses distanciados de la vicepresidenta porque se han mostrado muy críticos, precisamente, con su intención de subsumirlos dentro de Sumar. Tras el batacazo del domingo pasado, que se suma a los malos resultados obtenidos en las elecciones gallegas y catalanas, ambos partidos consideran que sus tesis se han demostrado ciertas. El coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, lo expresaba con claridad el pasado viernes en una entrevista en este diario: el modelo de Sumar como "un paraguas para acoger a otros partidos" se ha "dado de bruces con la realidad".

El problema no es solo organizativo

No obstante, estos partidos también consideran que es necesario que Sumar haga cambios que vayan más allá de su modelo de organización. "No ha habido un discurso consensuado entre todos los partidos que formamos parte de Sumar. Tú no puedes construir un proyecto de frente amplio sin un método de toma de decisiones, porque si las decisiones las tomas solamente tú, el resto de la gente no se implica. Y cuando llega la campaña electoral te das cuenta de que hay que diversificar los mensajes, pero en 15 días no se modifica el comportamiento electoral", criticaba Maíllo en la... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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