La Audiencia Provincial de Badajoz acogerá la semana que viene el juicio contra el único acusado de matar y enterrar el cuerpo de Manuela Chavero, la vecina de Monesterio (Badajoz) que desapareció sin dejar rastro la madrugada del 5 de julio de 2016. Sus restos mortales no se encontraron hasta cuatro años después, enterrados y con múltiples signos de violencia. El único acusado es su vecino Eugenio Delgado y tanto la Fiscalía como la familia Chavero buscan una prisión permanente revisable de condena que no será sencilla. El reto es poder demostrar que el acusado la agredió sexualmente antes de acabar con su vida.
Manuela Chavero era una mujer de 42 años que residía en el pequeño municipio extremeño de 4.000 habitantes donde todo el mundo se conoce. Unas semanas después que ella, desapareció en Galicia la joven madrileña de 18 años Diana Quer y su caso concentró la atención de los medios de comunicación nacionales. A pesar de haber desaparecido antes y las múltiples similitudes entre uno y otro, la investigación en torno a la desaparición de Manuela Chavero avanzó siempre en un segundo plano mediático, salvo para su familia, Monesterio y Badajoz, que nunca dejaron de buscar y hacerse preguntas.
La abogada Verónica Guerrero será la encargada de ejercer la acusación particular en el juicio en representación de la familia Chavero. En conversación con El Confidencial, afirma que no siente que el despliegue en torno a la búsqueda de Diana Quer perjudicara la investigación en Monesterio: “La investigación de la UCO (la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) es perfecta, es de las mejores investigaciones que yo he visto, un trabajo pormenorizado en el que no se han dejado ningún cabo suelto”.
El caso empezó en manos de la Guardia Civil de la localidad, pero la UCO, unidad de élite del Instituto Armado, llegó “casi desde el principio”, relata la letrada. El cadáver de Diana Quer apareció el día de Nochevieja de 2017, tras 497 días escondida por su asesino en un pozo. Por estos hechos fue condenado dos años después a prisión permanente revisable Enrique Abuín, alias ‘el Chicle’. El día de su detención, el máximo responsable de la UCO compareció ante los medios de comunicación rodeado de todos los investigadores en una puesta de escena inédita para un caso de sucesos.
Unas semanas después de encontrar el cuerpo de Diana Quer, los resultados de la autopsia confirmaron que había sido estrangulada, pero no pudieron determinar si también había sufrido algún tipo de agresión sexual debido al estado del cadáver: había estado sumergido durante más de un año dentro del pozo. La prisión permanente por un asesinato solo se puede aplicar cuando hay una agresión sexual previa, cuando la víctima es menor o especialmente vulnerable o cuando se producen varias muertes en el marco de una organización criminal.
Nunca se llegó a conocer con exactitud el tipo de actos sexuales que el condenado cometió contra Diana Quer, un detalle, que, para el Tribunal Supremo —que confirmó la prisión permanente revisable para El Chicle— carece de verdadera relevancia si fue violación o no, puesto que su forma de actuar sí que indica pensar en el móvil sexual del asesino. La retuvo a la fuerza, la ocultó en el maletero, el cuerpo estaba desnudo y él se deshizo de las pruebas.
"Sadismo sexual"
En el caso de Diana Quer, el Chicle fue detenido además cuando intentó secuestrar a otra joven. Pesaba sobre él una denuncia por agresión sexual por parte de la hermana gemela de su esposa, aunque más tarde fue retirada. Es decir, había un patrón de conducta. En el proceso contra el presunto asesino de Manuela Chavero es más complejo y no hay antecedentes por agresión sexual, pero la familia de la víctima defenderá en el juicio un informe elaborado por la sección de análisis del comportamiento delictivo que describe sus comportamientos sexuales. "Presenta rasgos disfuncionales de personalidad y un trastorno por sadismo sexual", dice el documento.
Este informe policial servirá para presentar al jurado que Eugenio Delgado violó a Manuela antes de matarla. Entre algunas evidencias que se han empleado para dibujar ese perfil se apunta a conversaciones con mujeres que encontró la Guardia Civil cuando inspeccionó su teléfono móvil. A diferencia de Diana Quer, los restos mortales de Manuela Chavero no aparecieron hasta septiembre de 2020, más de cuatro años después de su desaparición. No había partes blandas, solo huesos.
En estas investigaciones resulta clave hallar el cuerpo de la víctima porque ofrece mucha información sobre cómo sucedieron los hechos, pero después de cuatro años bajo tierra, lo único que se pudo acreditar es que la mujer tenía rota la nariz, las cuencas de los ojos, que le habían arrancado varios dientes y presentaba varias costillas rotas. Son signos compatibles con una paliza, pero resulta complejo probar una agresión sexual. Otro aspecto que jugará en contra del acusado fue la manifestación que hizo el propio Eugenio Delgado. Después de que hallasen los huesos de Manuela Chavero, él mismo se puso en contacto con la Guardia Civil para informar de que si encontraban restos de semen suyo es porque había cometido relaciones consentidas con la fallecida.
La coartada de la cuna
"Cuatro años son muchos. Tuvo mucho tiempo para pensar en una coartada", advierte la abogada Guerrero. La versión de Eugenio Delgado es que la noche de los hechos vio que Manuela tenía la luz encendida en casa y aprovechó para recordarle que tenía que devolver una cuna de bebé que le había dejado. Lo que es cierto es que Manuela Chavero salió ese día de su domicilio pensando en regresar pronto porque no se llevó su teléfono móvil ni su cartera y dejó encendida la televisión.
El acusado, que defenderá su libre absolución, cuenta que cuando iban a sacar la cuna de su casa, ella iba de espaldas a la puerta de la habitación, en ese momento empezaron a tener una discusión porque la cuna tenía varios desperfectos. En ese momento, ella se tropezó y se dio un golpe mortal en la nuca. Alega que después de eso la enterró por miedo a que le acusaran de haberla matado. "Para nosotros la cuna es irrelevante porque consideramos es que fue una excusa para sacarla de casa", apunta la abogada.
El acusado fue arrestado el 17 de septiembre de 2020 y se encuentra en prisión provisional. La Fiscalía le acusa de un delito de asesinato con alevosía y para evitar el descubrimiento de un delito contra la libertad sexual. Pide para él la prisión permanente revisable y que en caso de que algún día salga de prisión tenga que pasar diez años sin poder volver a Monesterio. En concepto de indemnizaciones, el fiscal solicita 161.400 euros para cada uno de los hijos de Manuela.
La acusación que ejercen la hermana y los padres de la víctima piden para el acusado 20 años de prisión por un delito de detención ilegal y la prisión permanente revisable por un delito de asesinato con ensañamiento y alevosía con intención de ocultar otro delito contra la libertad sexual. Además, le acusan de tres delitos de lesiones psíquicas o, subsidiariamente, tres delitos contra la integridad moral por si no admitieran las lesiones.
Para el padre de Emilia (Emilio, que murió en agosto de 2019) piden 74.803,19 euros. Al haber fallecido, se intentará que ese dinero vaya a los herederos. Para la madre, Virtudes, piden 91.998,18 euros y para Emilia, la hermana, 107.723,92 euros. Estas cantidades se han fijado en función del informe psicológico que estableció el daño que se les ha causado. La abogada Verónica Guerrero pide la agravante de género, que es cometer un delito contra una mujer por el hecho de ser mujer.
El juicio se celebra de lunes a viernes en sesiones de mañana y tarde. Vecinos de Badajoz y de Monesterio acudirán en un autobús fletando para la ocasión para dar apoyo a la familia. Esta semana, la hermana de Manuela Chavero recordó en una entrevista concedida a ‘Vamos a Ver’ cómo durante años de búsqueda convivieron con el presunto asesino: "Cuando me hablaba, nunca me miraba a los ojos".
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