La historia se repite y, casi siempre, con una cadena de errores que demuestran que no aprendimos del pasado. Esto se acrecienta cuando hablamos de patrimonio, de cultura y de arraigo. La momia de Erques, con 850 años de antigüedad, es un claro ejemplo de ello. Recuperada en el barranco de Erques, entre los municipios de Güímar y Fasnia, en 1763, y trasladada a Madrid en el siglo XVIII como un regalo al rey Carlos III, ha sido objeto de debate y de un tira y afloja entre la política canaria y nacional.
Una momia que Madrid se quedó y no ha devuelto, como sí lo hizo con las otras cuatro que tenía en el Museo Nacional de Antropología en la década de los 70. A día de hoy, está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional, siendo la única momia guanche que alberga este centro en su interior. Desde este Museo rechazan su regreso a Tenerife porque "tiene un contexto histórico y está expuesta con unos estrictos criterios de conservación". Además, y según su directora, Isabel Izquierdo, "no se trata de mostrar el resto humano por el resto humano, sino que hay una contextualización histórica".
Con el anuncio del Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de "querer descolonizar los 17 museos estatales" y plantear un "proceso de revisión de las colecciones que permitan superar un marco colonial que han lastrado, en ocasiones, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico", las autoridades canarias han vuelto a solicitar, por octava vez en la historia, la vuelta de Erques.
"Debe estar en el sitio de donde salió"
El director del Museo Arqueológico de Tenerife y del Instituto Canario de Bioantropología, Conrado Rodríguez, es claro: "Es una de las mejores momias guanches conservadas y una de las mejores que existen a nivel mundial y debe estar en el sitio de donde salió, que es aquí en la isla". Asimismo, considera que "aquí está mucho mejor contextualizada porque aquí están todos los restos materiales y humanos de la cultura guanche y, además, es misión de nuestro museo recuperar aquellos restos, especialmente, los humanos".
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Á. Van den Brule A.
Rodríguez señala que es "un ejemplar único desde todos los puntos de vista" y añade que "las instalaciones del MUNA (Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife) son mejores que las de los Museos de Madrid, tanto en exposición como en investigación o almacenamiento". Por ello, y en relación con el planteamiento que hacen desde la capital española por no garantizar un correcto traslado, Rodríguez añade que "es un disparate que digan que es un riesgo que la traslademos porque ya hemos traído momias de Argentina, que es más complicado porque es vía terrestre y vía aérea, y también desde Madrid en otras ocasiones".
Se muestra optimista en que esta vez se logre llevarla a Tenerife: "Yo siempre confío, otra cosa es que me hagan desconfiar, pero si se cumple lo que dijo el ministro no debería haber problema, ahora toca saber si le dejan cumplir lo que dijo". Este medio ha intentado ponerse en contacto con el Ministerio de Cultura, pero no ha obtenido respuesta.
El Cabildo Insular de Tenerife realizó un informe que avala que el MUNA ofrece las mejores condiciones de conservación para la momia de Erques. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, deja claro que "no existe ningún problema para garantizar el traslado porque la experiencia y los conocimientos acumulados durante más de 30 años en traslados de momias y restos momificados es muy superior a los que pueda tener ninguna otra institución museística de España, incluido el propio Museo Arqueológico Nacional".
La presidenta de la institución insular, Rosa Dávila, afirma que "traer a la momia guanche es una cuestión de orgullo, de historia de un pueblo y de identidad que no puede ser borrada". Comenta que no está en Madrid por razones científicas sino por algo "inaceptable" en el siglo XXI como "un regalo hace 250 años aun monarca absolutista".
En ello coincide el vicepresidente, y también consejero de Turismo, Lope Afonso, que asegura que "no pretendemos crear discusiones estériles, sino plantear una reivindicación justa que los ciudadanos merecen conseguir por todo el tiempo que lleva fuera y porque aquí se le pueda aportar el valor que, desde el punto de vista histórico y cultural, tiene la momia de Erques".
El Parlamento canario también se une a esta petición
Todos los grupos parlamentarios, a excepción de Vox, porque alegan que "Canarias nunca fue una colonia", han acordado instar al Gobierno autonómico a demandar que la momia guanche sea trasladada al Archipiélago. La diputada nacionalista Ana Oramas, ponente de esta propuesta, ha recordado en su primera intervención en el Parlamento de Canarias 26 años después de la última vez que lo hizo que ya en 1976 el Cabildo de Tenerife reclamó unánimemente la devolución de la momia guanche.
La primera solicitud fue en 1976, cuando se acordó en el Cabildo Insular solicitar que se llevara a la Isla. En el 2006 y 2010 fueron aprobadas sendas mociones en el Senado y el Congreso a favor del traslado de la momia guanche a Canarias y en ambas el PSOE se opuso, siendo Ángel Víctor Torres, actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el diputado interviniente en la Cámara Baja, quien entonces advirtió de los "riesgos irreparables" durante el traslado.
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Manuel Domínguez, que fue el diputado que intervino en aquel debate por el PP y actual vicepresidente canario, tuvo que "convencer" a su partido a votar a favor, si bien cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa no llevó a efecto el traslado. En 2012, en el Congreso, se volvió a votar la iniciativa y PP y PSOE votaron que no, siendo el único argumento el del riesgo en el traslado hasta Tenerife.
Una momia única
La momia está datada entre 1154 y 1260 y es un hombre adulto que tiene 850 años. Los estudios de 2015, cuando pasó al MAN, arrojaron luz sobre quién era este individuo y los entresijos del proceso utilizado por los guanches para conservar los cadáveres, al que denominaban mirlado. El trabajo científico descubrió que el varón murió entre los 35 y 40 años, tenía de 1,62 metros de altura, toda su dentadura conservada -sin desgaste ni caries-, rasgos negroides y manos que no delatan trabajos físicos duros. Del estado de la dentadura (que habla de buena alimentación), de sus manos, y de que fuera sometido a un proceso de momificación de mucha calidad, los investigadores infieren que se trata de un varón con una posición preeminente en su sociedad.
Esta momia, conocida popularmente como Jacinto, fue un regalo al rey Carlos III. Pasó por el Museo de Antigüedades de la Real Biblioteca (1766); el Real Gabinete de Historia Natural (1771, luego redenominado Museo de Ciencias Naturales, 1815); el Museo Nacional de Antropología (1910) y la Sala de Canarias del Museo Arqueológico Nacional (2015), donde hoy permanece "algo a trasmano". Incluso fue llevada a la Exposición Universal de París de 1878.
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