"Es el epílogo de un pasado que vamos a superar". Así ha comenzado Alberto Núñez Feijóo una durísima intervención contra la decisión de Sánchez de permanecer en la Moncloa, que se ha hecho esperar casi tres horas desde la comparecencia del dirigente socialista. "Es el discurso más peligroso de todos los que ha entonado", advertía Feijóo, al sugerir que Sánchez "no acepta la discrepancia" y solo "quiere un país a su medida y a su servicio, ciudadano a ciudadano, institución a institución".
Pese a incidir que el proyecto de Sánchez "se acabó" y asegurar que lo que busca es "colar por detrás" un "cambio de régimen", el líder de la oposición ha descartado de forma tajante la posibilidad de impulsar una moción de censura porque Sánchez "ha comprado el apoyo de sus socios". Sí ha pedido al jefe del Ejecutivo una convocatoria electoral adelantada que, asume, no llegará. Y ha sugerido que la respuesta a la "estrategia" del jefe del Ejecutivo la encontrará en la calle. "No van a callarnos", lanzaba. "España no ha recorrido este largo camino desde la Transición para emular a regímenes que no creen en la libertad".
Tras cinco días de máxima tensión, la incógnita sobre la continuidad de Pedro Sánchez ha finalizado como Feijóo tenía previsto: seguirá al frente de la Presidencia del Gobierno tras el parón que se tomó para "reflexionar" por el "acoso" que, a su juicio, se ha erigido en las últimas semanas contra su mujer. La decisión que ha tenido en vilo a España se gestó tras la apertura de diligencias contra Begoña Gómez por presunto tráfico de influencias y corrupción en el sector privado. En el entorno de Feijóo lo veían desde el primer día como una especie de "táctica" para reactivar a su electorado, tanto de cara a las catalanas como a las europeas. Y ahora ve plenamente reforzado su planteamiento.
Durante su intervención, Feijóo ha incidido en la idea de una supuesta involución democrática en la que Sánchez busca poner coto "a la oposición, al a justicia y a los medios". Ha censurado, en esta línea, que haya utilizado "a su entorno familiar como estrategia para ganar tiempo" en ese objetivo, y también que haya "llegado a usar al Rey como actor secundario de su última película". No en vano, y antes de hacer pública su decisión, el jefe del Ejecutivo se ha desplazado hasta Zarzuela para comunicar a Felipe VI que continuará en el cargo.
En un tono en ocasiones guerracivilista, el líder del PP ahondaba en la necesidad de frenar la pretensión de Sánchez de "volver a los dos bandos". "La España del conmigo o contra mí es la fórmula que ha escrito las páginas más negras de nuestra historia, y no queremos volver a ellas", reiteraba. Feijóo ha sembrado, además, la semilla de una posible movilización contra el Gobierno. "Va a tener la movilización que buscaba, pero no en los términos que esperaba", azuzó.
El líder del PP ha evitado hacer "conjeturas" sobre cómo materializará Sánchez ese "cambio de régimen" que observa. No ha querido valorar, por ejemplo, la posibilidad de que el Gobierno reforme a través del Congreso las mayorías necesarias para reformar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y no necesitar así al PP. Feijóo ha recordado que fue el propio Sánchez el que se comprometió con él en una reunión celebrada el pasado mes de diciembre a que no alteraría el sistema de elección parlamentaria de los vocales del órgano. Feijóo ha avanzado también que reunirá este martes a los grupos parlamentarios de Congreso y Senado para valorar los siguientes pasos.
Ayuso y Aznar hablan de "desvergüenza" y "caudillismo"
Isabel Díaz Ayuso se ha adelantado a la valoración de Alberto Núñez Feijóo, cuya comparecencia estaba prevista a partir de las 13:30h en la sede de Génova. "Para mí no ha sido ninguna sorpresa", lanzaba la presidenta madrileña, que acusaba a Sánchez de utilizar cinco días para "ver cómo ataca a los jueces, a los partidos y a la prensa independiente". "Sus declaraciones son casi una broma", una "desvergüenza absoluta", despachaba la dirigente, que advertía además de una "etapa aún más dura" porque el Gobierno ejercerá "el poder sin control".
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha insistido en esa idea en redes sociales tras su intervención en Pozuelo de Alarcón, y ha azuzado la tesis de que Sánchez perseguirá a partir de ahora "al adversario político, a jueces, medios y periodistas, así como a sus entornos familiares". "Su proyecto sale hoy a avisarnos: laminará cualquier contrapeso que le recuerden dónde están los límites", escribía en X. Sánchez sí ha puntualizado en su comparecencia que su decisión no es "un punto y seguido", sino un "punto y aparte" para la "regeneración de la democracia".
Sánchez lleva años persiguiendo desde las instituciones al adversario político, jueces, medios y periodistas, así como a sus entornos familiares.Su proyecto sale hoy a avisarnos: laminará cualquier contrapeso que le recuerde donde están los límites. Por la impunidad.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) April 29, 2024
"Era lo esperado. Nunca pensó en dimitir", ratifican en privado distintos cargos del partido, que ven que la estrategia seguida por el presidente del Gobierno solo abona su "descrédito" de cara a la ciudadanía, como sugiere un barón territorial. Lo que sí ha generado cierta sorpresa en el PP es que Sánchez diga que se queda "como si nada" y sin convocar una cuestión de confianza para reafirmar su liderazgo junto a sus socios, un escenario que sí esperaban en el 13 de Génova. Ni siquiera algunos de sus aliados parlamentarios daban crédito a la decisión de Sánchez. "Mal ejemplo si se iba, porque no era una dimisión, sino una rendición. Y mal ejemplo aún si se queda sin hacer nada, porque habrá sido un acto de frivolidad y no algo de verdad", lanzó el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.
Antes de Feijóo, tanto Ayuso como Aznar han reaccionado a la 'no dimisión' de Sánchez. El expresidente del Gobierno, que protagonizaba este lunes un acto de la fundación FAES, ha cargado duramente contra el jefe del Ejecutivo, al que ha acusado de "suplantar" la Presidencia del Gobierno por "una comedia de caudillismo lacrimógeno". "Lo ha hecho todo al más puro estilo del populismo peronista: patetismo sentimental; apelación directa a la ciudadanía; transparente intención polarizadora; construcción de un enemigo odioso y, por supuesto, amenaza hacia todo contrapoder: judicatura, prensa libre y oposición", censuraba.
"No se va ni con agua caliente", valoraba también el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Era el mismo diagnóstico que agitaba también en redes sociales Alicia García, portavoz del PP en el Senado. "Para este viaje no hacían falta tantas alforjas", escribía. El primero en reaccionar al discurso de Sánchez en el PP ha sido el candidato del partido en Cataluña, Alejandro Fernández, cuyo arranque de campaña ha estado marcado por el parón sin precedentes del presidente del Gobierno. "Ha quedado claro: para Sánchez no son los jueces los que pueden condenar a Puigdemont o procesar a su mujer: eso solo lo puede decidir él y nadie más que él", lanzaba.
Ha quedado claro: para Sánchez no son los jueces los que pueden condenar a Puigdemont o procesar a su mujer: eso sólo lo puede decidir él, y nadie más que él. Porque sólo él sabe lo que es digno y justo.
— Alejandro Fernández (@alejandroTGN) April 29, 2024
En el PP censuraron desde el primer día lo que veían como una estrategia "victimista" por parte del jefe del Ejecutivo con el objetivo de pulsar a la sociedad y salir airoso de los últimos escándalos que han acorralado al Ejecutivo, no solo en lo relativo a la mujer del presidente del Gobierno, sino también por el estallido del caso Koldo o el presunto conflicto de interés en el que incurrió Sánchez por no inhibirse en el rescate de Air Europa, un asunto que Génova llevará a los tribunales. "Es una maniobra de supervivencia política", aireó Feijóo en los últimos días.
Sánchez ha comparecido este lunes desde el Palacio de la Moncloa, pero sin permitir preguntas a los periodistas. El jefe del Ejecutivo ha llamado a la "movilización" para poner freno a la "política de la vergüenza" de la que acusa a la derecha después de unas manifestaciones de apoyo a medio gas este fin de semana. En Ferraz se congregaron unas 10.000 personas el pasado sábado, muy por debajo de las más de 45.000 que reunieron diversas convocatorias del PP y de la sociedad civil contra la ley de amnistía. El domingo, en otra movilización entre Atocha y el Congreso de los Diputados, apenas se congregaron 5.000 personas.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}