La tranquila campaña vasca, de cuyos candidatos apenas sí conocíamos el nombre, ha cogido vuelo por el eterno recuerdo de esa panda de asesinos que el candidato...
La tranquila campaña vasca, de cuyos candidatos apenas sí conocíamos el nombre, ha cogido vuelo por el eterno recuerdo de esa panda de asesinos que el candidato de Bildu, Pello Otxandiano, bautizó como "grupo armado" posiblemente porque así lo piensa. Sorprende el rasgado de vestiduras por la definición: qué se puede esperar de los herederos de HB, EH o Sortu. Es lo que eran, son lo que son. Ayer, llegó la presunta disculpa de Otxandiano, que ni fue disculpa ni nada, y el medido rechazo de Pedro Sánchez: primero criticó a Pello, después sacudió a Aznar –así, sin más– y terminó defendiendo su alianza con los del "grupo armado". Cosas de la política, y eso.
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