El PP se encontró el martes con unos inesperados compañeros de viaje en el Congreso. La propuesta de los populares para sacar al lobo del listado de especies protegidas contó con el apoyo de Vox, pero también con los votos a favor del PNV y Junts, y la abstención de Bildu y Coalición Canaria. La iniciativa salió adelante gracias a una mayoría insólita y en el PSOE no ocultan su sorpresa. Los socialistas no contemplaban el movimiento de los jeltzales ni de la izquierda abertzale, pero los populares esperan que este tipo de aritméticas sean cada vez más frecuentes. Saben que el PNV no va a romper con Pedro Sánchez, pero creen que se irán distanciando.
La noticia fue celebrada por los ganaderos, que llevan desde 2021 exigiendo que se rebaje la protección del lobo y por las comunidades del norte gobernadas por el PP. Castilla y León, Galicia y Cantabria, además de Asturias, esta última en manos del PSOE, concentran más del 90% de las manadas que existen en España, alrededor de unas 300. La lectura que flota en el sector es que ahora sí, visto el giro de los acontecimientos en el Congreso, la exclusión del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) es factible. Consideran que así las extracciones (batidas) para el control de la población de los animales serán más permisivas y se podrán contener los ataques que sufre el ganado. La hipótesis se aviva con la marcha de Teresa Ribera como candidata del PSOE a las elecciones europeas. La titular de Transición Ecológica ha sido la diana de las críticas de los ganaderos por su firme defensa en la protección del lobo y sin ella en la ecuación, esperan romper la ortodoxia que hasta ahora ha abanderado el Ministerio.
"Sí me ha sorprendido la postura del PNV. Hace un mes en el Senado votaron en contra de descatalogarlo y ahora han votado sí", remarca Daniel Senderos. El diputado socialista, el encargado de defender el martes la postura de su partido, no entiende el cambio en los jeltzales y tampoco la abstención de Bildu. Joseba Agirretxea, el diputado del PNV que tomó la palabra, fue especialmente crítico con la gestión del Gobierno. "No se ha resuelto bien, evidentemente. Las comunidades no están contentas y los agricultores y los ganaderos están desesperados", censuró. El parlamentario vasco cargó además contra el Ministerio por no tener en consideración al sector ganadero, tachó de "forzosa" la inclusión del lobo en el Lespre y criticó que se hubiese hecho "sin consultar a quien se debe".
Bildu no expuso en el pleno su postura. Pero fuentes de la coalición trasladan a El Confidencial un argumento similar al esgrimido por el PNV: es necesario encontrar un equilibrio entre el sector primario y la protección del animal. Las voces consultadas ponen el foco en que los productores "deben tener garantías y ver asegurada su seguridad". La polémica lleva coleando desde 2021, cuando Transición Ecológica blindó al cánido. Entonces, las principales comunidades afectadas recurrieron a la justicia, también Asturias, bajo gobierno socialista, y ahora redoblan presiones para terminar de decantar la balanza en el trámite parlamentario que debe abrirse en el Congreso.
La división en el PSOE
La posición del PSOE no es sencilla. La postura del Ministerio choca abiertamente con los postulados de Asturias, también del resto de federaciones de las comunidades loberas. En el Gobierno del Principado no han lanzado las campanas al vuelo, como han hecho el resto de Ejecutivos, en manos del PP, pero no ocultan las diferencias con el Gobierno. "Nosotros no compartimos el criterio que el Ministerio trasladó al Congreso", defendió sin ningún tipo de subterfugio el consejero asturiano de Medio Rural, Marcelino Marcos. Se refería a los argumentos empleados por Transición Ecológica, entre ellos que la proposición del PP no se justificaba ni desde un punto de vista técnico ni científico. "No lo compartimos, de la misma manera que no compartimos la posición del Ministerio respecto a la situación del lobo en nuestro país y, en particular, en Asturias", añadió.
Para el PSOE asturiano, que justo antes de las elecciones municipales del 28-M vio como una alcaldesa del partido era amenazada por haber apoyado a los ganaderos frente al lobo, el animal "no está en una situación desfavorable. El número de lobos sigue creciendo, las manadas siguen creciendo y los daños siguen creciendo", sostienen, al igual que apuntan Castilla y León, Galicia y Cantabria. El diagnóstico es el mismo, pero el PP no ha dudado en poner en evidencia las contradicciones en el seno de los socialistas.
El poni de Von der Leyen (y el plan europeo antilobo) pone en pie de guerra a la ciencia
José Pichel
No obstante, y a pesar de la euforia que provocó la votación en el Congreso, la prudencia se impone. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Galicia recuerdan que "se trata de un paso muy preliminar". "En todo momento defendimos que elevar el nivel de protección de la especie en toda España era un error y no respondía a criterios objetivos ni a su estado favorable al norte del Duero", recuerdan, a la espera de que también el debate abierto en Europa sobre el nivel de protección con el que debe contar el animal se convierta en otro elemento de presión para que el Gobierno central rectifique.
En la misma línea, fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León toman la referencia del cambio de criterio adoptado por la Comisión Europa, que consideró necesario abrir una reflexión después de que un lobo atacase y matase al poni de Ursula von der Leyen, la presidenta de la institución. Tras el suceso, el organismo abrió un periodo de consultas en el que participaron las comunidades españolas afectadas, pero desde el Ejecutivo que dirige Alfonso Fernández Mañueco lamentan que "el Gobierno de España ha caminado en sentido contrario, protegiendo estrictamente el lobo allí donde no estaba (al norte del río Duero), quitando a las comunidades la gestión de la especie, que venían ejerciendo de forma responsable y técnica, lo que había permitido que el lobo tuviese una evolución de expansión y conservación favorable, y que los daños a la ganadería fuesen limitados". En el PSOE, no obstante, insisten en que sacar al cánido del catálogo de especies protegidas no acabaría con el problema porque los ataques no cesarían.
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