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Las encuestas dadas a conocer desde la convocatoria de las elecciones autonómicas vascas por parte del lehendakari Iñigo Urkullu para el próximo 21 de abril arrojan un resultado inédito: el PNV ve amenazada su tradicional hegemonía y aparece igualado en escaños con EH Bildu. Sin ir más lejos, el Sociómetro de marzo del Gobierno Vasco arroja un virtual empate a 29 entre las dos fuerzas, y otorga al PSE-EE la capacidad de decidir cuál será la composición del futuro ejecutivo en virtud de su hipotética decena de representantes, en un parlamento compuesto por 75 miembros (25 por cada territorio histórico al margen de su población). Esta incertidumbre no se producía desde 1986, cuando el Partido Socialista, encabezado por Txiki Benegas, se impuso al PNV en escaños (19 frente a 17), aunque no en votos, tras la escisión protagonizada por Carlos Garaikoetxea.
Este escenario de fondo ha monopolizado los actos de hoy del Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) que el PNV ha celebrado en Bilbao y EH Bildu en Pamplona. Así, el presidente del PNV Andoni Ortuzar ha realizado un llamamiento a "movilizar a tope" el voto en favor de su formación y ha advertido de una "agenda oculta" de EH Bildu, a la que ha acusado de meter "en el cajón" las cuestiones de las que no le conviene hablar con tal de suavizar su perfil y ser la opción elegida por quienes en el pasado votaban a Podemos, que llegó a ser la primera fuerza política vasca en las elecciones generales de diciembre de 2015 y de noviembre de 2016.
La formación de Otegi está llevando a cabo una precampaña basada fundamentalmente en asuntos sociales, dejando aparcadas sus tradicionales reivindicaciones independentistas. Están centrados en una carrera donde la meta volante es el autogobierno.
En el acto celebrado en la Plaza Nueva de la capital vizcaína, Ortuzar ha apostado por una Euskadi con "un autogobierno y una capacidad política y económica suficiente" para afrontar "tres retos colosales", como son la transición energética, la revolución tecnológica y la transición social. De ellas depende, a su juicio, que el País Vasco "siga siendo pujante" y sea reconocido como "nación europea" o se quede como "un barrio dependiente y desconocido de las afueras de no sé qué sitio".
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Ortuzar ha comparado a Bildu con una vaca, "aquella que daba mucha leche, pero luego le daba una patada al balde y no servía para nada". "Ahora les escuchas y son los mismos que antes, ahora se han apuntado al yogur light, ¿se puede cambiar en tan poco tiempo?, ¿este cambio es de verdad?, tenemos derecho a expresar nuestras dudas", reconocía el presidente del PNV, que ha llamado a la movilización y ha puesto el foco en los indecisos. "Debemos captar esos votos", ha pedido. "Hay mucha gente que no va a votar porque cree que no es importante, y es más importante que nunca".
Por su parte, el candidato a lehendakari de la formación nacionalista, Imanol Pradales, ha abundado en la confrontación con EH Bildu, asegurando que el 21 de abril está en juego "crecer en bienestar y como nación" con su formación o ir "para atrás como los cangrejos" con su principal rival. "Hay que elegir entre un futuro mejor o peor para Euskadi", ha asegurado.
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Mientras tanto, en un acto masivo celebrado en la capital navarra, Arnaldo Otegi no se ha salido del guion que viene siguiendo a rajatabla en los últimos meses y ha defendido la necesidad de aprovechar que "en el Estado español se ha abierto una ventana de oportunidad" de la que hay que valerse "para avanzar en el autogobierno". Con un apoyo explícito a la independencia en mínimos en Euskadi (del 22% según el Sociómetro), el líder de EH Bildu se ha dirigido al 33% que la apoyaría en función de las circunstancias. Para "atraer a la independencia" a ese sector ha juzgado imprescindible que su formación llegue a gobernar: "Nuestro proyecto tiene vocación de gobernabilidad", ha afirmado, "y necesitamos alcanzar los gobiernos para demostrar que somos capaces de mantener el orgullo de nuestra vieja nación".
"La independencia no llegará si antes no alcanzamos los gobiernos", ha asegurado Otegi, quien ha reafirmado que su vocación última es lograr un "Estado vasco independiente", si bien, de momento, deben dar pasos "intermedios" y el primero es acceder a Ajuria Enea, sede del Ejecutivo autónomo.
La polarización de la campaña entre los dos principales contendientes crece conforme se acerca la fecha de los comicios y ello afecta tanto al PP, que apenas ampliaría su representación en el Parlamento de Vitoria (en 2021 logró 6 escaños en coalición con Ciudadanos), como a Podemos y Sumar, que se presentan por separado rozando la irrelevancia y dejándose en el camino buena parte de los 6 representantes logrados hace cuatro años.
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