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Roma, donde se celebra este fin de semana el Congreso Electoral del Partido de los Socialistas Europeos (PES), ha sido una válvula de escape de la olla a presión en la que se ha convertido España para el PSOE en los últimos días. El caso Koldo ha sacudido a los socialistas y en las últimas horas las informaciones sobre la relación entre Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, y Globalia, el holding de Air Europa, que financió actos del centro que Gómez dirige en el Instituto de Empresa (IE), han aumentado la tensión.
Decenas de socialistas españoles han desembarcado en La Nuvola, un centro de conferencias en el barrio que Benito Mussolini hizo construir para la Exposición Universal de 1941. Caras relajadas entre los asistentes, como Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno, numerosos eurodiputados, diputados como Hana Jalloul o como el portavoz en el Congreso, Patxi López, e incluso uno de los más señalados en la trama, Santos Cerdán, hombre de confianza de Sánchez, que negoció con Junts durante semanas desde un hotel en Bruselas y que ahora se encuentra salpicado por la trama: fue él el que presentó a Koldo García a José Luis Abalos, la conexión de la que parte todo el escándalo.
Las caras relajadas de López solamente se han disipado cuando ha sido preguntado directamente por la relación entre Begoña Gómez y Globalia, señalando que es "indecente jugar con la honorabilidad de las personas". "No todo vale", ha replicado, alejándose de los micrófonos horas después de que El Confidencial destapara que Sánchez participó en el Consejo de Ministros que aprobó el rescate de Air Europa en plena pandemia, a pesar de que la Ley 3/2015 que regula los conflictos de intereses exige a los miembros del Gobierno abstenerse en aquellas decisiones que puedan beneficiar a sus "cónyuges" y prevé sanciones que pueden llegar a la separación del cargo.
Para muchos de estos socialistas, más allá de los eurodiputados o diputados rasos, ha sido una oportunidad para despejarse y poder pasear por las calles sin miedo a ser increpados o a encontrarse con la prensa. Algunos de ellos han viajado con su familia para así poder dedicar el fin de semana a visitar la capital italiana después de la finalización del Congreso Electoral del PES, que comenzó este viernes con algunos encuentros informales y que finaliza este sábado por la tarde. Sánchez no acudió a la cena de líderes socialistas que se celebró en el Campidoglio este viernes.
Sánchez sigue siendo una estrella dentro del PES, incluso aunque tenga dificultades en casa. De hecho, ha sido el más aplaudido entre los líderes europeos que han hablado ante la audiencia reunida en Roma. "Presidente, presidente, presidente" ha gritado el público, con una importante presencia de españoles, pero también con los aplausos y vítores de políticos activistas de otros países. Ha sido incluso más aplaudido que un líder muy querido del PES, el primer ministro portugués en funciones, António Costa, que ha sido despedido por sus colegas socialistas antes de que abandone el poder tras la convocatoria de elecciones anticipadas y la elección de un nuevo secretario general de los socialistas lusos. Tras el discurso de Costa, que ha sido inmediatamente posterior al de Sánchez, el español ha abandonado el Congreso.
El presidente del Gobierno siempre se ha sentido cómodo fuera de España, en los desplazamientos que hace a Bruselas pero también a otros lugares. Disfruta de estar en contextos no relacionados con la política nacional, y especialmente en el contexto del PES, donde sabe que tiene un peso fundamental. Con unos socialdemócratas alemanes (SPD) en crisis y enfilando lo que muchos esperan que sea una clara derrota electoral en octubre de 2025, con un escenario muy incierto en Portugal tras la caída del Gobierno Costa por un caso de corrupción, y también tras la reciente pérdida del poder en Suecia y Finlandia, España es uno de los principales bastiones del PES, que aspira en las elecciones europeas del 6 al 9 de junio de 2024 a frenar la sangría de pérdida de representación que lleva sufriendo ya treinta años.
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