Jim Morrison rubricó su adhesión al funesto Club de los 27 un 3 de julio de 1971 en París. Aquella mañana, Pamela Courson, pareja sentimental del cantante estadounidense, lo encontró muerto en la bañera del piso que compartían en el barrio parisino de Le Marais. El acta de defunción certificó el paro cardíaco como causa del deceso, pero más de medio siglo después las especulaciones sobre las circunstancias de la muerte de Morrison siguen estimulando teorías controvertidas acerca del suceso.
Es complicado reemplazar a la figura totémica de un grupo sin pasar a la memoria colectiva como una anécdota pasajera en la historia de la cultura rock, pero los intentos han sido recurrentes a lo largo del tiempo en la historia popular contemporánea. En los años noventa, tras el fallecimiento de Freddie Mercury, la prensa inglesa alimentó los rumores sobre la pretensión del resto de los miembros de Queen de iniciar la búsqueda de un sustituto del carismático vocalista del grupo británico.
Aquello no se concretó hasta 2004, cuando Brian May y Roger Taylor embarcaron al exvocalista de Free y Bad Company, Paul Rodgers, en un proyecto conjunto que finalizó un lustro más tarde. Un año antes, en 2003, los cofundadores de The Doors, Ray Manzarek y Robby Krieger ficharon a Ian Astbury, cantante de The Cult, para regresar a los escenarios, treinta años después, rebautizados como The Doors Of The 21 Century. Benidorm sería la única fecha española de la gira.
Lorenzo Pérez, director de la promotora Mundosenti2, fue el responsable de la contratación del grupo californiano. "Fue el único concierto de The Doors en España. La gira europea solo pasó por París y Benidorm. Después de aquello, John Densmore, miembro fundador que no participó del nuevo proyecto, los demandó, ganó el pleito y no volvieron a utilizar el nombre de The Doors en las giras posteriores". Cuatro años después, en 2007, volverían a la Comunitat Valenciana, esta vez a la capital, para tocar en el Greenspace como Riders on the Storm.
Ian Astbury siempre ha sido un fanático de los Doors y tras pasar una prueba, se unió a Manzarek y Krieger para interpretar las canciones de Jim Morrison. "Gerard Drouot, el agente de The Doors en París, buscaba un promotor en España y nos encontraron. La fecha elegida fue el jueves 4 de diciembre de 2003 y contamos con el apoyo financiero del ayuntamiento benidormero. Nos llovió la mundial, pero habíamos vendido las 9.000 entradas de la Plaza de Toros de Benidorm y Ray Manzarek no pensó ni por un momento aplazar la actuación", recuerda Lorenzo.
Aquella noche, antes de que Manzarek pulsara la tecla de inicio y con un escenario en penumbra, una enorme fotografía de Jim Morrison iluminaba el telón trasero hasta que Ian Astbury apareció como una réplica resucitada. Estuvo en trance todo el concierto y calcó las míticas escenificaciones espasmódicas del angelino. "La interpretación del tema Riders on the Storm fue prolongada más de lo habitual mientras el torrente de agua caía sobre la audiencia", explica el promotor, "al final del espectáculo, Drouot nos abroncó por no haber celebrado el concierto en un auditorio cubierto, pero también nos reconocieron su satisfacción, aquel aguacero añadió una atmósfera mística que conjugaba a la perfección con el espíritu del grupo".
Desde su llegada a Benidorm, la banda se mostró muy cercana con los organizadores locales. "Manzarek y Krieger ya tenían una edad pero fueron muy atentos, nos firmaron la cartelería y nos confirmaron que la lluvia no alteraría los planes de mantener el show", incide Pérez. Ambos se mantuvieron en un segundo plano durante el concierto, ya que Astbury se hizo con la escena de inmediato, tal y como sucedía en los directos de The Doors en los años 60 con Morrison a la cabeza. "Tras aquella experiencia, Astbury confió en nuestra promotora para las siguientes giras de The Cult por la Comunitat Valenciana", concluye el productor de Mundosenti2.
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