Dos maestros, dos pianos, dos estilos y el reto de homenajear a una leyenda ante Madrid

Dos maestros, dos pianos, dos estilos y el reto de homenajear a una leyenda ante Madrid

Si algo caracteriza, al menos con el programa en la mano y la música por sonar, al recital que el próximo lunes ofrecerán Martha Argerich y Nelson Goerner en el Auditorio Nacional, ese factor podría ser la dualidad.

Dos maestros y dos pianos homenajearán a una leyenda de la música clásica, el también pianista Maurizio Pollini. El virtuoso italiano falleció el pasado sábado y, en principio, iba a ser el encargado de ofrecer el concierto. En las últimas semanas, y con el músico ya enfermo, desde la Fundación Scherzo, que organiza el ciclo de Grandes Intérpretes en el que se incardina la cita, reclutaron a una de las grandes divas del piano, Martha Argerich, y a una de sus mejores parejas sobre el escenario, el también maestro argentino Goerner.

Enrique Delgado Sanz

Pero el fallecimiento de Pollini, uno de los más estoicos intérpretes de las últimas décadas, le aporta a la cita una dosis adicional de mística. Como reconoce Goerner en conversación con El Confidencial, el concierto tendrá un "componente emocional muy grande", por la admiración que el pianista italiano se labró durante décadas al primer nivel, las mismas en las que la intérprete argentina despuntó. Su forma de hacer es música es muy diferente, pero a ambos les unió, al margen de este concierto, una distinción: los dos ganaron el prestigiosísimo Concurso de piano Frederic Chopin. De hecho, consecutivamente: Pollini en 1960 y Argerich en el 65.

Otra vez dos

El recital ofrecerá dos tipos de obras. Mozart y Debussy pondrán a prueba la complicidad a cuatro manos de los maestros argentinos; mientras que Milhaud y la traca final con Rachmaninoff darán vía libre a Argerich y Goerner para lucir, piano contra piano, en una puesta en escena potente y compleja como pocas. "Buena parte de la música escrita para cuatri manos está destinada a auditorios pequeños. El carácter de esa música, si bien tiene brillantez, relieve… no deja de tener un carácter más íntimo", describe el propio Goerner. El músico también destaca el carácter "visual y espectacular" de las obras compuestas para dos pianos: "Dos pianos enfrentados pueden tener una dinámica orquestal que nunca tendrá el repertorio a cuatro manos".

Rubén Amón

Otro punto diferencial será precisamente esa complicidad entre ambos. Llevan más de 30 años compartiendo escenarios y, como expone Goerner, el clima que se genera sobre las tablas cuando dos maestros de este calibre se brindan a un auditorio se define con dos palabras: "Es maravilloso". "La complicidad y los desafíos que ahí se crean son algo maravilloso. Tú lanzas una frase de una forma determinada y el otro te da la réplica de otra manera. Es absolutamente maravilloso", insiste Goerner.

Esa dualidad que marca la atmósfera el concierto también tiene que ver con los caracteres del homenajeado y los intérpretes. Sobre Pollini escribió el malogrado José Luis Pérez de Arteaga, una de las voces más autorizadas de la crítica musical en España, aquello de "llega, toca, lo hace maravillosamente, y se va", remarcando esa identidad casi científica del pianista al que homenajearán otros dos intérpretes argentinos, que también han alcanzado las más altas cotas de la música clásica, con el corazón caliente.



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