El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves con 178 votos a favor la ley de amnistía, en un debate ha servido a todos los partidos para activar el piloto electoral de cara a los comicios del próximo 12 de mayo. Pere Aragonès adelantó las elecciones después de que los comunes tumbasen los presupuestos en el Parlament, una circunstancia que ha desatado las sospechas de Junts por un posible pacto oculto entre ERC y el PSC para que Carles Puigdemont no sea el candidato.
Tanto ERC como Junts han aprovechado sus intervenciones en la Cámara Baja para reivindicar la ley de amnistía, aunque en ambos casos han advertido al PSOE que el siguiente paso será el de la "autodeterminación". "No pararemos hasta conseguirlo", advertía por ejemplo la portavoz republicana, Pilar Vallugera, argumento que había repetido antes el portavoz de Junts, Josep María Cervera. "A los que nos preguntan y ahora qué, ahora a por todas", advertía.
El diputado de los neoconvergentes ha pinchado, además, el argumento estrella del PSOE para defender la idoneidad de la ley de amnistía lanzando un dardo al candidato de los socialistas en Cataluña. "Esta es una ley presentada por el grupo socialista no por convicción, como hoy nos vende Salvador Illa, sino como resultado del acuerdo de investidura con Junts", reiteraba.
El Gobierno ha evitado seguir el patrón habitual en las proposiciones de ley y no ha defendido la ley de amnistía en la tribuna del Congreso de los Diputados. Por parte del Grupo Socialista ha intervenido su portavoz, Patxi López, que ha centrado su discurso en cargar las tintas contra el PP y defender una normativa con la que, a su juicio, "acaba el tiempo de enfrentamiento" y abre una etapa de "reconciliación y reencuentro" en Cataluña. "España, lejos de romperla, la unimos y la vertebramos", insistía, sin reparar en la advertencia del independentismo respecto a la autodeterminación.
"No se atrevan a vender la reconciliación, porque esta ley divide a España en dos. Esto no es reconciliación, esto es sumisión", respondía Alberto Núñez Feijóo, que ve que, con la convocatoria electoral en Cataluña, el "final" de Sánchez "está más cerca". "Hoy traen la ley más importante de la legislatura, y la última probablemente", vaticinaba el dirigente popular. "Lo que tiene por delante no es una legislatura, sino una agonía", lanzaba ante un Sánchez ausente en el momento del debate, que sólo ha entrado en el hemiciclo en el momento de la votación.
El líder del PP ha hecho un alegato en favor de su partido en Cataluña, calentando también la campaña electoral a la que el Congreso ha dado de forma extraoficial pistoletazo de salida este jueves. "De aquí al 12 de mayor va a haber un sólo partido que defienda los intereses de los partidos catalanes. Una política mejor es posible", reiteró. Génova ha abierto ya negociaciones con Ciudadanos para impulsar una candidatura conjunta, aunque en la dirección popular descartan fusionar sus siglas con las de los liberales y no han avanzado aún si apostarán por Alejandro Fernández como candidato.
El Gobierno y el PP se enzarzan en una guerra total por la corrupción
Ana Belén Ramos
Por su parte, Santiago Abascal ha pronunciado un incendiario discurso contra el "colosal acto de corrupción" que, a su juicio, supone la aprobación de la ley de amnistía, acusando a Sánchez de estar al mando de unos "forajidos" que quiere convertir a los políticos de izquierda e independentistas en una "casta privilegiada", y calificando de "delincuente" a Oriol Junqueras, presente este jueves en la tribuna de invitados del Congreso. El líder de Vox ha atacado también a Alberto Núñez Feijóo, al que ha acusado de no querer parar "el golpe", calentando así el discurso de Vox de cara a las elecciones de un territorio en que el partido ultraconservador cuenta con más escaños que PP o Ciudadanos.
Tras el visto bueno del Congreso, la norma pasará ahora al Senado, donde el PP la tumbará ya que cuenta con mayoría absoluta. Pero no será inmediato. El PP reformó el Reglamento de la Cámara Alta para anular el trámite de urgencia y alargar la norma hasta dos meses, en los que pedirán comparecencias e informes para justificar su voto en contra, y en los que esperará un posicionamiento más claro de la Comisión Europea. Si se cumplen los plazos, la ley no volvería al Congreso para su ratificación definitiva hasta mediados de mayo, lo que complica el regreso de Carles Puigdemont de cara a las catalanas.
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