Solazo, incertidumbre y ruta de tapas: los gallegos votan en sus elecciones menos predecibles

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La incertidumbre es la protagonista de las elecciones de este domingo. En Ribeira (A Coruña), un municipio de 27.000 habitantes de la Ría de Arousa, los vecinos siguen impacientes el avance de las votaciones desde la terraza de los bares. La suerte ha querido que los comicios autonómicos coincidan con la ruta de la tapa. Eso, unido al solazo, ha provocado que más de uno (y más de dos) haya preferido hacer una parada técnica en el bar antes o después de emitir su papeleta.

"¿Y cómo lo veis?", pregunta este periódico a varios comensales de locales distintos. "¡No tengo ni idea!", responden todos. Por primera vez en quince años, la cosa está "emocionante", señala una mujer de avanzada edad. "Yo estoy ilusionada. Soy socialista de toda la vida, pero he votado a Pontón", reseña Encarna García. ¿Qué ha llevado a una electora del PSOE a cambiar su papeleta? "Que es una mujer, y yo quiero que gobierne una mujer", continúa esta vecina de 53 años. "Pues espero que gane Rueda, pero viendo cómo va el país, esto es impredecible…", reseña otro señor elegantísimo mientras lee el periódico. Este votante del PP teme que el partido pueda llegar a perder la Xunta de Galicia, una región acostumbrada a teñirse de azul cada cuatro años.

Entre dudas y vermús, la charanga Os Celtas amenizan la mañana del domingo electoral. "Así da gusto", responde uno de los músicos, "cuando llueve hay menos gente. Pero mira que día", dice señalando a un cielo sin nubes poco habitual del mes de febrero.

Una de las terrazas de Ribeira. (A.F.)

La expectación autonómica se suma, además, al resultado del propio concello. "Aquí a ver en qué queda, porque mira las municipales", continúa Encarna. El Partido Popular perdió esta alcaldía histórica en las últimas elecciones del mes de mayo. El Gobierno local pasó a manos del BNG en uno de sus municipios tipo: el partido nacionalista tiene su principal nicho de votantes en las ciudades medianas como Ribeira.

"Vine de vacaciones y me enamoré"

Otro aspecto reseñable del concello es el progresivo cambio demográfico de los últimos años. La tierra de emigrantes por excelencia del siglo pasado tiene ahora un saldo migratorio positivo. El recuerdo de los que se fueron sigue latente entre la población: en un pequeño pueblo del concello hay una estatua con un hombre señalando al horizonte. Se inauguró en 1998 en memoria de los que tuvieron que cruzar el charco para ganarse la vida. Por eso, en los meses de verano, en las playas de Ribeira se escuchan dos idiomas principales: el gallego y el inglés. Los primeros, los locales. Los segundos, los hijos y nietos de los emigrantes que vienen a pasar las vacaciones a Galicia desde Nueva Jersey.

Paradójicamente, la misma zona de la que partieron miles de emigrantes rompe ahora las cifras de población extranjera. No obstante, el perfil mayoritario del inmigrante que se empadrona en Ribeira no proviene de Norteamérica.

Cartel de la ruta de la tapa. (A.F.)

Ana, compañera de cañas de Encarna, lleva tres años siendo profesora en un colegio público del concello. Relata a este diario que todas las semanas llega un niño extranjero a las aulas. "Este año hemos tenido que poner en marcha un curso de implantación de lenguas", explica la docente. "Los niños no hablan ni español ni gallego", continúa.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el padrón de 2023 cifra en 1.439 la población extranjera del total del municipio. Dos años antes, el número disminuía a 1.161. Cristina es de Gran Canaria, tiene 38 años y lleva siete instalada en Ribeira: "Me mudé aquí por el encanto del pueblo, vine de vacaciones y me enamoré. Yo sí he notado el cambio. He colaborado con Cáritas y la demanda venía principalmente de personas africanas; muchos de Mauritania", explica.

La participación, concello a concello: consulte cómo está votando su municipio

Miguel Ángel Gavilanes

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Las cifras lo confirman. Los mayores porcentajes de inmigrantes del concello (empadronados en 2023) provienen del continente vecino (717 personas) y de Latinoamérica (741). De hecho, las 200 familias de Mauritania que residen en Ribeira están ultimando los detalles para constituirse como asociación con el nombre de Hermanos Españoles Mauritanos. Este crecimiento de población extranjera ha llevado al Gobierno local a tomar medidas. El pasado mes de octubre se anunció el refuerzo de los servicios sociales para atender a las familias vulnerables. No obstante, la multiculturalidad no termina de convencer a todos: "Primero los míos, luego los demás", sentencia firme Encarna.

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