De entrada, la temática sorprende. ¿Qué pueden tener en común las historias de intrépidos y oscuros detectives que persiguen a criminales escurridizos con las de jóvenes londinenses que se debaten entre dos grandes amores? Aparentemente, poco o nada. Pero si se ha armado todo un festival de seis días para explicar por qué el género romántico y la novela negra tienen mucho en común, debe ser por algo. Es Rosa&Negro, un evento inédito en la ciudad madrileña de Tres Cantos –esta será su primera edición– y tendrá lugar entre el 13 y el 18 de febrero. La propuesta es arriesgada, pero tiene su razón de ser.
"Los dos grandes intereses del ser humano siempre fueron el amor y la muerte: Eros y Thanatos", dilucida Marta Robles, escritora, periodista e impulsora del proyecto. Pone el ejemplo de estos dos términos designados por el psicoanalista Sigmund Freud, que definen la vitalidad o la pasión (Eros) y su contraria, la pulsión de muerte (Thanatos). Robles viene de esta segunda rama. Ha escrito 17 libros y le interesa especialmente la ficción noir, los relatos criminales en los que un héroe se distancia de la policía y toma un rumbo solitario hasta dar con el villano. Como generalmente ocurre, también tuvo prejuicios con la literatura romántica. Hasta que un día, todo cambió. Y el cambio tuvo nombre y apellidos: Alice Kellen.
"La conocí hace tiempo en una feria y nos hicimos amigas", cuenta Robles sobre la afamada escritora de best-sellers románticos, que entonces no era más que una joven aspirante a abrirse hueco en el mundo de la literatura. Hubo complicidad, se dieron sus teléfonos y prometieron enviarse sus libros. Cada una en su género, pero no hubo problema en adentrarse en un mundo casi desconocido. "Me encantaron sus historias y la forma tan personal que tiene de escribir. Me sorprendió", recuerda Robles, que entonces comenzó a mirar con otros ojos este tipo de relatos. Ahí fue cuando empezó a madurar la idea de unirlos en un evento multidisciplinar. Entonces, nació Rosa&Negro.
"Como soy periodista y escritora, lo tuve fácil para encontrar a gente que pudiera venir a dar las charlas", detalla. Aunque muchas veces se planteó si tenía sentido o alguien entendería y se sentiría atraído por esta premisa, decidió seguir adelante. Encontraron el respaldo del Ayuntamiento de Tres Cantos, y ese fue el paso definitivo. Precisamente será la propia Alice Kellen quien ejercerá como maestra de ceremonias, con varias ponencias programadas. Asistirán otros rostros conocidos, como escritores del calibre de Carmen Posadas y Lorenzo Silva, el periodista de sucesos Nacho Abad, la escritora de novela negra y presentadora de televisión Carme Chaparro, o el conocido autor de novelas de amor juvenil Blue Jeans, que también hizo sus pinitos en el mundo de la literatura policíaca.
Mesas redondas, ponencias, cinefórums, monólogos, lecturas o encuentros entre escritores de toda índole caracterizarán la primera edición del festival, que no pretende quedarse únicamente en el mundo de la palabra escrita y la literatura. Una de las charlas, precisamente, explorará cómo estos géneros también se adentran en formatos audiovisuales o en el ámbito del cómic y la novela ilustrada. Hay una razón para detenerse aquí: "Nos dimos cuenta de que, aunque parece que los jóvenes cada vez leen menos, son estos dos géneros los más populares en edades tempranas", reflexiona. Ambos se asocian a los grandes intereses de la humanidad. También a relatos de thriller o entretenimiento, que "suelen captar antes el interés de las nuevas generaciones".
Terapia de choque
Su objetivo es atraer a cuantos más jóvenes, mejor, para así poder reeditar el festival con próximas ediciones y expandir los vínculos de la literatura romántica y la novela criminal en todos los estadios sociales. Los primeros pasos para montar el evento los recuerda, incluso, como algo divertido. Para que todo tuvierasentido, lo primero que hizo fue obligar a leer a los invitados algunos libros recomendados del género opuesto al que habitúan. Si son aficionados al noir, les mandaba un libro sobre el amor; y si era este último su género predilecto, entonces tocaba un relato sobre casos sin resolver.
"Recuerdo que se sorprendían y me decían: '¿En serio vas a obligarme a leer esto?", rememora Robles: "Fue ahí cuando me di cuenta de hasta qué punto llegan verdaderamente nuestros prejuicios, esos que yo misma reconozco haber tenido". Espera que estas jornadas sirvan que ambos lectores dejen de mirarse con extrañeza y se acerquen más los unos a los otros: "Pueden que descubran algo que no esperaban".
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