La estación de esquí de Navacerrada es un emblema de los deportes de invierno en Madrid. Aunque cada vez hay menos nieve y las temperaturas son más altas en invierno, el enclave está inmerso en un embrollo judicial que puede terminar con su clausura. Los tribunales han ordenado el cierre de las pistas que se adentran en terreno de Castilla y León, pero tanto dicha región como la Comunidad de Madrid darán la batalla en los tribunales. Ambas regiones están alineadas en esta cuestión y ya han anunciado su intención de recurrir la sentencia al Supremo.
El puerto de Navacerrada, donde se ubica la estación, colinda con el Parque Nacional de la Sierra de Guardarrama y se adentra en un monte castellanoleonés protegido. Una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, que vela por el interés de estos lugares blindados y depende directamente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, desató una disputa que puede durar años.
"Por eso mismo no va a cerrar, estoy convencido", afirma, rotundo, Manolo, el dueño de uno de los negocios a los que puede afectar esta clausura definitiva. Es el propietario de un restaurante que se llama Casa Ochoa. Preparan comida casera justo en la zona donde está la estación de esquí. Así que podrían verse directamente perjudicados por su cierre si finalmente se materializa.
Pero este hombre se muestra tranquilo, al menos a ese respecto. Porque por todo lo demás, está muy enfadado. "Es una vergüenza, y te digo una cosa: ni las pistas contaminan ni estamos dentro de un parque nacional", sentencia. Aunque la última afirmación, como mínimo, no es del todo cierta. Parte del terreno que pertenece a Segovia sí está dentro del monte pinar de Valsaín, en manos de Parques Nacionales.
"Todo el tráfico que sube y baja a diario, porque no hay buenas conexiones en transporte público, creará una humareda que seguro que llega al espacio protegido de la Sierra de Guadarrama", deduce otra vecina de la zona, que trabaja en un albergue en los alrededores aunque ha preferido no identificarse.
Ella tampoco teme que el lugar donde trabaja se vea perjudicado, por una sencilla razón: "La gente que viene a esquiar lo hace todo en un día y no suelen quedarse a dormir". La estación está tan cerca de Madrid que el turismo local, que es "buena parte del que se recibe", termina pasando la noche en casa.
"Sin nieve y con este calor, la estación caerá por su propio peso", dice una vecina de la zona
No obstante, se suma a las críticas de Manolo. Aunque rebaja el tono en cuanto a la contaminación y los argumentos del Estado, cree que pueden buscarse otras opciones antes de cerrar definitivamente. "Me da mucha pena, pero hemos llegado a este punto porque nadie ha parado a tiempo el deterioro que conocemos desde hace años", valora. Responsabiliza casi exclusivamente a la empresa que gestiona el área de actividades, porque, como expone, "se le derrumbaba el edificio y no ponían un euro para pintura".
Como Manolo, cree que el cierre de la estación no será inminente. Ni tan siquiera piensa que lo consiga una sentencia como esta. "Va a caer por su propio peso", desliza. Como vecina que lleva toda la vida en los alrededores, es cada vez más consciente de que "ya apenas vemos nieve caer". "Si Navacerrada se deshace de su pista de esquí, solo será porque no resulta rentable, ¿qué van a abrir, cuatro veces al año?", se pregunta.
Una plataforma para salvar Navacerrada
En el mismo momento en el que el Gobierno anunció por primera vez que no se renovaría la concesión de las pistas de esquí, y que estas pasarían de nuevo a dominio público una vez caducara la actual, comenzó la tensión entre comunidades. Fue el 3 de marzo de 2021 y pocos días después nació una nueva asociación vecinal en la montaña. La plataforma Salvemos Navacerrada continúa, aún a día de hoy, peleando para mantener abiertas las instalaciones, aunque con una reforma integral que acabe con el "desgaste" actual.
Su portavoz, María Jesús Martín Merino, explica a El Confidencial que "todavía se desconoce quién deberá hacerse cargo de los costes del desmantelamiento", puesto que, aunque se le ha encargado a la Junta de Castilla y León, es una empresa privada la que gestiona las pistas de esquí. Además, el turismo se verá "enormemente afectado" porque la estación es el "principal foco de atracción" para los turistas que llegan a Navacerrada. Pero salvarla pasa por "unirla con una línea de Cercanías que vaya y vuelva a Madrid varias veces en el mismo día", puesto que ahora solo puede accederse en coche o en una lanzadera con pocos viajes.
Por el momento, tanto los vecinos como los dueños y trabajadores de negocios en la montaña se mueven entre la rabia y la duda. Entre el enfado y el escepticismo. En el aire está saber si esta vez tendrán que decir adiós a la joya de su corona. "Lucharemos para que no sea así", se convencen desde la asociación de vecinos.
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