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El trasvase de agua a Cataluña por la declaración de emergencia por sequía en este territorio amenaza con abrir un nuevo conflicto por el agua entre comunidades autónomas. Mientras el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, ha exhibido generosidad y apoya el envío de barcos de agua a la Generalitat desde la desaladora de Sagunto, otros dirigentes territoriales, como Emiliano García-Page, han querido poner límite en público a esa "solidaridad hídrica", aunque refiriéndose en su caso al trasvase Tajo-Segura. "Agua para beber, sí. Agua para regar, si sobra. Y aquí no sobra", declaraba Page.
El castellanomanchego se ha subido al barco del trasvase a Cataluña para responder a la "hipoteca" de su región con la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, y ha interpelado a Carlos Mazón por limitar el agua desalada destinada a Barcelona para un "uso prioritario y casi exclusivos para emergencias, no para riego". "Me quedo con esa teoría", apuntaba Page, que pedía aplicar esa misma regla para el trasvase de agua del Tajo al Levante.
El dirigente castellanomanchego ha querido barrer para casa en esta cuestión, pero no es el único. También el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha pedido una reunión urgente a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para dejar claro al Ejecutivo que el agua en Aragón tampoco "sobra", y que se negará en rotundo a abordar el hipotético escenario de un trasvase del Ebro. "Tiene que escuchar a los aragoneses", reivindicaba.
En general, las comunidades autónomas gobernadas por el PP han apoyado la decisión de Carlos Mazón de ayudar a Cataluña. Pero también han sobrevolado críticas veladas a la gestión del nacionalismo o exigencias para sus respectivos territorios ante la operación con la Generalitat. Uno de ellos ha sido el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. El líder andaluz ve con buenos ojos el trasvase de Sagunto a Barcelona —"cuando Cataluña necesite al resto de españoles, ahí estaremos el resto de españoles"—, pero ha aprovechado el contexto para reclamar su parte del pastel. "Los andaluces, al igual que una parte de los españoles, tienen un problema. Y cuando tienen un problema, lo que tenemos que hacer las administraciones es cooperar", incidía.
El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha apoyado también la ayuda a Cataluña, si bien ha cargado contra el cambio de opinión de Aragonès: que éste acepte la ayuda de las regiones de España cuando siempre "ha caminado en la dirección contraria". "Ahora parece que todos somos España, y el presidente de Cataluña habla de España como algo propio", censuró durante una entrevista en Cope. Miras descarta, "por el momento", activar la emergencia por sequía pese a que sus datos de agua son similares a los que registra Andalucía o Cataluña, pero gestiona "gota a gota" para evitar las restricciones.
Isabel Díaz Ayuso, por su parte, ha evitado opinar sobre la decisión del presidente de la Comunidad Valenciana y se ha empleado en censurar la gestión del nacionalismo para haber llegado a este punto. "¿Qué ha hecho hasta ahora el Gobierno de Cataluña para evitar el problema de la sequía? ¿A qué se han dedicado, teniendo los Pirineos y el Mediterráneo?", cuestionaba la dirigente, al tiempo que sacaba pecho de su gestión en Madrid. "Tenemos el agua más barata de España para los consumidores, cuando el agua de los catalanes es la más cara", criticaba.
José María Aznar ha participado este lunes en el mismo foro que la presidenta de la Comunidad de Madrid. Más allá de las críticas a la Generalitat, el expresidente del Gobierno ha recordado que él impulsó un Plan Hidrológico Nacional en 2001, que quedó suspendido durante el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero por "cuestiones ideológicas". "Si hoy los ciudadanos catalanes tienen que acordarse de alguien por la falta de agua, ese alguien es José Luis Rodríguez Zapatero", zanjaba.
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