Vox expulsa a los críticos en Baleares que han dado un golpe en el grupo parlamentario

Vox expulsa a los críticos en Baleares que han dado un golpe en el grupo parlamentario

Vox Baleares es un polvorín. Cinco diputados autonómicos críticos con la estrategia de la formación han dado un golpe de mano, se han hecho con el control del grupo parlamentario y han expulsado a la líder del partido en las islas, Patricia de las Heras, y al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, ambos afines a Santiago Abascal. El secretario general, Ignacio Garriga, ha mostrado su respaldo absoluto a los expulsados y ha anunciado medidas disciplinarias contra los díscolos de forma inmediata. "Ha sido una decisión unilateral sin autorización de la dirección", subrayó el dirigente en rueda de prensa.

La situación de Vox en las islas es crítica. La formación ultraconservadora, que presta apoyo externo al Gobierno de Marga Prohens (PP), lleva meses inmerso en una crisis interna a cuenta de un tema trascendental para el partido: la cuestión lingüística. De las Heras, designada por la dirección nacional como su líder en Baleares, ha defendido en todo momento la necesidad de aplicar con urgencia la libre elección en los colegios del territorio, tal y como pactó en el acuerdo de investidura con los populares. El sector crítico en el grupo parlamentario, sin embargo, era más laxo con esta medida.

La noticia saltó a primera hora de este lunes, apenas 48 horas después de la Asamblea General del partido, con la reelección de Santiago Abascal por aclamación. La portavoz de Vox en el Parlament, Idoia Ribas, y los diputados Sergio Rodríguez, Manuela Cañadas, María José Verdú y Agustín Buades han registrado un escrito en la Mesa de la Cámara para expulsar a De Las Heras y Le Senne. La decisión, según detallaron en una rueda de prensa, se ha tomado en una reunión en la que también estaban convocados los afectados. Ribas ha detallado que se ha hecho "por mayoría absoluta" para "avanzar" en la estrategia del partido en las islas. Las razones esgrimidas apuntan a cuestiones "internas" y para fortalecer la "cohesión" de sus miembros.

I. P. Chávarri

La dirección nacional de Vox señala otras razones. Fuentes del partido explican que se trata de una decisión "unilateral" sin otro propósito que hacerse con el control de la formación. Garriga, que insistió en que Vox "no expulsa a nadie", fue muy explícito durante su comparecencia ante los medios. "Ha sido por su ambición personal", declaró el secretario general, que informó que próximamente trasladará al comité de garantías de la formación la expulsión de los cinco diputados.

Vox ya ha pasado por este trance. Lo ocurrido en Baleares es una repetición de lo sucedido en Murcia la legislatura pasada, cuando tres diputados de la formación desafiaron a la cúpula e impidieron una moción de censura contra el PP. Ahora, como ya pasó en este episodio, los díscolos mantendrán las siglas en el Parlament, aunque no seguirán las directrices del partido. De las Heras, que sigue como presidenta de Vox en la región, pasará al grupo de no adscritos y Le Senne perderá la presidencia de la Cámara balear. "Han decidido expulsar a quien sí representa a Vox Baleares y a quien sí va a dar la batalla de la defensa de las ideas", añaden las fuentes consultadas.

Crisis interna

Los choques en el grupo parlamentario han sido una constante desde el inicio de la legislatura. Patricia de las Heras ya reclamó la semana pasada el fin de la inmersión lingüística, tras criticar que se mantuviera activa seis meses después de las elecciones y con el proyecto estrella de la Oficina Lingüística aparcado. En la dirección de Vox aseguran que no ha sido una sorpresa y ya esperaban este movimiento por parte de los críticos.

La cuestión lingüística es el núcleo central de esta crisis. Vox bloqueó los presupuestos del Govern a finales de año porque el PP no había apoyado una moción para aplicar la libre elección de la lengua en todas las etapas educativas. La formación ultraconservadora votó junto a la izquierda en contra del techo de gasto y dejó en el aire la viabilidad del Ejecutivo apenas unos meses después de la investidura. Finalmente, hubo acuerdo, pero la exigencia sobre la lengua no cambió en ningún caso.

El golpe de los diputados críticos no ha sido casual. Los cinco díscolos han actuado horas después de la Asamblea General del partido, donde la dirección se afanó en vender una imagen de unidad y espantar los fantasmas de la división. Santiago Abascal dedicó una parte importante de su discurso en negar la crisis y en atacar a los medios de comunicación. Ignacio Garriga, por su parte, cerró filas en torno al líder y apeló a la "cohesión" ante los ataques externos.



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