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La investigación sobre el triple crimen de Morata de Tajuña está abierta, pero son pocos los detalles que trascienden de la labor que la Guardia Civil inició el pasado jueves, cuando tres hermanos -dos mujeres y un hombre- fueron hallados muertos en el interior de su domicilio en dicha localidad madrileña. Los tres rondaban los 70 años y únicamente está confirmado, tras los primeros registros, que los cadáveres presentaban signos de violencia y que en el lugar se encontró un arma de fogueo.
En medio de la conmoción inicial, los testimonios de los vecinos apuntaron a que las dos hermanas habrían sido víctimas de una estafa amorosa por internet. Fuentes oficiales del Instituto Armado, por el momento, no confirman este extremo e insisten en que las pesquisas avanzan. No obstante, en los perfiles en las redes sociales de Amelia y Ángeles, las hermanas que aparecieron muertas, hay algunos indicios que apuntalarían las sospechas de los vecinos. Otra cosa muy distinta será determinar por qué habrían muerto y a manos de quién.
El 21 de enero del año pasado, se puede ver cómo un perfil de un hombre que se hace llamar Michael Sanford escribió a Ángeles. Le felicitaba el año, le lanzaba varios piropos e incluso le solicitó que le agregase como amigo. En un castellano muy tosco, que ya parecía indicar que se trataba de una estafa, este perfil buscó encandilar a la mujer con frases como: "Me asombró la increíble belleza con la que Dios te creó", "tengo muchas ganas de saber más acerca de este hermoso ángel con el que estoy bendecido" o "tu sonrisa me llamó la atención, así que decidí saludar".
De igual modo, Sanford, que tiene su nombre en Facebook escrito en caracteres cirílicos, solicitaba insistentemente a la mujer que le agregase o que le facilitara un teléfono de contacto. Solo un día después de los primeros mensajes, esta mujer ya le había entregado a dicho perfil datos tan personales como el número de teléfono. La conversación en público se acaba ahí y habría continuado por canales privados.
A su hermana Amelia le ocurrió algo similar con otro perfil falso que se hacía pasar por un militar norteamericano llamado Edward. Ambas no ocultaban las imágenes de estos hombres en Facebook, donde se pueden ver incluso montajes fotográficos con ellos.
Ambos casos encajan a la perfección con las conocidas como estafas románticas o romance scam. Y las dos víctimas incurrieron justamente en los errores sobre los que tanto Policía como Guardia Civil alertan cuando lanzan campañas de concienciación para evitar que la ciudadanía quede engatusada en este tipo de engaños.
A todos nos gustan que nos quieran 💞💞💞Pero OJO! Atento a la #estafa romántica Te conquistan con un mensaje que te llega al móvil y claro... no te resistes al amor 🥰, pero.... Cuidado si te piden dinero 💶#NoPiques pic.twitter.com/yJxcycuXXg
— Policía Nacional (@policia) September 10, 2023
El primer paso siempre lo da el estafador, que se pone en contacto a través de una plataforma social con la víctima. Utiliza un perfil falso, al que le adjunta una foto que pueda parecer creíble e inventa una historia para intentar seducir a su víctima. Siempre indican que se encuentran muy lejos del lugar de residencia de la víctima y que tienen un problema, motivo suficiente para solicitar sumas económicas y culminar la estafa.
Consejos de la Guardia Civil
Tras el suceso de Morata de Tajuña, la propia Guardia Civil ha aconsejado a los ciudadanos, como recoge Europa Press, que desconfíen de las relaciones en línea que "avanzan demasiado rápido". En este sentido, y si alguien estima que pueden estar intentando engañarle, recomiendan verificar las identidades de las personas con quienes chatean por Internet, que se abstengan de enviar dinero y, por último, que notifiquen a familiares y amigos acerca de esas relaciones.
Con estos cuatro consejos, la Guardia Civil quiere que los ciudadanos sepan cómo no caer en las estafas amorosas, donde también es habitual que los delincuentes se hagan pasar por prestigiosos profesionales residentes fuera de España. Después de un periodo de tiempo en el que logran su confianza, en algunos casos hacen creer a sus víctimas que mantienen una relación sentimental y es entonces cuando les piden el dinero.
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