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Un total de cuatro individuos han sido detenidos por la Guardia Civil por supuestamente formar parte de una banda organizada de ladrones de viviendas que se desplazaba desde Polonia a zonas residenciales de Málaga y Alicante.
La investigación se inició en mayo del pasado año, cuando los indicios recabados en el robo de una vivienda de Benahavís (Málaga) permitió identificar a cuatro individuos de origen polaco como supuestos autores de este delito.
No fue el único. El trabajo de los investigadores concluyó que estas personas era las presuntas autoras de otro robo en un domicilio ocurrido días antes en la vecina localidad de Casares, en el que sustrajeron joyas y dinero en metálico por valor de 600.000 euros.
Los agentes observaron como en ambos hechos delictivos se seguía un mismo patrón y que previamente se había producido un "exhaustivo estudio" de los inmuebles; lo que hace presumir que conocían los movimientos de sus moradores, la existencia de efectos de valor en su interior y datos esenciales de los dispositivos de seguridad de la vivienda a asaltar. Una información previa procedente de colaboradores locales.
Conforme avanzaban las pesquisas, los responsables del caso tuvieron conocimiento de otros cinco robos perpetrados en las citadas localidades, aunque en esta ocasión no presentaban el mismo patrón de los cometidos por este grupo.
En el mes de septiembre, los investigadores detuvieron a dos individuos como supuestos autores de estos cinco robos, dos en viviendas, dos sustracciones de vehículos y uno en el interior de un domicilio en obras. Se logró recuperar todos los efectos sustraídos en los citados robos, que superaban los 47.000 euros.
Estos arrestos pudieron ser claves en la decisión de la organización de cambiar su zona de actuación, y los cuatro miembros de la banda polaca viajaron en avión hasta Alicante el día 21 de ese mes para cometer su siguiente golpe.
Los guardias civiles intensificaron las gestiones para tratar de localizarlos y averiguar la fecha de regreso a su país, lo que permitió conocer ese extremo y organizar un operativo policial que permitió su captura en la puerta de embarque del aeropuerto alicantino. En su equipaje de mano, los agentes descubrieron 52 piezas de joyería y 4.480 euros en metálico.
Al realizar el estudio acerca de la trazabilidad de las alhajas incautadas se averiguó que parte de las mismas procedían de sendos robos con fuerza que fueron cometidos días antes en domicilios de las localidades alicantinas de Pilar de la Horadada y Torrevieja. El valor de las mismas superaba los 30.000 €.
Sobre uno de ellos pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) de Países Bajos por la comisión de nueve delitos de robo con fuerza en viviendas, "lo cual pone de manifiesto que este grupo criminal utilizaba la itinerancia para cometer delitos de robo en países europeos, dificultando de esta manera la investigación de los hechos y la detención de los autores", informó el Instituto Armado.
Con base en las pruebas e indicios incriminatorios, la autoridad judicial decretó la prisión provisional sin fianza para todos los componentes de la red por la presunta comisión de delitos contra el patrimonio y por pertenencia a organización criminal.
Esta operación, denominada operación Flataya, ha sido llevada a cabo por agentes pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, que han sido apoyados por otros de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Alicante y de otras unidades de las citadas comandancias.
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