A menos de 24 horas de que el Congreso vote la ley de amnistía, con los nervios en el Gobierno a flor de piel tras la decisión judicial de prorrogar seis meses más la investigación sobre los contactos de Carles Puigdemont con el entorno de Vladímir Putin para que contribuyeran a la estrategia de erosionar al estado español, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha espantado este asunto durante su comparecencia en la comisión parlamentaria del Congreso y se ha limitado a decir que el tema catalán no inquieta en Europa.
El portavoz del PP, Carlos Floriano, le ha preguntado por este asunto en sus dos intervenciones. "No podemos ser cómplices de alguien que junto con Putin ha intentado desestabilizar a nuestro país", señaló, en referencia a la dependencia que el Ejecutivo de coalición tiene de Junts. Pero, solo en la última réplica, el ministro ha abordado esta materia para rechazar la tesis de los populares de que la amnistía o el independentismo catalán preocupen en la UE.
"Nadie me pregunta en Europa por la situación en Cataluña", defendió Albares, que esquivó la prórroga del sumario de los vínculos de Puigdemont con Rusia con reproches al PP por tratar de internacionalizar, en su opinión sin éxito, la decisión de Pedro Sánchez de amnistiar los hechos del procés. "Lo llevaron al Parlamento Europeo y les dijeron que es un asunto interno". El comisario de Justicia, Didier Reynders, dijo la semana pasada que "valorarán la ley de amnistía cuando sea aprobada", añadió. Y apostilló que han acudido al Comité de las Regiones para prohibirlo y les respondieron que "es una competencia estatal".
Y esto lo han hecho, apuntó el ministro, mientras mantenían reuniones "en secreto" con Junts. "Ustedes pasaron en una noche de Pujol enano habla castellano a Pujol guaperas habla lo que quieras", aseguró sobre los acuerdos del PP de José María Aznar con la extinta CiU.
Su tardanza en responder, el propio tono y que incluso verbalizó que el denominado caso Voloh no debía ser objeto de tratamiento en la comisión de Exteriores, da fe del malestar del Gobierno. Tanto por los sucesivos movimientos judiciales que se producen, conforme avanza la tramitación legislativa de la ley de amnistía, como por la opresión de Junts para que acepten nuevos cambios.
Floriano destacó que, en caso de que esta causa prospere y el expresident fuera condenado, habría que incluir la "alta traición" en los delitos amnistiados. "Si me dice que es una línea roja me echo a temblar", afirmó, después de que el PSOE haya retocado el artículo que excluye los delitos de terrorismo de la amnistía para introducir matices, a pesar de que se había extendido la sensación de que no estaban dispuestos a cambiar nada.
En cualquier caso, a estas horas, la postura de los socialistas es que en el pleno de mañana no aceptarán ninguna de las enmiendas de Junts y ERC que permanecen vivas y que buscan blindar al máximo que Puigdemont y otros dirigentes se beneficien de este perdón general del Estado. Pero Junts sigue apremiando y este domingo su presidenta, Laura Borràs, dijo que existe una negociación muy intensa en los últimos días tras el auto del juez Manuel García-Castellón, que neutralizaba las novedades en el artículo sobre delitos de terrorismo para tratar de impedir que afecte a su investigación. La tensión ya era altísima y aún no se conocía la prórroga del caso Voloh.
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