Barrio de los Remedios, en Sevilla. Hay cientos de banderas de España, Andalucía y la Unión Europea, aunque también se cuela alguna Cruz de Borgoña. Los cánticos no son innovadores: "¡Sánchez dimisión!" y "¡Puigdemont a prisión!". Este domingo 3 de diciembre, el PP de Juanma Moreno buscaba rescatar el espíritu del 4 de diciembre, las históricas movilizaciones andaluzas de 1977, aunque el sonido resultó ser muy parecido al que se escuchaba a la misma hora en el Templo de Debod, en Madrid, donde Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso habían convocado otro acto contra la amnistía.
Moreno ha llevado un paso más allá sus tesis del andalucismo, aprovechando su altavoz como presidente de la Junta para animar a salir a la calle en la antesala del 4-D. Nunca antes el Gobierno andaluz había intentado emular las manifestaciones de 1977, cuando dos millones de personas reclamaron una autonomía para la región y pusieron los cimientos del posterior proceso autonómico. El PSOE, que también exprimió el discurso del agravio con Cataluña o el País Vasco, siempre apostó por el 28 de febrero, día del referéndum de autonomía de 1980, como la fecha señera andaluza. Y ahora ha sido el PP, 46 años después, el primero en promover un 4-D en las calles desde la institución por el riesgo de desigualdad con otros territorios. "Esa reivindicación recupera toda su vigencia como consecuencia de pactos políticos de investidura", rezaba el manifiesto de los convocantes.
Más de 200 colectivos habían respaldado la convocatoria del Foro Economía y Sociedad bajo el lema "Yo defiendo Andalucía", y el PP fletó autobuses desde otras provincias andaluzas. Sin embargo, pese al llamamiento del presidente andaluz a una concentración transversal —desde la tribuna del Parlamento pidió al resto de partidos que se unieran—, apenas acudieron a la cita 2.000 personas, según datos de la Policía Nacional. Es una cifra limitada si la comparamos con los 40.000 asistentes que secundaron la convocatoria del PP contra la amnistía tres semanas antes, cuando además había manifestaciones en todas las capitales de provincia.
La idea de Moreno ha encontrado el rechazo frontal de otras sensibilidades políticas. Las izquierdas organizaron su propia manifestación en Sevilla, como llevan haciendo desde hace años, con escaso seguimiento. En esta ocasión, acudieron un millar de asistentes, según la Policía. El PSOE, que había denunciado el uso de correos oficiales de la Junta para dar a conocer la manifestación de Los Remedios —el Gobierno andaluz lo achaca a un "error"—, organizó su propio acto en el municipio de Coria del Río, donde reconocieron a José Luis Rodríguez Zapatero. Los socialistas acusan a Moreno de apropiarse del andalucismo y, según el secretario general, Juan Espadas, la igualdad entre los españoles no corre peligro.
Dos millones de andaluces salieron a la calle en 1977; hoy, la división lo hace imposible
Pero ¿tiene sentido recuperar las reivindicaciones andaluzas de la transición? ¿Hay paralelismos entre 2023 y 1977? "El momento actual responde a una situación de hechos muy parecida a la de entonces", responde José Luis Villar, fundador del Partido Socialista Andaluz (PSA) y uno de los mayores estudiosos de la historia del andalucismo. "Con los pactos con independentistas se están modificando las reglas del juego: la financiación, las competencias… Hay un debate sobre la transformación de la estructura territorial y Andalucía corre el riesgo de quedarse descolgada", añade Villar, autor de la obra Toda la verdad sobre la conquista de la autonomía.
Las movilizaciones de diciembre de 1977 se gestaron cuando la Constitución ni siquiera se había empezado a redactar. Sin embargo, en España se daba por hecho que el proceso autonómico quedaría relegado al País Vasco y Cataluña, que, al igual que hoy, contaban con diputados nacionalistas en el Congreso. La asamblea de parlamentarios andaluces convocó una gran movilización, que acabó siendo la más numerosa desde la II República. En plena efervescencia de un movimiento cultural e identitario andaluz, salieron a la calle dos millones de personas con banderas de la región para reclamar que Andalucía saliese de ese estado de "postración" al que había estado sometida durante la dictadura franquista. La movilización tuvo un gran seguimiento en Cataluña o Madrid, grandes focos de la emigración andaluza.
"Aquello no fue contra nadie, era en defensa de la mejora de las condiciones de vida durante la dictadura", apunta Carlos Rosado, entonces un joven militante de la Izquierda Democrática, aunque acabó siendo secretario regional de la UCD y miembro de la comisión redactora del Estatuto de Autonomía. Todos los partidos, incluso Alianza Popular, estuvieron presentes en aquella manifestación, que acabó siendo el "combustible" para que fuerzas políticas como el PSOE cambiaran de opinión respecto al papel que debía tener Andalucía en el proceso autonómico.
Por el camino, la derecha se caería de ese gran frente de reivindicación: la UCD promovió la abstención en el referéndum del 28-F, una fecha que los socialistas refrendarían como el día de Andalucía. La hegemonía del PSOE en la comunidad no se entiende sin ese proceso. Moreno eleva ahora la figura de Manuel Clavero Arévalo (UCD), que defendió el café para todos en contra de su partido. Este domingo, en la manifestación, se le reivindicó como el padre del andalucismo moderno.
Juanma Moreno ya institucionalizó el pasado año el 4 de diciembre como el Día de la Bandera, que hoy se celebrará en todas las provincias andaluzas. Criticado por el papel de sus antecesores en la defensa de la autonomía, Moreno respondía con rotundidad en la tribuna del Parlamento autonómico. "Allí [en el 4-D], estábamos todos", recordó, antes de animar al resto de formaciones a unirse a la manifestación. El PP cuida esta fecha en la que todos los andaluces salieron unidos a la calle y este año la ha devuelto a las calles. La diferencia es que el espíritu de 1977 era muy diferente al que se vive en 2023.
Villar: "El PP hace lo mismo que el PSOE en los noventa: defender Andalucía en favor de sus siglas"
"El PP hace lo mismo que hizo el PSOE en los noventa: defender Andalucía desde el Gobierno autonómico y en favor de sus siglas. Es utilizar el sentimiento de amor a nuestra tierra en interés de un proyecto de partido", expone José Luis Villar. Si hace 46 años todas las fuerzas políticas se unieron para defender Andalucía, los tiempos han cambiado: "Ahora cada partido juega a una cosa. El PSOE juega sus bazas y el PP, las suyas". "La única forma de recuperar el espíritu del 80 es tener los mismos mimbres: contar con un amplio acuerdo de las fuerzas políticas", valora Carlos Rosado. "Si no —concluye—, no deja de ser una manifestación convocada, por una parte".
En la manifestación de la plaza Cuba, el nuevo vicesecretario de Política Territorial del PP, Elías Bendodo, recordó que los andaluces también salían a la calle para denunciar las "anomalías democráticas" vividas esta semana, después de que el Consejo General del Poder Judicial tumbase el nombramiento del nuevo fiscal general del Estado. En la movilización de las izquierdas, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, pidió una "alianza entre los pueblos de España", ya que "la gente trabajadora tiene intereses y necesidades muy similares". El secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, subrayó el "pinchazo clamoroso" de la manifestación impulsada por Moreno.
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