La letra pequeña del pacto migratorio: así se librarán los países de acoger migrantes si pagan 20.000 € por persona rechazada


         La letra pequeña del pacto migratorio: así se librarán los países de acoger migrantes si pagan 20.000 € por persona rechazada

Los Estados miembros podrán no acoger una cifra de refugiados pero tendrán que pagar a cambio.

La Unión Europea parece abonada a las fechas históricas en los últimos tiempos y este miércoles ha alcanzado un acuerdo para un pacto común de migración y asilo, cerrando así un tema que llevaba casi 10 años en un cajón y que en muchos momentos había sido tomado como tabú. Se había convertido el de la migración en el asunto quizá más divisivo para la Unión, pero tanto los Estados miembros como las instituciones en trílogo han salvado todas las diferencias posibles. "Era un ahora o nunca, y ha sido un ahora", comentaron fuentes consultadas por 20minutos justo después de conocerse la fumata blanca.

En total, el pacto está formado por cinco reglamentos que, además, se habían negociado hasta ahora por separado: el de control y procesamiento de los datos de los migrantes, el control de las fronteras exteriores, la tutela judicial y los recursos necesarios, la administración de las crisis y la gestión y atención de los solicitantes de asilo. Estas son las claves del acuerdo, calificado como "histórico" por todas las instituciones comunitarias:

Una solidaridad "flexible"

"Es un día verdaderamente histórico, ya que hemos entregado el Pacto de Migración y Asilo, posiblemente el paquete legislativo más importante de este mandato", resumió la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. Y como tal se ha entendido. Quizá la base del pacto sea la llamada "solidaridad obligatoria pero flexible": el objetivo es la acogida de 30.000 refugiados al año, pero los Estados miembros pueden no hacerse cargo de su cuota a cambio de unos 20.000 euros por persona en un fondo común que se cree a partir de ahora.

De este modo se ha cerrado la puerta a las cuotas irrenunciables, que era una petición que hacían países como España, situadas en la primera línea. Además de las aportaciones económicas, los 27 también podrán participar con medios logísticos para los traslados o incluso siendo "países de segunda línea", es decir, acogiendo a refugiados que hayan entrado a través de otro Estado miembro. Ese es el escenario más habitual por ejemplo en Alemania o Países Bajos.

Un mayor control de las fronteras exteriores

Por otro lado, como pedían socios comunitarios como Italia, Hungría o Polonia, el pacto incluye un refuerzo y un mayor control de las fronteras exteriores. En este sentido, se apuesta por una mayor rapidez en el examen de las solicitudes de asilo y una mejora de la identificación a la llegada, incluida la imagen facial y las huellas dactilares, para los niños a partir de seis años. Asimismo, el acuerdo impone controles de seguridad y sanitarios obligatorios para las personas que entren irregularmente en la Unión Europea.

El foco también se pone, como pedía la Comisión Europea, en las mafias y en el tráfico de seres humanos. Así, el reglamento de crisis y fuerza mayor establece un mecanismo para garantizar la solidaridad y medidas de apoyo a los Estados miembros "que se enfrentan a una afluencia excepcional de nacionales de terceros países que provoque el colapso del sistema nacional de asilo". Las normas también cubren la instrumentalización de los migrantes por parte de "agentes hostiles". En esos casos, se prevé una "excepción temporal" en los procedimientos explicados anteriormente. Es decir, la acogida en estos escenarios sería mucho más rápida.

Asimismo, se establece un procedimiento común en toda la UE para conceder y retirar la protección internacional y por tanto se sustituyen algunos de los procedimientos nacionales, con el objetivo de mejorar la coordinación entre los 27. La toma en consideración de cada caso tendrá que darse además "de manera más rápida", con una primera decisión como máximo en un tiempo de seis meses.

Casi diez años de tema tabú

El precedente de 2015 era la referencia para la UE, y aquello no salió bien. La crisis derivada de la guerra en Siria provocó cifras récord de llegadas de refugiados a Europa, y trató de pactarse un sistema de cuotas que vetaron los países del Este (igual que hacen ahora). La foto de 2023 no es muy diferente, sobre todo en el sur: en 2022 se detectaron alrededor de 331.000 entradas irregulares en las fronteras exteriores de la UE, el nivel más alto desde 2016. En lo que va de año, a España han llegado más de 41.000 (con cifras hasta el 31 de octubre), y Canarias asume más de la mitad.

Ya en 2019, justo después de tomar posesión, la Comisión Europea liderada por Ursula von der Leyen puso sobre la mesa una propuesta de pacto, que ha tardado tres años en cerrarse y en un escenario además en el que países como Francia, Alemania o Italia han endurecido sus políticas migratorias. "Todas las piezas están encajando. Hemos logrado un gran avance en los cinco pilares clave del Pacto sobre Mi... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto