Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a Bruselas un día después de la bronca sesión en Estrasburgo que, a priori, debía servir para analizar los hitos de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea con Pedro Sánchez al frente, pero que acabó convirtiéndose en un debate tenso sobre la ley de amnistía. El líder popular ha criticado de forma dura la "inaudita" intervención del jefe del Ejecutivo y ha pedido "disculpas" a sus compañeros del PPE por el "bochorno" de su discurso. "Nunca se ha visto algo tan bronco, tan maleducado y con tanta falta de respeto a los parlamentarios europeos. Sánchez mostró su verdadera cara con un discurso impropio de un jefe de Gobierno. Fue un mitin de su partido", censuraba Feijóo.
Tras asistir a la cumbre de líderes del PPE, el mandatario popular ha lamentado "el interés" de Sánchez por "vincular al PP europeo con la extrema derecha", como deslizó este miércoles el jefe del Ejecutivo. Denunciaba, además, que el presidente del Gobierno llevase una intervención "escrita" y, por tanto, "premeditada". "Fue a provocar", ha zanjado, en alusión al fuego cruzado entre el líder de los populares europeos, Manfred Weber, y el propio Sánchez.
En efecto, el debate de este miércoles en Estrasburgo fue bronco, y todo el mundo lo podía prever. También el presidente del Gobierno. De hecho, fuentes gubernamentales adelantaban que Sánchez respondería a los ataques. Weber juega un papel fundamental como ariete de la estrategia de “internacionalización” del Partido Popular en Europa. Está muy implicado y sigue a rajatabla el argumentario que llega desde Génova. La respuesta de Sánchez fue dura, y especialmente la mención al Tercer Reich era un terreno muy resbaladizo que indignó especialmente en el PPE, pero la decisión del líder socialista fue atacar a la voz de los democristianos europeos que más daño le está haciendo, que más entrevistas y titulares da sobre el asunto de la amnistía, aprovechando, además, que Weber no tenía derecho a réplica.
En Bruselas están acostumbrados al Sánchez institucional, pero este miércoles en Estrasburgo el presidente del Gobierno sacó el Sánchez parlamentario, el del Congreso de los Diputados, mucho más agresivo, tirando de ironía (“Celebro que después de 20 años se interese por España”) y estableciendo el marco del debate desde su primera intervención al organizar su discurso alrededor de la idea del peligro de la extrema derecha. La estrategia de Sánchez pilló por sorpresa a muchos en la Eurocámara, pero especialmente a Weber, que no esperaba un señalamiento tan directo.
Feijóo ha viajado también a Bruselas para reunirse con la vicepresidenta comunitaria responsable del Estado de derecho, Věra Jourová, en un intento más por trasladar a Europa sus recelos respecto a la "inasumible situación en la que se encuentra la democracia española", empezando por la propia tramitación de la ley de amnistía hasta la aprobación en el Congreso de los Diputados de varias comisiones de investigación sobre el supuesto lawfare de los jueces que encausaron el procés. El líder popular advertirá sobre esa "persecución judicial" a su juicio liderada por Sánchez, y trasladará también su preocupación respecto al "pacto miserable" que ha dado el PSOE al entregar a Bildu el Ayuntamiento de Pamplona.
El líder del PP ha calificado, además, de "lamentable" que el presidente del Gobierno haya intentado comparar la ley de amnistía española con la de Portugal, y la ha equiparado a la aprobada en Rumanía a la que se opuso la Justicia, los ciudadanos en las calles y la propia UE. Feijóo ha trazado ese paralelismo con el objetivo de dar un nuevo toque de atención a la Comisión Europea para que frene la despenalización del procés, una "transacción política" que consiste en intercambiar "impunidad" por una "presidencia del Gobierno".
En este sentido, Feijóo se ha mostrado "confiado" en que, tanto la Unión Europea como la "jurisdicción española", tumbarán la ley de amnistía de Sánchez. "Tengo fe en los tribunales y en los foros internacionales", suscribía. Este miércoles, el PP usó su mayoría absoluta en el Senado para pedir a la Comisión de Venecia un dictamen urgente sobre la amnistía, cuya ley se ha impulsado, según los populares, "a costa del consenso parlamentario".
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