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Ocho meses después de la tragedia de las inundaciones que le costó la vida a 228 personas en la Comunidad Valenciana, el PP ha dado carta de naturalidad a la continuidad de Carlos Mazón. Su permanencia al frente de la Generalitat sigue siendo un problema para Feijóo, pero en el entorno cercano al líder nacional corroboran que es una preocupación que ha pasado a un segundo o incluso a un tercer plano. El foco ha cambiado. Y su relevo —amplios sectores en el partido llamaban a activarlo este mismo verano— permanece en pausa. Génova se niega a abrir ese melón en el momento de mayor debilidad del Gobierno.
El líder valenciano toma una bocanada de aire por varios hitos meramente coyunturales, pero suficientes como para "ganar tiempo" y mantenerse en el puente de mando de la Comunidad Valenciana. La crisis de credibilidad por la que atraviesa el Partido Socialista tras el 'caso Ábalos-Koldo-Cerdán' ha sacudido también al PSPV-PSOE y permite al PP desviar el ojo mediático tras meses de desgaste. En este momento, todos los esfuerzos de Génova están puestos en laminar todo amago de ruido interno que desvíe el foco de su objetivo: tratar de abatir a Pedro Sánchez y forzar un adelanto electoral. Mazón no sólo no es un impedimento, sino que sería una distracción.
El congreso nacional que el PP celebró este fin de semana es la prueba de que el partido ha naturalizado al que hasta ahora era un "activo tóxico" para muchos cuadros populares. Esta vez, ni Feijóo ni ningún miembro de la cúpula tuvo que hacer equilibrios por la presencia de Carlos Mazón, por el asiento que ocuparía o por el miedo a la 'fotografía' que les ha perseguido en los últimos meses. El líder del PP ya preparó al terreno hace justo un mes, cuando participó en una comida con militantes junto al presidente valenciano en Alicante. No habló de su futuro, pero sí puso sordina a su delicada situación política.
Las imágenes del fin de semana hablaron por sí solas. Mazón se encontró con aplausos, cruzó charlas informales con multitud de dirigentes, y accedió al plenario acompañado de varios presidentes autonómicos que hasta ahora habían evitado coincidir con el valenciano. El ambiente dista mucho de la tensión que se vivió hace poco más de dos meses en el congreso que el PP europeo celebró en Valencia. Uno de los gestos más llamativos fue el abrazo con el que Miguel Tellado saludó al presidente de la Generalitat el pasado viernes, durante la inauguración del cónclave.
Ese saludo tan afectuoso no pasó desapercibido. En el PP corroboran que Tellado ha sido uno de los principales valedores de Carlos Mazón, tanto en público como en privado. Hay que recordar que una de las personas de su máxima confianza con la que, hasta ahora, ha compartido su día a día parlamentario es precisamente la alicantina Macarena Montesinos, número dos en la dirección del Grupo Popular en el Congreso y 'madrina' política del presidente valenciano. "Desde el ejecutivo valenciano ha padecido uno de los mayores dramas que ha sufrido nuestro país. Quizá lo fácil hubiera sido salir", apuntó en Onda Cero. "Mazón actuó de buena fe", defendió Tellado este mismo martes en Onda Cero.
Tras la remodelación de su cúpula, Feijóo ha otorgado a Tellado el 'mando único' del partido como secretario general y responsable de organización. En el PPCV no ocultan su satisfacción ante este ascenso. De él dependerá a partir de ahora la gestión de todos los asuntos orgánicos, la relación con los territorios, el diseño de los procesos electorales y, además, la celebración de los congresos regionales. Y a ello se suma, además, la incorporación del secretario general de la formación valenciana, Juanfran Pérez Llorca, en el nuevo Comité Ejecutivo Nacional.
No obstante, son muchos los cargos en el partido que creen que Feijóo debe encontrar una solución. "Es cierto que el foco no está ahí, pero eso no significa que el problema haya desaparecido", inciden. Fuentes del PP coinciden en señalar un posible adelanto electoral como un momento de "riesgo" para el líder nacional por no haber atajado ya el problema en la Comunidad Valenciana. "Si vamos a elecciones en los próximos meses, Feijóo tiene que tener todos los deberes hechos", advierten.
El órdago de CampsLa ‘nueva normalidad’ que también trata de trasladar Mazón y su entorno en el PPCV solo aparece ahora truncada por la figura de Francisco Camps. El expresidente de la Generalitat está empeñado en recordar la naturaleza interina del barón popular, cuya ‘legislatura’ orgánica finalizó sobre el papel el pasado 3 de julio, día en que se cumplieron cuatro años desde que fue elegido presidente de la organización regional. Génova sigue sin poner fecha al congreso, y tampoco confirma a Mazón como candidato. Pero la operación 'relevo de verano' parece descartada. Y pese al ascenso de los aliados internos de Mazón, las incógnitas sobre su futuro siguen abiertas.
En ese contexto, y justo después de que Feijóo haya sido reelegido líder de la formación conservadora, Camps ha convocado para este miércoles una cena con militantes y simpatizantes en la que insistirá en ofrecerse, de forma más o menos abierta, como alternativa al actual barón popular. Reivindicará su regreso a la primera línea política tras su absolución en la última pieza del caso Gürtel que le afectaba.
“Presentará su proyecto, su idea de partido y recibirá el respaldo explícito de la militancia”, avanza el comunicado sobre su velada en el Palau Alameda de Valencia, que desafía claramente el liderazgo de Mazón y a la propia Génova —que reniega de sus aspiraciones— en una formación de raíz vertical como es el Partido Popular. Al contrario que en otras ocasiones, Camps ha recibido réplica del hombre fuerte de Mazón en el partido, el secretario general regional, Juanfran Pérez Llorca, paradójicamente el nombre que sonaba para una presidencia de transición en caso de caída del político alicantino.
"¿Se imaginan que cuando Camps estaba siendo juzgado por los trajes —una pieza del caso Gürtel— hubiera habido un movimiento dentro del partido para sustituirlo? Yo me hubiera sentido indignado como militante si eso hubiera pasado", afirmó Pérez Llorca durante una entrevista en la televisión valenciana À Punt. En ella vino a acusar a Camps de personalismo. "Se está equivocando en el tiempo. No toca", señaló sobre las intenciones del expresidente.
El mazonismo intenta parar los pies a Camps, convencido de su superioridad orgánica. Pero éste no se arredra. En el comunicado difundido este martes con la convocatoria de su cena, reclama el “derecho legítimo” a "postularse en previsión de unas posibles elecciones regionales al PP”. Entre sus objetivos, dice el texto, está presentar "un proyecto político cimentado en la experiencia de cinco mayorías absolutas, con la ambición de volver a ganar por mayoría" y poner en valor el papel de la militancia del PP, "que ha sido protagonista en el recorrido llevado a cabo por el expresidente, y que hoy le acompaña con rodeo y respaldo activo".
Camps esgrime un sondeo de NC Report, la empresa de demoscopia que hace habitualmente las encuestas para La Razón, para reivindicarse como "el candidato del centroderecha con mayor capacidad de movilización, superando a sus rivales en dinámica electoral, dándole un 37,2% y superando claramente a cualquier otro aspirante". "Además, aglutina cerca del 25% de apoyo entre votantes del PP y un 12,8% entre simpatizantes de Vox. En intención directa para la presidencia de la Generalitat, Camps alcanza un 37 %, frente al 36,1% de [la alcaldesa de Valencia, María José] Catalá", asegura en el texto de la convocatoria.
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