La psicodermatología y cómo los problemas psicológicos pueden manifestarse en la piel


         La psicodermatología y cómo los problemas psicológicos pueden manifestarse en la piel

La emociones afectan y, a menudo deterioran, la salud de nuestra piel. Ambos están mucho más conectados de lo que imaginamos.

La conexión entre la piel y el cerebro es bidireccional, y la psicodermatología une la dermatología y la psicología para tratar problemas de la piel que tienen un marcado componente emocional. También las patologías dermatológicas pueden tener consecuencias en el estado emocional de la persona.

Así pues, para descubrir cómo se desarrolla esta estrecha relación entre la piel y las emociones, y qué consecuencias puede tener, hemos hablado con la psicóloga experta en nutrición y estética Sonia Lucena, creadora del Método FIVE. Como 'aperitivo', la experta comienza diciendo que "hay veces en las que la piel grita lo que no nos atrevemos a decir, lo veo cada día en mi centro médico-estético".

¿Qué es la psicodermatología y cómo 'funciona' según la experta?

Sonia Lucena expone que, a menudo, ve en consulta "personas que llegan desesperadas por un brote de acné repentino, una piel que envejece antes de tiempo, eczemas rebeldes o una dermatitis que no responde a ningún tratamiento. Tras escuchar su historia, no es raro descubrir el verdadero desencadenante: estrés, ansiedad, agotamiento emocional o duelos no resueltos. La piel, sencillamente, está pidiendo auxilio".

La psicodermatología cada vez tiene mayor importancia. Pero, ¿qué es excatmanete? "Se trata de una disciplina fascinante que une la dermatología con la psicología, explorando cómo nuestras emociones afectan y a menudo deterioran la salud de nuestra piel. Aunque invirtamos en la mejor rutina cosmética, si estamos emocionalmente al límite, la piel lo cuenta".

La psicodermatología parte de una base científica sólida: cerebro y piel están íntimamente conectados desde el origen embrionario. Ambos proceden del ectodermo, la capa celular que, en el desarrollo fetal, dará lugar al sistema nervioso y la epidermis. No es casualidad que se comuniquen de forma tan directa y constante.

Cerebro y piel: una relación bidireccional avalada por la ciencia

Según explica la psicóloga, "estudios recientes refuerzan la relación bidireccional entre la piel y las emociones. Una revisión publicada en Frontiers in Psychiatry (2021) indica que el estrés psicosocial crónico está implicado en múltiples afecciones dermatológicas, desde acné y rosácea hasta psoriasis, urticaria o alopecia areata".

Los investigadores explican cómo el estrés activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), elevando los niveles de cortisol, lo que repercute en una mayor inflamación cutánea, disfunción inmunológica y una menor regeneración celular.

Además, añade Lucena, "cuando estamos bajo presión, el cuerpo 'prioriza'. Al activar el modo supervivencia, destina sus recursos a funciones vitales como la vigilancia inmunitaria o la respuesta cardiovascular, relegando tareas como la renovación celular o la producción de colágeno. Con estrés mantenido, la piel deja de ser una prioridad para el organismo".

Así influye el estrés en la piel

Sonia Lucena asegura que, cada vez se encuentra más en consulta este tipo de circunstancias: "Trato casos como acné adulto en personas que lidian con jornadas interminables, exigencia profesional y personal, perfeccionismo… El clásico 'todo bajo control', salvo su piel".

La dermatitis también es un clásico. "Esa dermatitis que brota justo después de una discusión, una mala noticia o una pérdida. Y no, no es casualidad. O bien la rosácea que se intensifica con cada pico de ansiedad o insomnio prolongado".

¿Y qué decir de la alopecia? "Tras procesos de duelo, cambios vitales importantes o años 'tirando del carro', llega la caída del cabello. Algo parecido sucede con e... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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