
‘Agatha Christie: Hacia cero’ rescata la emblemática obra de la escritora británica con los ingredientes para hacer las delicias de los amantes del género de los 'murder mysteries'.
La gran dama del misterio ha sido tan adaptada al audiovisual que su nombre en pantalla, Agatha Christie, ha pasado a ser más una marca de agua que un sello autoral. La rémora que arrastra tal vez se deba a que sus novelas no se han prodigado tanto por el cine –Misterio en Venecia de Kenneth Branagh es del 2023 y es la última– como por la televisión.
Sin embargo, las 74 novelas y 154 relatos cortos que escribió no solo dieron forma a lo que hoy se entiende como 'Murder Mysteries', sino que siguen inspirando series y 'TV movies' a un ritmo absolutamente envidiable y solo comparable con las historias del bardo de Avon.
Confundir lo popular con lo vulgar, error harto cometido por críticos con afán de distingo entre la marea de contenido, nos puede llevar a obviar, cuando no directamente menospreciar, adaptaciones seriadas o pensadas para la televisión de grandes clásicos. Pero los misterios y asesinatos de Agatha Christie siguen ofreciendo algunas adaptaciones ciertamente sorprendentes, afiladas y actuales, que merecen una oportunidad, al menos, entre los amantes del género. Es el caso de Agatha Christie: Hacia cero.
Una mansión y muchos pijos
Como bien supo ver Rian Johnson –a la espera estamos de la tercera entrega de Puñales por la espalda–, pocas cosas producen tanto placer como ver a un montón de pijos tirarse puyas en un sitio cerrado. Hacia cero nos traslada a Gull's Point, una gigantesca casa de campo en la que una severa viuda –interpretada nada menos que por Anjelica Huston– llamada Lady Tressilian suele acoger en verano a sus ahijados, pupilos y gente de bien.
Un gris mes de agosto se reúnen bajo el mismo techo Nevile Strange, un exitoso playboy jugador de tenis, su mujer Kay Strange y su exmujer Audrey Standish. Tras un juicio muy mediático, el divorcio de Neville y Audrey parecía ser cosa del pasado, pero el triángulo de celos y atracciones que viven en Gull's Point hace que todo estalle cuando, de repente, Lady Tressilian aparezca muerta en su cama
En la senda de miniseries que adaptan novelas de Agatha Christie, que la BBC viene distribuyendo de forma regular los últimos diez años, Hacia cero se revela en primer término como una algo torpe historia de enredos, y en segundo una por momentos sorprendente reflexión sobre cómo toman forma los fantasmas del pasado, que vuelven siempre como lo hace la marea.
La BBC ha auspiciado, en los últimos años, las mejores adaptaciones de Agatha Christie del panorama actual. La receta suele ser siempre la misma: un par de grandes nombres que den cierto fulgor al casting, un alto valor de producción sin miedo a los recursos, y una estructura estudiadísima de entre dos y tres episodios de una hora que bien podrían verse como largometrajes, pero que permiten a la cadena explotar el órdago de la audiencia al máximo. Es el caso de la miniserie Diez negritos, que Craig Viveiros firmó con buen pulso reuniendo en el mismo cast a Charles Dance, Miranda Richardson y Sam Neill.
El misterio de la guía de ferrocarriles, en 2018, ofreció un Poirot interpretado por John Malkovich infinitamente más interesante y menos histriónico que el de Branagh. Y una destacable partitura compuesta, por cierto, por Isobel Waller-Bridge, hermana mayor de la creadora de Fleabag. Un tanto más aburrida resultó ser Inocencia trágica, dirigida por Sandra Goldbacher, a pesar de contar con un siempre elegante Bill Nighy. Pero memorable fue la adaptación de la BBC de Testig... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}