:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd82%2F39f%2Fb03%2Fd8239fb0395bd960c0afa77846fc5a7d.jpg)
Cuando los bomberos intentaron entrar en la Casa Ibarra el pasado miércoles, en el casco urbano de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, tuvieron que esperar hasta que llegaron los puntales que sirvieron para asegurar el edificio. En este inmueble, propiedad del citado municipio, fallecieron las últimas dos víctimas mortales de accidentes laborales en Sevilla en lo que va de año. En total, según los datos recogidos por CCOO, son ya 25 los fallecidos en la provincia en lo que va de año, aunque las estadísticas oficiales sólo llegan hasta mayo, cuando el cómputo era de 17 decesos en el tajo. En el mismo periodo de 2024 fueron 9 los muertos, por lo que la provincia de Sevilla ha experimentado un crecimiento del 88% frente a la caída del 2,3% que se ha registrado a nivel nacional.
"En el siglo XXI no puede morir alguien por caerse de un tejado sin línea de vida", expresa Carlos Aristu, secretario general de CCOO Sevilla, que lamenta que algunas de las muertes registradas responden a la ausencia de precauciones "muy básicas". Según la investigación inicial de la Inspección de Trabajo, desvelada por El Correo de Andalucía, la obra de Alcalá de Guadaíra presentaba deficiencias en las medidas de seguridad, tal y como contó el tercer empleado que estaba en la Casa Ibarra y que salió antes del derrumbe que provocó el fallecimiento de sus dos compañeros, todos procedentes de la localidad granadina de Huetor Tajar.
La causa más repetida de estos decesos es el accidente de tráfico (6), seguida de los sepultamientos como los dos muertos de la Casa Ibarra, donde se derrumbó el techo de la primera planta, y los tres trabajadores que fueron aplastados por una nave agrícola en una explotación de Coria del Río el pasado abril a causa del fuerte viento. También son llamativas las caídas a distinto nivel, como las que se registraron en Sevilla en mayo y en Aznalcóllar en junio y es ahí donde pone el foco el sindicato como ejemplo de que parte del problema está en "incumplimientos sistemático de la prevención de riegos laborales", expresa Carmen Tirado, responsable de salud laboral en CCOO Sevilla.
"Cuando no hay ninguna protección, el factor diferencial entre los accidentes graves y los mortales es la suerte", lamenta Tirado, que recuerda que la siniestralidad laboral ha caído respecto a 2024 en términos generales y también en accidentes leves y graves. Para ilustrar este argumento sobre la importancia del factor suerte, la responsable sindical rememora un accidente mortal que se produjo en 2024 en unas naves de principios del siglo XIX en la zona portuaria de la capital hispalense. Dos trabajadores que no llevaban medidas de seguridad cayeron desde un falso techo al pisar un lucernario que no se veía con la suciedad. Uno de ellos chocó con un aparato de aire acondicionado en su descenso, lo que provocó un cambio en su trayectoria y se salvó, mientras que su compañero falleció al impactar con el suelo directamente.
Tirado se sirve de este accidente para criticar otra de las carencias que CCOO achaca a las empresas, sobre todo en sectores como la construcción, y que consiste en la falta de planificación de los trabajos. "Si no van a utilizar ninguna medida de protección, hay que evaluar antes el estado del inmueble", alerta la representante de CCOO, que recuerda que esas inspecciones previas deben incluir factores de corrección para que el análisis tenga en cuenta el peor de los escenarios posibles. Tirado alude concretamente y en estas fechas a los posibles efectos del estrés térmico ahora que las altas temperaturas son también una causa de posibles accidentes laborales, aunque en Sevilla no se ha documentado en 2025 ningún fallecimiento por golpe de calor.
Para analizar esta situación, CCOO y UGT van a solicitar una reunión extraordinaria de la Comisión Provincial de Prevención de Riesgos Laborales, que incluye a los sindicatos, pero también la delegación provincial de Empleo de la Junta, a la de Salud y a la Inspección de Trabajo. El objetivo es apuntar las posibles causas de que Sevilla acumule entre enero y mayo el 5,7% de los fallecimientos en el tajo a nivel estatal entre enero y mayo pesar de que solo cuenta con el 3,9% de los afiliados a la Seguridad Social.
En el ámbito andaluz, según los datos de CCOO del primer semestre y, por lo tanto, no oficiales, la provincia también destaca a pesar de que no se incluye el accidente de Alcalá de Guadaíra. Los 23 decesos suponen el 34% de los 66 que se han registrado en la comunidad a pesar de que la provincia solo acumula el 23% de los afiliados a la Seguridad Social. Y además es reseñable el hecho de que en Andalucía se haya reducido un 19% el número de fallecimientos en el trabajo en el primer semestre del año frente al aumento del 53% en Sevilla.
"Sevilla resalta a nivel estatal", expresa Mariano Peña, responsable federal de salud laboral de CCOO, que coincide con su compañera en esa ausencia de "elementos básicos". "La calidad de la prevención de riesgos laborales que se desarrolla no es buena", se queja Peña, que cree que es necesario un "mayor control" de las condiciones de trabajo. "No todas las empresas son unas piratas, pero sí las que incumplen", abunda Carmen Tirado mientras que el responsable de CCOO Sevilla, Carlos Aristu, lamenta que el alto número de muertes en accidente laboral no haya provocado "ninguna reacción significativa" por parte de organizaciones empresariales ni administraciones.
Aristu pone especialmente el foco en las administraciones, ya que en casos como el de Alcalá de Guadaíra se trataba de una licitación pública. Según el responsable sindical, hay accidentes que se producen en adjudicaciones públicas resueltas "a las ofertas más bajas", por lo que el líder de CCOO en Sevilla alerta que los distintos gobiernos "no auditan las garantías mínimas de cumplimiento de convenios colectivos ni vigilan el cumplimiento de normativa en los trabajos posteriores".
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}
