El pueblo blanco de Andalucía donde Julio Iglesias se refugia en una increíble finca con tres piscinas infinitas


         El pueblo blanco de Andalucía donde Julio Iglesias se refugia en una increíble finca con tres piscinas infinitas

Este municipio de Málaga es uno de los más destacados de la Costa del Sol y se encuentra cerca de Marbella.

Julio Iglesias es uno de los artistas más famosos dentro y fuera de España. El cantante, que cuenta con más de 300 millones de discos vendidos y una carrera marcada por el lujo y la exclusividad, ha encontrado en Andalucía su rincón más íntimo, donde se refugia cuando quiere descansar lejos del foco mediático. En uno de los lugares más conocidos de la provincia de Málaga se ubica su enorme finca, una mansión rodeada de naturaleza que está muy cerca de las playas más destacadas de la Costa del Sol.

Dónde está la mansión andaluza de Julio Iglesias

Desde hace muchos años, el cantante ha disfrutado de su finca en Ojén, uno de los municipios más destacados de la provincia de Málaga. Este precioso pueblo blanco se sitúa a unos nueve kilómetros de la lujosa Marbella y a diez minutos en coche de lugares tan conocidos como Puerto Banús. En esta parte de la Costa del Sol, Julio Iglesias cuenta con una gran mansión llamada las Cuatro Lunas.

Esta enorme finca con un estilo andaluz de lo más tradicional tiene un terreno de aproximadamente 450 hectáreas y una vivienda principal que ocupa más de 900 metros cuadrados. Además de sus siete habitaciones y ocho cuartos de baño, cuenta con lujos como dos helipuertos, pista de baloncesto, gimnasio, bodega y tres piscinas infinitas. Sin embargo, la estancia que más destaca es su suite de unos 400 metros cuadrados.

El municipio malagueño donde está la Finca las Cuatro Lunas es un pueblo blanco que está rodeado de un entorno natural envidiable lleno de huertas. Además, limita con otras zonas conocidas como Marbella o las urbanizaciones de La Mairena o El Vicario.

También, en Ojén existen lugares emblemáticos como la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, construida en el siglo XVI sobre una antigua mezquita; la Fuente de los Chorros, usada para recoger agua fresca; o sus cuevas altas, con miradores desde donde disfrutar de las mejores panorámicas del pueblo, la sierra y el mar.

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