
Alejada de los grandes puntos turísticos de la isla de Mallorca, esta preciosa y pintoresca villa tiene enclaves apasionantes a orillas del mar. Por ello, es uno de los destinos ideales de España para visitar este verano.
La isla de Mallorca es una de las zonas más concurridas de toda España durante los meses de verano, y es que tanto los turistas nacionales como los extranjeros viajan en masa hasta este apasionante lugar cada temporada estival para disfrutar de sus maravillosas playas y sus pueblos de ensueño. La gran afluencia turística puede hacer que ciertos puntos estén muy masificados entre junio y agosto, pero hay otros que todavía no han sido descubiertos por los visitantes.
Ese es precisamente el caso de Puerto de Sóller, un pueblo situado en la costa norte de la isla y que está enclavado entre las turquesas aguas del Mediterráneo y la Sierra de Tramuntana. Esta pequeña localidad parece sacada de una obra pictórica, ya que su precioso puerto se combina con vistas alucinantes y una historia apasionante para crear una de las estampas más paradisíacas que se pueden contemplar en España.
Puerto de Sóller, un precioso rincón oculto en Mallorca
Puerto de Sóller es una fantástica localidad costera perteneciente al municipio mallorquín de Sóller, cuyo casco urbano se encuentra a unos tres kilómetros de esta preciosa villa. La tranquilidad que se respira en ella contrasta con el bullicio constante de Palma de Mallorca o Magaluf, y es que este antiguo barrio de pescadores ubicado a orillas de una bahía se ha convertido en todo un edén para los que buscan relajarse en verano.
Además de su apasionante puerto repleto de embarcaciones conocidas como llaüts y su precioso paseo marítimo, en Puerto de Sóller también se pueden recorrer sus conocidos muelles cercanos al barrio de Santa Catalina, y es que desde ellos se tienen unas vistas excelsas de todo el entorno que circunda a la localidad. Eso sí, no es la única maravilla que se puede visitar en esa zona de la villa, ya que en ella se esconden multitud de tesoros apasionantes que se deben descubrir sí o sí.
En el barrio de Santa Catalina se encuentra una pequeña iglesia del siglo XIII que en la actualidad se ha transformado en un museo, pero el edificio como tal sigue siendo uno de los principales atractivos arquitectónicos de la villa. Además, junto a él se ubica un impresionante mirador desde el que se puede observar las aguas mediterráneas, que contrastan con las altas cumbres de la Sierra de Tramuntana.
Cerca del casco urbano de la localidad se puede subir a la base de un precioso faro que añade encanto a todo el entorno, al igual que las torres de vigilancia que llevan siglos en pie y que en otros tiempos sirvieron para proteger a la población de la villa de los feroces ataques de los piratas y los corsarios. Desde todos esos puntos se puede observar el bucólico paraíso que se extiende ante la mirada de turistas y locales.
Una de las experiencias que hay que vivir sí o sí mientras se visita Puerto de Sóller es montarse en su colorido tranvía y recorrer la distancia que separa la localidad del municipio de Sóller, y es que este mítico medio de transporte es sin duda una de las principales atracciones del pueblo. Esos pintorescos vagones no hacen más que añadir encanto a un lugar ya de por sí extraordinario.
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