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Carlos Alsina ha abierto su monólogo de este 7 de julio, un día más ironía y dureza. Apoyado en la actualidad del caso Salazar, apuntó directamente al entorno del presidente del Gobierno: "es un milagro que él no se contagiara" de las cuestionables conductas de quienes lo rodeaban.
El periodista recordó cómo varios hombres clave del sanchismo han acabado señalados por escándalos de corrupción, abuso de poder o actitudes machistas. “Hombres fraude durante años”, dijo Alsina, en referencia a figuras como Ábalos, Cerdán y ahora Paco Salazar.
El caso Salazar estalló este fin de semana, para más inri el mismo día en que el PSOE convocaba su Comité Federal para escenificar un nuevo comienzo. Y, al final, el hombre elegido para representar la regeneración, acabó señalado por dos mujeres por acoso sexual y comentarios obscenos.
Alsina no pasó por alto que los hechos denunciados se habrían producido en la misma Moncloa, “el entorno laboral del presidente”, como recalcó, cuestionando si el jefe del Ejecutivo realmente desconocía lo que ocurría a pocos despachos de distancia.
El comunicador puso el foco en la impunidad con la que supuestamente operaban algunos de los altos cargos socialistas: “empoderados por Sánchez”. Esta circunstancia, según Alsina, explicaría por qué las víctimas no se atrevieron a denunciar en su momento.
Con tono cáustico, recordó que el PSOE tiene 120.000 militantes y, sin embargo, Sánchez eligió para puestos clave a quienes hoy están en el ojo del huracán. “Ya es tener mal ojo”, ironizó, tras enumerar los casos que salpican al núcleo duro socialista.
El monólogo también apuntó a las consecuencias políticas. “El sanchismo quedó herido”, dijo, señalando que este nuevo escándalo debilita aún más a un Ejecutivo que, según él, sigue sin asumir su responsabilidad política frente a los hechos.
Alsina concluyó mirando a la oposición. Feijóo, apuntó, parece haber encontrado estabilidad interna gracias al descalabro socialista. “Feijóo quiere gobernar solo”, recordó el periodista, aunque advirtió de que el líder popular también deberá responder a futuras decisiones de pactos.
Y como remate, lanzó una pulla final: el verano avanza, la lavanda florece y los Sanfermines siguen, pero en Ferraz “el olor a quemado” es cada vez más intenso.
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