Cómo 14 empresarios crearon una colección de arte que se hizo museo en Valladolid

Cómo 14 empresarios crearon una colección de arte que se hizo museo en Valladolid

A veces la historia nos sorprende y nos desvela episodios de generosidad humana. En 1987, un grupo de empresarios amantes de la cultura, representantes de catorce empresas españolas, decidieron aportar su dinero para propiciar el rescate del olvidado arte contemporáneo español. De esa iniciativa surgió, con los años, una colección imponente de 1.200 obras que, en 2002, se convirtió en el Museo Patio Herreriano. Y en este 2025 se cumplen 25 años del acuerdo con el Ayuntamiento de Valladolid que lo hizo posible.

"Veíamos que el arte contemporáneo español había sido muy poco atendido por el régimen anterior, el franquismo, y nos parecía que había una labor por hacer", explica Manuel Valencia, vicepresidente de Técnicas Reunidas Internacional, una de las empresas impulsoras del proyecto. El empresario recuerda, para poner en contexto la relevancia de su iniciativa, que en aquel momento no se había creado todavía el Museo Reina Sofía y que apenas eran reconocidos los grandes autores como Pablo Picasso o Juan Gris, y muy pocas figuras más. Y buena parte del arte español se había dispersado por el mundo. "Pensábamos que había muchas obras valiosas que no se estaban aprovechando".

Julián Trincado (de Unión Fenosa, hoy Naturgy) y José Lladó (Técnicas Reunidas) lideraron entonces el grupo de empresas, que en su listado actual incluye también a Accenture, ACS, AON Iberia Correduría de Seguros, Arápolis de Gestión, bancos BBVA y Santander, bodega Vega Sicilia, Ebro Foods, Fernando de la Cámara, Resonac Graphite Business y Zara España.

Inauguración del Museo Patio Herreriano en 2002 con el rey Juan Carlos (Imagen cedida)Inauguración del Museo Patio Herreriano en 2002 con el rey Juan Carlos (Imagen cedida) Inauguración del Museo Patio Herreriano en 2002 con el rey Juan Carlos (Imagen cedida)

"Eran empresas que tenían el anhelo de fomentar el coleccionismo y el conocimiento del arte en España", explica Javier Hontoria, director del Museo Patio Herreriano. "Su gran acierto fue recurrir a los expertos que mejor conocían este campo para encargarles la selección de las obras". Figuras de referencia como Antonio Bonet Correa, Eugenio Carmona, Simón Marchán, Julián Gallego o Valeriano Bozal se encargaron de la parte técnica del proyecto sin ningún condicionamiento.

"Eso fue lo más original y novedoso que hicimos", admite Manuel Valencia y continúa: "Creo que fue nuestro mayor acierto". Los expertos "iban comprando las obras que permitían construir el relato del arte en España desde 1916 en adelante. Prestando atención a todos los creadores relevantes, no solo a las grandes figuras".

A ese acierto hay que sumar la decidida vocación de crear un proyecto de servicio público. En una primera fase, las obras que se compraban se repartían por sorteo entre las empresas que financiaban el proyecto, que las exponían en sus sedes. Pero al final el volumen de obras era tan importante que no queda más remedio que almacenarla en naves. "No había una sede propia de la colección, pero organizamos algunas exposiciones para dar a conocer las obras de la colección", explica Valencia.

Exposición 'Es solo una sensación', con obras de la colección del museo (Imagen cedida)Exposición 'Es solo una sensación', con obras de la colección del museo (Imagen cedida) Exposición 'Es solo una sensación', con obras de la colección del museo (Imagen cedida)

Esa vocación de servicio público culminó cuando la colección aterrizó en el Museo Patio Herreriano. Pero la colección barajó otras posibles ubicaciones que no cuajaron. El secretario de Estado de Cultura, el vallisoletano Miguel Ángel Cortés, jugó un papel importante al conectar las necesidades de la asociación -a la que urgía encontrar un lugar para conservar dignamente sus obras- con las posibilidades del consistorio vallisoletano.

El acuerdo, firmado con el alcalde de entonces, Javier León de la Riva, en el año 2000, implicaba que las empresas cedían gratuitamente las obras, conservando su propiedad, y, a cambio, el museo asumía todos los gastos de conservación, seguros y mantenimiento. El Ayuntamiento de Valladolid se comprometía también a crear un museo para conservar y exponer la colección, lo que dos años después sería el Museo Patio Herreriano.

"Hubo que replantear de forma muy importante el proyecto de restauración que estábamos realizando", explica Alberto Gutiérrez, concejal de Cultura entonces y actual responsable de Tráfico. "Estábamos restaurando con la idea de crear oficinas municipales y quizás dedicar una parte para un posible Museo de la Ciudad. Pero el acuerdo nos obligó a cambiarlo todo". Y como el arte contemporáneo requiere espacios para obras de gran formato, se incorporó el proyecto original un ala nueva.

Vidal Arranz. Valladolid

"Estamos satisfechos con el acuerdo y con el museo", explica Valencia, quien valora el trabajo de restauración realizado por el arquitecto Juan Carlos Arnuncio. "Es un museo precioso. No pesa sobre lo antiguo y mantiene espacio para lo moderno". Y añade: "Valladolid es una ciudad importante y muy bien comunicada que ya tenía un Museo de Escultura muy importante, pero que carecía de arte contemporáneo, y que ahora ya lo tiene".

El mecanismo de gestación de la colección fue sencillo: las empresas se comprometieron a donar una cantidad cada año y los expertos manejaban esos fondos con plena libertad, según su criterio. A veces comprando obra a los autores que seguían vivos, y en el resto de los casos recurriendo a galerías de arte. Uno de los objetivos era que ese arte valioso permaneciera en el país.

"Con los fondos de las empresas empiezan a comprar las mejores obras, de los mejores artistas y en sus mejores momentos", explica Javier Hontoria. "El resultado es un conjunto de obras realmente extraordinario que deslumbra a quienes vienen al museo a conocerlas". Según su criterio, estamos ante la mejor colección privada de España en arte contemporáneo, y quizás la tercera en términos absolutos después del Museo Reina Sofía y el IVAM valenciano.

Exposición 'Es solo una sensación', con obras de la colección del museo (Imagen cedida)Exposición 'Es solo una sensación', con obras de la colección del museo (Imagen cedida) Exposición 'Es solo una sensación', con obras de la colección del museo (Imagen cedida)

"Sin duda está en el top 3. Es una colección muy bien comprada y muy bien comisariada", asegura. No solo porque incluye obras de todos los principales artistas, sino porque permite recrear una historia completa del arte contemporáneo español. Es más, los comisarios de la colección tuvieron el acierto de comprar obra de creadores que, en ese momento, no eran especialmente valorados y que ahora, en cambio, están siendo reivindicados como figuras clave de la creación española más innovadora.

Los mecenas siguieron aportando fondos hasta el año 2013, es decir, durante los primeros diez años de vida del museo, lo que supone 26 años de contribuciones ininterrumpidas. "Dejamos de aportar porque ya no era tan necesario nuestro papel. Lo público dedicaba bastante dinero y había museos. Y los socios habían realizado un esfuerzo económico importante y no veían la necesidad de seguir haciéndolo", recuerda Manuel Valencia.

El vicepresidente de Técnicas Reunidas se muestra satisfecho de la labor realizada. "Es una obra importante de mecenazgo realizada por empresas sin afán de lucro, que solo buscaban recuperar un trozo importante del arte y la cultura de España". Incluso de la propia historia del país, porque "los artistas son unos sismógrafos muy finos de lo que pasaba en España".

Vidal Arranz. Valladolid

La exposición ‘Es solo una sensación’ es la fiesta con la que el Museo Patio Herreriano celebra los 25 años de su acuerdo con la Asociación Colección Arte Contemporáneo (ACAC). Puede verse hasta el 18 de mayo de 2026 y busca celebrar el aniversario con una nueva relectura de los fondos del museo. Hay que tener en cuenta que la colección nunca se exhibe completa, sino a través de acercamientos parciales a temas o periodos, lo que se combina con exposiciones temporales que, a menudo, toman como base también a artistas destacados de la propia colección.

De su éxito y relevancia dan prueba los numerosos préstamos que realizan a otros museos o instituciones. Así, algunas obras han sido expuestas, por ejemplo, en el museo Meadows, de Texas, o en Moscú. El último caso es la exposición dedicada a Maruja Mallo por el Centro Botín, que cuenta con cuatro obras procedentes de la colección del Museo Patio Herreriano. Es indudable que la colección despierta un gran interés.



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