Así será el museo del Palacio de El Capricho: un viaje por el Madrid ilustrado del siglo XVIII

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La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobó el pasado mes de febrero la conversión del Palacio de El Capricho, en el distrito de Barajas, en un nuevo museo municipal. Este paso marca un hito en la recuperación patrimonial de uno de los enclaves históricos más emblemáticos de la capital, que llevaba décadas cerrado al público. El nuevo espacio estará dedicado a la cultura, el pensamiento ilustrado y la vida cotidiana en los siglos XVIII y XIX, con el objetivo de enriquecer la oferta museística de la ciudad y acercar a los madrileños la historia de una de las figuras femeninas más influyentes de su época.

Ubicado en pleno corazón del parque de El Capricho, el palacio encara la fase final de su segunda etapa de rehabilitación, iniciada en octubre de 2023. La inversión prevista para este proceso de musealización asciende a 2,3 millones de euros, destinados al diseño y fabricación de los elementos museográficos permanentes que darán forma al relato expositivo del edificio. La actuación se enmarca dentro de la estrategia del Ayuntamiento para ampliar y diversificar su red de museos, impulsando centros que hablen de la historia de Madrid desde nuevas perspectivas temáticas y cronológicas.

Sara Castellanos

El proyecto contempla varias fases: primero, la culminación de las obras estructurales y la dotación museográfica; después, la instalación de los contenidos expositivos y, finalmente, la apertura al público. Aunque no se ha fijado una fecha concreta de inauguración, desde el área de Cultura se estima que podría abrir sus puertas a lo largo de 2025, sumando así un nuevo atractivo cultural a uno de los jardines más bellos y singulares de la capital, abierto hoy en día solo durante los fines de semana.

Un homenaje a la Ilustración madrileña

El nuevo museo estará dedicado a la figura de la duquesa de Osuna, María Josefa Alonso Pimentel, promotora y alma del conjunto de El Capricho, y a su papel dentro del movimiento ilustrado en España. A través de objetos, documentos y ambientaciones históricas, el visitante podrá descubrir cómo vivía la nobleza ilustrada en el tránsito del Antiguo Régimen a la sociedad liberal, en un entorno en el que se respiraban las nuevas ideas europeas.

Además de los aspectos biográficos, el recorrido expositivo profundizará en el arte, la arquitectura y la jardinería de la época, abordando cómo los modelos franceses e italianos influyeron en la creación de este espacio único. También se explicarán las tertulias, conciertos, representaciones teatrales y celebraciones que acogía el palacio, concebido como un lugar de encuentro entre intelectuales, artistas y miembros de la aristocracia ilustrada.

La apertura al público del Palacio permitirá completar la experiencia de los visitantes del parque de El Capricho, convirtiendo el recinto en un auténtico viaje en el tiempo. Este nuevo equipamiento cultural fortalecerá la identidad del distrito de Barajas y reivindicará la importancia de las mujeres ilustradas en la historia madrileña.

La historia de El Capricho y los duques de Osuna

El origen de este enclave se remonta a 1783, cuando los duques de Osuna adquirieron una finca a las afueras de Madrid, en la zona conocida entonces como la Alameda de Osuna. Allí, la IX duquesa de Osuna, figura destacada de la Ilustración española, diseñó junto a su esposo un jardín de inspiración francesa y un palacio de recreo donde cultivar las artes, la música y las nuevas ideas que llegaban del resto de Europa.

Fotografía de la fachada del Palacio de El Capricho (Biblioteca Nacional de España)Fotografía de la fachada del Palacio de El Capricho (Biblioteca Nacional de España) Fotografía de la fachada del Palacio de El Capricho (Biblioteca Nacional de España)

Durante más de dos décadas, entre 1783 y 1808, se configuraron los jardines y se levantó el palacio, siguiendo modelos paisajistas románticos y decorativos que combinaban estilos franceses, ingleses e italianos. La finca incluía elementos singulares como canales navegables, plazas con esculturas, grutas artificiales, templetes y salones de baile. Goya, Haydn o Moratín pasaron por allí, invitados a tertulias, fiestas y conciertos organizados por la duquesa.

La Guerra de la Independencia interrumpió el esplendor de El Capricho: la propiedad fue incautada por los franceses y ocupada por el general Belliard hasta 1812, lo que obligó a los duques a exiliarse en Cádiz. Aunque más tarde regresaron, el lugar ya no recuperó su antiguo esplendor. Tras la muerte de la duquesa en 1834, fueron sus descendientes quienes cuidaron del espacio, incluyendo a Pedro de Alcántara Téllez-Girón, director del Museo del Prado y gran defensor del patrimonio artístico.

Medio siglo después de su compra por el Ayuntamiento de Madrid, el palacio está por fin más cerca de ser lo que un día soñó la duquesa de Osuna

Con el tiempo, la propiedad pasó a manos privadas, fue utilizada como cuartel durante la Guerra Civil y cayó en el abandono. No fue hasta 1974 cuando el Ayuntamiento de Madrid adquirió la finca y comenzó un lento proceso de recuperación. En 2001, los jardines restaurados recibieron el premio Europa Nostra, reconociendo su valor paisajístico y cultural. Ahora, medio siglo después de aquella compra municipal, el palacio está por fin más cerca de ser lo que un día soñó su creadora: un lugar donde el arte, la belleza y la reflexión conviven bajo un mismo techo.



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