Sorpresa en el PP ante la cita imprevista de Feijóo con Abascal: "Nadie sabía nada"

Sorpresa en el PP ante la cita imprevista de Feijóo con Abascal:

Fue un encuentro improvisado y fuera de foco, pero con una enorme carga política. Tras meses de incomunicación y de grandes turbulencias en la derecha, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal escenificaron un acercamiento con una reunión "informal" en el despacho que el jefe de la oposición tiene en el Congreso de los Diputados. La intención era mantener el vis a vis en secreto, pero todas las esquinas del Palacio de la Carrera de San Jerónimo tienen ojos.

La reunión se produjo al término de la última sesión de control al Gobierno hasta la vuelta del verano, circunstancia que sirvió a Génova para vender la cita como una suerte de balance del momento político actual y de la marcha de la legislatura por los escándalos judiciales que se acumulan a las puertas de la Moncloa. Pero en el equipo de Feijóo han decretado secreto de sumario respecto al contenido. Tampoco la cúpula de Vox desvela las claves de la inesperada entrevista. Sólo deslizan, eso sí, que el encuentro fue espontáneo y a iniciativa del líder de la oposición.

La noticia corrió como la pólvora en los pasillos del hemiciclo. Miembros del comité de dirección del PP y otros diputados no ocultaban su sorpresa. "Nadie sabía nada", corroboran altos cargos de la cúpula. Algunos sectores quitaban peso al encuentro porque "es normal que los partidos hablen", pero en otros se trasladaba cierto malestar. "En este momento es un error", comentaban. "Están todo el día dándonos con el mazo en las costillas", se quejan estas voces, que aseguran no entender la utilidad de la reunión.

Ana Belén Ramos

Génova informó de la cita en la mañana del miércoles con un escueto comunicado. En él se aseguraba de forma genérica que ambos líderes habían abordado "el contexto nacional e internacional", y que la reunión había sido "cordial", aunque "desde la lógica discrepancia de partidos diferentes".

Vox confirmó posteriormente la información, aunque con un mensaje más frío y distante. Sólo apuntaron que Santiago Abascal había trasladado en privado "exactamente lo mismo" que dice en público, lo que trasluce una crítica soterrada y directa al presidente del PP. "Supongo que Feijóo nos habrá pedido que dejemos de atizarles", especula, con sorna, un diputado de la formación ultraconservadora.

"Yo hago oposición a Sánchez, no a Vox", especificó el líder gallego en una entrevista

El secretismo del encuentro ha despistado en amplios sectores de los populares porque choca con la estrategia con la que el propio Feijóo había instruido a los suyos desde hace meses, y que pasa por ignorar al partido liderado por Santiago Abascal, en línea con la tesis que defienden barones del ala moderada como el andaluz Juanma Moreno. "Yo hago oposición a Sánchez, no a Vox", especificó el líder gallego en una entrevista el pasado lunes. La previsión de un posible adelanto electoral ha podido acelerar un intento de Feijóo por limar asperezas, aunque la consigna que se repite en el puente de mando es la de lograr una mayoría suficiente que les permita gobernar en solitario.

Abascal tampoco parece dispuesto a firmar una tregua. El dirigente ha elevado notablemente el tono —esta misma semana acusó al PP de ser una "mafia" y de "encubrir" al PSOE en su peor momento político—, especialmente tras la reiterada negativa de Génova a impulsar una moción de censura tras los audios de la UCO que precipitaron la caída de Santos Cerdán y la vorágine de corrupción y prostitución que ha golpeado al Gobierno. Y es una estrategia que, por el momento, les ha dado sus frutos en las encuestas.

Ana Belén Ramos

La reunión no ha servido para mover un ápice las intenciones de Génova respecto a una posible moción de censura. En la cúpula certifican que no la impulsarán sin tener los apoyos garantizados, y miran ya al otoño con la esperanza de que el suelo vuelva a temblar bajo los pies del Gobierno con nuevas pesquisas judiciales que fuercen al Gobierno —o a sus socios— a valorar un adelanto electoral.

La última vez que Feijóo y Abascal se reunieron en persona fue en septiembre de 2023, en el marco de la ronda de contactos de Feijóo para su investidura fallida. Desde entonces han cruzado alguna conversación informal en los pasillos del Congreso y mensajes privados, dicen, de índole personal. Pero la evidente frialdad entre sus líderes no quita que hubiese canales de comunicación abiertos desde hace tiempo. Tras el fiasco de las generales del 23-J, los dos partidos abrieron un diálogo reservado a través de sus fundaciones, con reuniones "frecuentes" entre Pablo Vázquez (Reformismo21) y Jorge Martín Frías (Disenso).

Esos encuentros, a los que solían acudir miembros de las direcciones de los dos formaciones —Ester Muñoz y Miguel Tellado de parte del PP; y Kiko Méndez-Monasterio y José María Figaredo de Vox— se interrumpieron de forma abrupta en febrero de este año por la escalada de tensión entre las dos formaciones y la sospecha de los ultraconservadores de que Génova había instigado una campaña de ataques para desestabilizarles.

Ana Belén Ramos

Con la reunión de este miércoles, Feijóo retoma en primera persona la relación con Abascal ante la inestabilidad de la legislatura y el endiablado contexto geopolítico, y visibiliza un acercamiento aún a riesgo de reforzar el marco de la izquierda respecto al 'miedo' a la ultraderecha. El líder del PP tiene otros asuntos pendientes con Vox, como los presupuestos de Aragón y Extremadura o el melón de la sucesión de Carlos Mazón al frente de la Generalitat, donde necesitaría los votos del partido situado a su derecha. Que la cita dé o no algún fruto político ya es harina de otro costal.



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