
Algunos achacan las bajas valoraciones de estas compañías del selectivo español al escepticismo del mercado o al castigo a sectores tradicionales en un ciclo de transformación acelerada ¿Puede suponer una oportunidad?
En un mercado obsesionado por la narrativa de la inteligencia artificial, los megadatos o los beneficios récord de la banca, hay un rincón del Ibex 35 que parece haberse quedado atascado en otra realidad. Repsol, ArcelorMittal, Grifols, Sacyr o Telefónica presentan valoraciones tan bajas que rozan lo ridículo, especialmente si se comparan con los beneficios que siguen generando, la caja que producen y los dividendos que reparten. Y no hablamos de pymes olvidadas ni de valores de nicho: hablamos de pesos pesados del principal índice bursátil español.
Muchos achacan esta desconexión al escepticismo del mercado, o al castigo a sectores tradicionales en un ciclo de transformación acelerada. Pero si uno se detiene en los datos, las cifras pintan un cuadro muy distinto. Lo que hay aquí es una desconexión creciente entre precio y valor. Y como toda anomalía de mercado, puede ser una oportunidad.
Repsol genera caja y el mercado la ignora
Tomemos el caso de Repsol. En un mundo donde las empresas energéticas viven bajo la lupa de la transición ecológica, la compañía ha seguido generando beneficios robustos y una rentabilidad por dividendo superior al 8%, según las estimaciones para 2025.
Aun así, el mercado apenas le da crédito. Su cotización refleja solo un 25% de lo que factura, lo que se conoce como un Precio/Ventas (P/V) de 0,25. Es decir, por cada euro de ingresos que genera, la Bolsa solo le asigna 25 céntimos de valor. Si además miramos su beneficio operativo (EV/EBITDA), el que obtiene antes de pagar intereses, impuestos y amortizaciones, vemos que se está valorando a poco más de dos veces esa cifra. Esto implica que, si mantiene sus beneficios actuales, un inversor podría recuperar su inversión en poco más de dos años.
ArcelorMittal cotiza como si el acero no tuviera futuro
Más sorprendente aún es ArcelorMittal. A pesar de una subida del 20% en lo que va de año, la acerera cotiza con un descuento que parece castigarla por algo más que sus fundamentales. Su valor en libros está completamente infravalorado con un Precio/Valor Contable (P/VC) de 0,34, y el consenso de analistas fija un precio objetivo de 35,43 euros, casi un 30% por encima del nivel actual. Se trata de una compañía cíclica, pero con apalancamiento contenido, exposición internacional y un contexto de proteccionismo creciente (como los aranceles al acero) que puede beneficiarla a medio plazo.
Grifols sigue cotizando con sospecha a pesar de su reestructuración
Grifols es otro de los nombres que ha pasado de estrella a paria en muy poco tiempo. Su desplome en 2024 superó el 40%, arrastrado por dudas sobre su deuda y su modelo. Pero la empresa ya ha refinanciado sus obligaciones más inminentes y, según el consenso de analistas, su potencial alcista roza el 70%, con un precio objetivo de 16,94 euros.
Si analizamos sus cifras, el mercado solo le asigna la mitad del valor de sus ingresos (P/V de 0,54) y la valora en apenas seis veces su beneficio operativo (EV/EBITDA de 6,06). Además, cotiza muy por debajo del valor contable de sus activos. Estamos hablando de una farmacéutica con operaciones globales que, por sus ratios actuales, parece una empresa en liquidación.
Sacyr promete dividendos, pero sigue en tierra de nadie
Sacyr también entra en esta categoría de infravaloración difícil de entender. Según Bloomberg, cotiza con una de las mejores valoraciones medias de su historia y su potencial de revalorización alcanza el 17,6%. No cuenta con ninguna recomendación de venta, algo insólito en la última década, y además ha anunciado que retomará el dividendo en efectivo, con un pago de 0,045 euros por acción previsto para julio. Su transformación en una empresa de infraestructuras y concesiones parece no haber calado aún en la percepción del inversor.