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El impresionante templo barroco con un retablo de Claudio Coello y que reabre al público en Malasaña: tipos de visita, horarios y preciosEl secreto mejor guardado del barrio de La Latina: la iglesia de Madrid con la cúpula más grande de España y la cuarta de Europa
Quien camina por la calle de Alcalá y llega a la altura del número 83 no puede evitar alzar la vista al cielo. Frente a la frondosidad del parque del Retiro se erige, solemne, un templo coronado por una cúpula de cobre rojo y flanqueado por esbeltas torrecillas. Su silueta destaca entre el paisaje urbano como si fuera una postal congelada en el tiempo, una joya arquitectónica que reclama atención desde cualquier ángulo del Paseo.
Se trata de la iglesia de San Manuel y San Benito, uno de los ejemplos más brillantes del estilo neobizantino en la ciudad. Diseñada por Fernando Arbós y Tremanti, el mismo arquitecto que ideó el Panteón de los Hombres Ilustres, esta obra sorprende por sus formas octogonales, sus líneas orientales y una estética que recuerda tanto a Constantinopla como a Roma. Su monumentalidad, inusual para un templo parroquial, revela que detrás de su construcción hubo algo más que devoción.
El origen de este templo se remonta a 1902, cuando Benita Maurici, viuda de Manuel Caviggioli, donó el terreno a los Agustinos de la Provincia de Filipinas. El propósito era levantar una iglesia que sirviera como panteón familiar y, al mismo tiempo, como centro educativo para obreros. Así nació la Fundación Caviggioli, un proyecto piadoso y social que se materializó en piedra y mármol.
Historia de una construcción singularLa iglesia de San Manuel y San Benito comenzó a tomar forma en 1903, cuando se colocó la primera piedra, aunque el templo no fue consagrado hasta el 31 de diciembre de 1910. La elección del estilo neobizantino no fue casual: se buscaba un diseño monumental y simbólico, con claras referencias funerarias. Su planta central con brazos laterales y la imponente cúpula reflejan esa intención original de ser también un panteón.
Durante sus primeros años, el templo se convirtió en un centro espiritual de gran influencia en la capital. Era habitual ver entre sus bancos a figuras del pensamiento y la política como Antonio Maura, Gregorio Marañón o Jacinto Benavente. Pero la Guerra Civil truncó esa etapa. La iglesia cerró al culto, su interior fue devastado y su uso cambió radicalmente, pasando a ser almacén y sede del Comité Ejecutivo del Partido Comunista. Solo tras la guerra los Agustinos pudieron volver y emprender una meticulosa restauración.
Con el tiempo, la iglesia fue recuperando su esplendor y su función litúrgica y pastoral. En 1965, pasó a ser oficialmente parroquia. Las misas y celebraciones volvieron a congregar a fieles y personalidades, mientras el templo se reafirmaba como uno de los espacios religiosos más destacados de la ciudad. Su valor artístico y su historia le han otorgado un lugar único dentro del patrimonio eclesiástico madrileño.
Mármol, mosaicos y luz: el arte que envuelve al temploEl exterior del templo impresiona por su estructura de mármol blanco, su torre cuadrada y una majestuosa cúpula de cobre rojo que se eleva sobre un tambor con dieciséis ventanales. Estos abren el paso a una luz natural que transforma el interior del templo en un espectáculo visual. Las torrecillas que flanquean la estructura funcionan como contrafuertes y están decoradas con motivos geométricos que recuerdan al arte oriental.
@secretosdemadrid Así es el impresionante interior de la iglesia de San Manuel y San Benito, un templo ubicado en la calle de Alcalá, frente al Parque del Retiro y que al contemplarlo, parece que estemos en otro lugar del mundo, como por ejemplo, Estambul. ➡️Fue construida en 1910 y sus mecenas fueron el empresario Manuel Caviggioli y su mujer Benita Maurici, por eso la advocación a San Manuel y San Benito. ➡️Sin duda, una de las iglesias más bonitas de Madrid, os recomiendo muchísimo visitarla 😉 📍Calle de Alcalá 83 #madrid #spain #travel #turismo #viajes #viajar #españa #fyp #secretosdemadrid #foryoupage #viral ♬ sonido original - Secretos de Madrid
El interior deslumbra por su riqueza decorativa. La nave principal se articula en una curiosa combinación de planta central y cruz latina. El ábside semicircular alberga el altar mayor, realizado en mármol de Macael y coronado por una imagen del Salvador esculpida en mármol de Carrara. Una de las joyas del templo es su capilla funeraria, ubicada en el brazo derecho, donde descansan los restos de los benefactores: Manuel Caviggioli y Benita Maurici. A ambos lados del altar de San Benito se sitúan sus sepulcros, realizados también con mármol de Carrara, lo que dota al conjunto de una elegancia serena y espiritual. Las tumbas están presididas por un ángel blanco sobre un fondo de mosaico estrellado.
En lo alto, la bóveda está completamente cubierta de teselas que conforman un impresionante Pantocrátor rodeado por los doce apóstoles. Sin duda es el elemento más impactante del edificio. Sobre las pechinas, los evangelistas se representan con sus símbolos tradicionales: el ángel, el león, el toro y el águila. Por su parte, los mosaicos epresentan a dieciséis santos y beatos vinculados a la Orden Agustiniana. Esta decoración, obra de la firma "Facchina et Cía." de París, costó 130.000 pesetas de la época y sigue siendo, más de un siglo después, una de las más espectaculares de todo Madrid.
La iglesia de San Manuel y San Benito sigue mirando al cielo con la misma fuerza con la que fue concebida: como un testamento de fe, memoria y belleza eterna
Los materiales nobles empleados, el equilibrio entre arte y espiritualidad y la historia que ha atravesado esta iglesia la convierten en una de las joyas menos conocidas pero más valiosas del patrimonio madrileño. Frente al bullicio del Retiro, San Manuel y San Benito sigue mirando al cielo con la misma fuerza con la que fue concebida: como un testamento de fe, memoria y belleza eterna.
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