
La patronal bancaria acaba de recurrir junto a CECA la nueva figura que, en su opinión, reduce la capacidad de competir.
"El nuevo impuesto a la banca añade una capa adicional de lastre y complejidad para el sector". Así se tajante se ha mostrado la presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, después de que esta patronal junto a CECA hayan recurrido el tributo. En concreto, han interpuesto un recurso contencioso-administrativo contra la orden ministerial que aprueba el modelo de autoliquidación y pago fraccionado como rechazo a una medida que repercutirá de forma negativa en el crédito.
Durante el XX Encuentro del Sector Bancario organizado por IESE Business School en colaboración con FTI Consulting, Kindelán ha advertido de nuevo de que repercutirá en una menor capacidad para competir y conceder crédito, para incidir en que tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han expresado su rechazo. De forma paralela, Kindelán ha abordado el proceso de simplificación regulatoria que, en su opinión, debería seguir avanzando. "Europa está inmersa en un proceso en el que se busca crecimiento y competitividad", ha comentado para agregar que la regulación debe "ser coherente con esos objetivos".
Kindelán ha compartido mesa con el vicepresidente de Banco Santander, José Antonio Álvarez, quien ha apelado la complejidad supervisora y reguladora que afrontan las entidades bancarias en Europa, con el foco en el modelo excesivamente 'capital centric', que deriva en que todo "termina en un requerimiento adicional de capital". Así considera que el capital también es 'eurocéntrico', factor que perjudica a entidades que operan en otros países, como Banco Santander, con consecuencias para el bloque comunitario.
"Esta obsesión 'capital centric' y de no distinguir modelos de negocio (...) está perjudicando al crecimiento de Europa", ha afirmado para acto seguido señalar que el Viejo Continente "está financiado por la banca y las pymes no van a acudir al mercado de capitales, por lo que se necesita que esa capacidad esté ahí y está muy constreñida en estos momentos por las demandas crecientes de capital". Álvarez ha explicado también en su intervención el desarrollo de la inteligencia artificial, que tiene implicaciones a nivel organizativo.
"Si aumenta la productividad un 30% o un 40% en la producción de 'software', si los 'call centers' aumentan la productividad un 50% o si las operaciones aumentan la productividad un 50%, obviamente bajará el coste del servicio, pero obviamente tiene implicaciones organizativas", ha puntualizado. El que fuera consejero delegado de Banco Santander ha destacado la posición de las entidades para acometer la transformación digital. A diferencia de Estados Unidos, que cuenta con un mercado atomizado, en el Viejo Continente "todas las entidades han adquirido un tamaño suficiente para acometer inversiones y mantenerse al día con las tecnologías", ha dicho.
El debate de las fusiones bancarias
En el encuentro también ha contado con la participación del presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), quien ha admitido que le gustaría ver una mayor consolidación europea por parte de la banca, ante lo que ha expresado la necesidad de eliminar trabas. Sobre este punto, Campa ha expresado que no se puede aspirar a un mercado completamente integrado con exactamente los mismos productos que antes. "Soy la autoridad bancaria europea y me gustaría ver más consolidación dentro del mercado europeo", ha esgrimido.
Campa detalla que se trata de lograr un mercado lo suficientemente integrado para que haya un reparto de riesgos en el sector privado europeo, que ahora no se está produciendo. "Las posiciones internacionales europeas de los bancos no se están incrementando y eso, al final, nos lleva a que seguimos teniendo en Europa un 'risk-sharing' a nivel del sector público, a través del Banco Central, fundamentalmente, y esto no es adecuado", ha enfatizado.