Hacienda, una familia investigada y un monasterio en ruinas: ¿Expolio en San Ginés?

Hacienda, una familia investigada y un monasterio en ruinas: ¿Expolio en San Ginés?

La Agencia Tributaria ha intervenido varias esculturas religiosas y elementos arquitectónicos del antiguo monasterio de San Ginés de la Jara (Cartagena), que llevaban décadas en manos de una familia. La operación, desarrollada entre 2022 y 2025, permitió recuperar piezas en viviendas de La Manga y Madrid. El caso ha dado lugar a una causa penal por presuntos delitos de contrabando y apropiación indebida de patrimonio histórico. Sin embargo, la familia, antigua propietaria del edificio, niega haber cometido delito alguno y defiende la legítima posesión de las piezas.

La operación comenzó con una sospecha: esculturas y elementos arquitectónicos del antiguo monasterio de San Ginés de la Jara podrían estar saliendo del país para ser vendidos. Así lo confirmaron a El Confidencial fuentes de la Agencia Tributaria, que en 2017 abrió una investigación ante posibles movimientos irregulares de patrimonio histórico. Lo que siguió fue una intervención que se prolongó durante varios años y que hoy ha derivado en una causa penal.

Bajo el nombre de Pandora-Mastia, la operación se desarrolló entre 2022 y 2025. En una primera entrada, realizada en 2022 en un chalet de La Manga del Mar Menor, se recuperaron la campana original del monasterio —declarada Bien de Interés Cultural— y una escultura de San Simeón el Estilita montada sobre una columna romana. En enero de 2025, una segunda intervención en una vivienda de Madrid permitió localizar nuevas piezas: una talla barroca de San Ginés y dos columnas del antiguo retablo.

Intervención efectuada por parte de funcionarios de la Agencia Tributaria (AEAT) Intervención efectuada por parte de funcionarios de la Agencia Tributaria (AEAT) Intervención efectuada por parte de funcionarios de la Agencia Tributaria (AEAT)

Todas las obras fueron puestas a disposición del Servicio de Patrimonio Histórico de la Región de Murcia y trasladadas al Museo Arqueológico de Cartagena, donde permanecen en condiciones técnicas de conservación. Por su parte, la familia investigada sostiene que las esculturas y elementos arquitectónicos del monasterio fueron recogidos y conservados durante décadas con el único propósito de protegerlos. En conversación con El Confidencial explican que el conjunto fue adquirido por su padre en 1964, cuando ya se encontraba en estado de abandono y sin protección alguna.

“En los años ochenta comenzamos a recoger algunas piezas porque el monasterio estaba sin puertas, sin vigilancia, sin inventario. Todo estaba expuesto al robo y la destrucción”, señalan. Aseguran que en aquel momento ninguna de las piezas estaba registrada oficialmente ni habían sido declaradas Bien de Interés Cultural, y que actuaron para evitar su deterioro o desaparición.

Campana original del monasterio, declarada BIC (AEAT)Campana original del monasterio, declarada BIC (AEAT) Campana original del monasterio, declarada BIC (AEAT)

Según relatan, su intención siempre fue devolver los bienes si algún día se rehabilitaba el monasterio, algo que nunca llegó a ocurrir. “Siempre dijimos que si se rehabilitaba, devolveríamos las piezas. Algo que hasta hoy no ha pasado”, afirman. Añaden que no se opusieron a la intervención de Hacienda y que actualmente todas las piezas están bajo custodia judicial.

“La realidad es que lo que hoy se recupera es porque alguien lo salvó cuando nadie respondía por ello”, resumen. Las obras intervenidas fueron entregadas al Servicio de Patrimonio Histórico de la Región de Murcia y trasladadas al Museo Arqueológico de Cartagena, donde permanecen bajo custodia.

El arqueólogo responsable del museo, que firmó el acta de recepción, explica que las piezas no se exhiben al público: “He sido yo quién ha firmado el ingreso. Están fuera de exposición, embaladas y bajo vigilancia técnica. Solo el juzgado o Patrimonio decidirán su destino”, señala.

La familia deberá ahora comparecer ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena el próximo mes de octubre, en el marco del procedimiento penal abierto por contrabando y apropiación indebida de patrimonio histórico.

Otro litigio más

Al margen del conflicto que mantienen Hacienda y la familia, el monasterio de San Ginés está atrapado en una pugna urbanística entre la promotora Hansa Urbana y el Ayuntamiento de Cartagena.

Pieza requisada durante la intervención por funcionarios de Aduanas Pieza requisada durante la intervención por funcionarios de Aduanas Pieza requisada durante la intervención por funcionarios de Aduanas

El conjunto monumental, vendido por la familia a la empresa en 2005, formaba parte de un macroproyecto inmobiliario que incluía la construcción de hasta 17.000 viviendas, a cambio del compromiso de rehabilitar el monasterio.

Según explica la promotora a El Confidencial, desde entonces se invirtieron recursos en tareas de consolidación estructural y seguridad básica para evitar su deterioro. Aseguran que, a día de hoy, el monasterio no se encuentra en estado de ruina. Sin embargo, denuncian que no han podido avanzar ni en las obras ni en el desarrollo del entorno porque el suelo aún no ha sido declarado urbanizable por parte del Consistorio, lo que ha paralizado todo el plan.

“Nos encontramos en pleitos con el Ayuntamiento. No se ha podido construir ni poner en valor el terreno. En cuanto al monasterio, hemos cumplido con las actuaciones de conservación necesarias, pero el desarrollo urbanístico sigue bloqueado”, indican desde la empresa.

Estatua de San Simeón el Estilita (AEAT)Estatua de San Simeón el Estilita (AEAT) Estatua de San Simeón el Estilita (AEAT)

Mientras tanto, el monasterio permanece a medio camino entre el abandono y la recuperación, en medio de una disputa judicial, urbanística y patrimonial sin resolver.



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