Ruiz Escudero: "Fernando Simón debería haberse ido tras decir que solo habría un contagio o dos"

Ruiz Escudero:

La pandemia de coronavirus fue un campo de batalla sanitario, y también político. El Gobierno y la Comunidad de Madrid; Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso; Fernando Simón y Enrique Ruiz Escudero; dos modelos antagónicos para abordar el combate contra la covid-19. La gresca política no fue una excepción aquellos días de confinamiento, restricciones y declaraciones de expertos en uno y otro sentido -a veces hasta de expertos ficticios, como los que decidían la desescalada en el Gobierno-.

Ruiz Escudero estuvo en primera línea de ese escenario bélico, en el que el fuego a veces venía desde sus propias trincheras (por parte de los compañeros de Ciudadanos). El entonces consejero de Sanidad y hoy senador se muestra satisfecho con los esfuerzos de la Comunidad de Madrid para salvar el mayor número de vidas. No oculta el malestar que le genera recordar las discusiones con el Ejecutivo de Sánchez cuando tomaban decisiones como el uso del test de antígenos, el reparto de mascarillas o las vacunaciones masivas: "Ellos estaban en la política y nosotros a salvar vidas", dice.

Carga contra Salvador Illa, exministro de Sanidad, al que achaca "hacer campaña" desde que entró en el Ministerio, y cree que hace falta una "fiscalización" sobre las decisiones que se tomaron en pandemia como "la que se está llevando a cabo sobre la gestión de la dana". En cuanto a las residencias, asegura que "se peleó por cada vida" y se siguió "el criterio de los geriatras".

PREGUNTA. ¿Salimos mejores de la pandemia?

RESPUESTA. Hay que distinguir. En la Comunidad de Madrid surgió durante la pandemia un espíritu de mejora, de solidaridad y de remar todos a una. Pero a nivel país, creo que no. El Gobierno de Pedro Sánchez no ha hecho ninguna autocrítica sobre lo que pasó. La inquina que padecimos toda la pandemia, especialmente la presidenta Isabel Díaz Ayuso, no la han superado.

P. ¿Qué es lo que más recuerda de aquella época?

R. En la primera ola, lo que recuerdo es tratar de aumentar la capacidad de la sanidad madrileña. Cuando creamos el corredor sanitario para la compra de mascarillas, cuando duplicamos las camas hospitalarias, triplicamos las UCI… El esfuerzo de los sanitarios, que estuvieron a la altura en todo momento. Por decir un momento en concreto, para mí fue la decisión de poner en marcha el hospital de campaña de Ifema. Fue el 19 de marzo. Miguel Ángel Soria, que estaba muy en la trastienda, ayudó mucho a Madrid. Hablamos a primera hora de la mañana y las estimaciones que teníamos indicaban que íbamos a necesitar más camas. En 72 horas ya se recibían pacientes en Ifema, gracias a Soria, Fernando Prados, Antonio Zapatero y el equipo que estaba allí. Fue un momento de cierta ilusión porque la cifra de pacientes pendientes de ingreso pasó de 100 diarios a 2.000 en la pandemia. Los menos graves iban a Ifema, los graves a los hospitales y los que estaban recuperados pero seguían con PCR negativa a hoteles medicalizados. Aquello supuso duplicar la capacidad asistencial de la Comunidad de Madrid.

P. ¿Tuvo miedo de contagiarse en los primeros meses de la pandemia?

R. No. En ningún momento. Estaba con los cinco sentidos puestos en dar la mejor respuesta sanitaria en una situación crítica. Me sorprendió la falta de visión del Ministerio de Sanidad desde el primer momento. El comité de expertos de Madrid se reunió el 24 de enero. Ya nos avisaban de que como contagiasen los asintomáticos estábamos ante algo muy gordo. El 8M hubo una intención política clara por parte del Gobierno. Nosotros llevábamos días contabilizando ingresos a diario. Intentamos hacer ver a Fernando Simón y Salvador Illa que había que tomar medidas. La noche anterior al 8M hablé con el ministro y le dije que estábamos muy preocupados por lo que estaba pasando. La manifestación se celebró y hubo un pico de contagios que luego vimos los días posteriores. Salvador Illa y Fernando Simón eran marionetas de Pedro Sánchez. Nos quisieron disuadir de cerrar la educación y a los dos días confinaron a todo el país.

"Nos quisieron disuadir de cerrar las escuelas y a los dos días confinaron a todo el país"

P. ¿Cree que Fernando Simón merece seguir al frente del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES)?

R. No. Debería haberse ido tras aquellas primeras declaraciones en las que dijo que iba a haber dos o tres casos como mucho... Y el Gobierno no sabe todavía cuántas personas han fallecido por la covid. O que le diría a su hijo que hiciese lo quisiera y fuera a la manifestación del 8M. No olvidemos que, cuando repartíamos mascarillas a la población, también decía que eran mascarillas egoístas… Con todo lo vivido no debería seguir en el CCAES.

P. ¿Cómo fue su relación con Salvador Illa?

R. Salvador Illa estuvo en campaña desde que entró en el Ministerio de Sanidad. En un principio, la relación tenía que ser correcta por el reparto de competencias sanitarias entre Ministerio y CCAA. Pero el punto de inflexión fue esa primera semana de marzo, cuando trató de negar lo que ya era una realidad para nosotros. Hubo una intención clara de no tomar la decisión de parar la manifestación. Ellos estaban en la política y nosotros a salvar vidas.

P. ¿Sirvió tener uno de los confinamientos más duros de Europa contra la covid-19?

R. En primera ola estuvo bien para contener el impacto, pero después se empeñaron en seguir cerrando todo. Nosotros pensábamos que era más lógico tomar medidas de precaución en zonas de más contagio y permitir que la actividad siguiera donde no se producía esa situación. La implantación de zonas básicas, los controles de test de antígenos y el control de aguas residuales nos permitió un modelo menos restrictivo. Ellos se oponían al uso de test y tampoco nos hacían caso con las mediciones de aguas residuales, algo que ahora la OMS recomienda. Esas mediciones de las aguas nos permitía saber cuándo iba a haber un impacto hospitalario.

P. ¿Haría falta un juicio sobre la gestión de la pandemia como el de la dana?

R. Absolutamente. Si algo de responsabilidad tiene este Gobierno debería hacerlo. Nosotros actuamos con transparencia en todo momento. Teníamos una labor de comunicación permanente. La auditoría que hizo Sanidad es un informe de parte. Hay que hacer algo a la altura para ver qué ocurrió y tomar precauciones para otra crisis sanitaria.

"Habría que hacer un juicio de la gestión covid como el de la DANA de Valencia"

P. ¿Cree que la Comunidad de Madrid se equivocó con el protocolo de las residencias?

R. La Comunidad de Madrid tiene una geriatría que pone como ejemplo la Sociedad Española de Geriatría. Tenemos implantada la geriatría en todos los hospitales de la comunidad. Todo ese trabajo se hizo para que los geriatras determinaran cómo se hacían los traslados y con qué criterios. Me voy a las cifras. Entre marzo y junio de 2020, el Summa realizó 35.800 traslados. De esos, más de la mitad eran mayores de 70 años, y de ese 50% la mitad era de más de 80. Se peleaba por cada vida, esa es la realidad. Y luego, de esa cifra, 11.200 fueron traslados de residencias a hospitales. Nosotros utilizábamos el modelo de geriatrías de enlace y fue avalado por diez sociedades científicas. La fiscal superior, Almudena Lastra, dijo que se había hecho todo lo posible con los recursos que había para salvar esas vidas.

Nosotros, para que un dato de fallecido por covid fuese oficial pedíamos tres datos: el certificado de defunción del médico, el registro civil y el certificado de sanidad mortuoria. La cifra que da el INE, el Gobierno de Sánchez, es de 4.143 fallecidos en residencias. Pero manejaron los datos de un consejero Alberto Reyero, que los cogió de un Excel que se borró y no permitió a los inspectores acudir a las residencias. Contabilizar un fallecido en una pandemia es una cosa muy seria y me parece tremendo que jueguen con el dolor de las familias manejando cifras que no son las reales.

P. ¿Habló entonces con el exconsejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero?

R. De él recibí solo una llamada por un paciente con discapacidad ingresado en el Hospital Príncipe de Asturias. Ni una vez se dirigió a mí por teléfono para hablar de las residencias. Ni siquiera hablaba en los corrillos del Consejo de Gobierno. Se borró desde el primer momento. El 28 de marzo se firmó una orden conjunta donde se establecían las responsabilidades de Políticas Sociales y Sanidad. No acudió a una sola de las 20 reuniones que hubo en ese órgano, que coordinaba la labor en residencias. Es bastante sospechoso que, pese a que las residencias eran responsabilidad de la Consejería de Políticas Sociales, de las 60 denuncias que se pusieron ninguna fue contra Reyero, todas fueron contra Ayuso, Ruiz Escudero o Enrique López, exconsejero de Justicia.

"Reyero no se dirigió a mí ni una vez por teléfono para hablar de las residencias"

P. ¿Fue difícil gobernar con Ciudadanos?

R. Estaba claro que había un pacto entre Ciudadanos y el PSOE para echar a Ayuso. Ignacio Aguado y Begoña Villacís presionaban a la presidenta para que pidiese el estado de alarma para Madrid. La presidenta estuvo acertadísima convocando elecciones en 2021.

P. Salvador Illa dice en el libro que en una reunión con usted y la entonces directora de Salud Pública, Yolanda Fuentes, usted estaba de acuerdo con que Madrid no pasase de la primera fase de la desescalada y que, al día siguiente, usted llamó diciendo que el Gobierno regional le exigía pasar de fase. ¿Fue así?

R. No. Nosotros pedimos el cambio de fase y nos lo negaron hasta en tres ocasiones. Illa lo que pretendía era que Madrid no fuese por delante de Cataluña. Entendimos después por qué ha pasado.

P. ¿Es cierto que tuvo una relación complicada con Ayuso por ser un hombre de Pablo Casado? También lo menciona Illa en su libro...

R. El libro de Illa es como su intervención en la comisión de investigación del caso Koldo; no dijo ni una verdad. Negó que había prohibido a las CCAA comprar material cuando el 10 de marzo de 2020 nos prometió en el Consejo Interterritorial que el material sanitario venía el 17 de marzo. No llegaron y el 17 nos permitió comprar. El valor de su palabra es nula. Con la presidenta hubo comunicación permanente en la pandemia. Es lógico que en tales circunstancias haya momentos de tensión. La presidenta tiene una visión global de lo que ocurre y priorizábamos la salud frente al resto. Aunque hubo momentos en que tuviéramos pareceres distintos, estuvimos alineados en todo momento. Trabajamos en perfecta sintonía.

P. ¿Cómo ve a Mónica García en el puesto de ministra de Sanidad?

R. Es muy difícil, en tan poco tiempo, haberse enemistado con tanta gente. Seguimos igual en los tiempos de acceso a medicamentos, en salud digital… Tiene una manifestación el día 22 de marzo de toda la profesión médica. Era difícil ponérselos en contra en tan poco tiempo. Va a tener las pancartas enfrente y a ver si es tan buena negociadora como presumía. Ella se manifestó ante el Zendal con pacientes críticos dentro y aplaudía los sabotajes. Ese es el perfil de la ministra.

"Es muy difícil, en tan poco tiempo, haberse enemistado con tanta gente como Mónica García"

P. Han aflorado casos de corrupción por la compra de material sanitario… ¿Cree que hay más de los que se han judicializado?

R. Estoy convencido. No tengo ninguna duda. Nunca se ha actuado con transparencia desde el Ministerio de Sanidad. Gastó 577 millones de euros en material sanitario. El Ingesa, que es la empresa pública que se encarga de las compras de Ceuta y Melilla, comenzó a hacer esas compras de material de manera exclusiva. Durante cinco días, se gastaron cientos de millones en empresas vinculadas a la localidad donde Illa fue alcalde. Hubo empresas que desaparecieron tras aquellos contratos. Madrid invirtió 98 millones y trajimos cerca de 40 millones de mascarillas. Sanidad debería haber traído cuatro veces más. ¿Dónde está ese material? No conocimos los criterios de reparto, no hay actas de recepción de material, de destrucción, de control de calidad… Es la opacidad más absoluta. La directora general y dos cargos del Ingesa están imputados por todo esto.

P. ¿No van a surgir casos con compras de la Comunidad de Madrid?

R. Los que salieron se han archivado. A nosotros nos han mirado de arriba abajo. Nos ha mirado el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía Europea, que ha mandado requerimientos durante 9 meses, y no han encontrado nada ilícito.

P. Las investigaciones apuntan importantes indicios contra Koldo y Ábalos, ¿quién debería haber dimitido?

R. El primero, el presidente del Gobierno. Se está investigando a su mujer, a su hermano, a su número dos… Que un ministro coloque putas en organismos públicos es una cosa tremenda. Se ha perdido la dimensión ética en política y actuar de manera digna. Es la trama de corrupción más grande de la democracia.



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