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Están por todos los distritos, aunque especialmente se encuentran en el Centro, Salamanca y Chamberí. En una esquina o en el centro de una fachada. Cientos de rombos dorados descansan sobre los edificios de la capital para recordar que algún célebre personaje ya fallecido -natal de Madrid o no- desarrolló parte de su obra en la villa. En total, 478 placas decoran las calles, según datos del Ayuntamiento. Todos los ciudadanos pueden solicitar a la Administración local que instale una nueva condecoración para decorar el callejero madrileño. Pero a pesar de la buena voluntad de vecinos y el Consistorio, aún faltan muchos ilustres, especialmente mujeres, en obtener el reconocimiento, que se otorga de forma póstuma.
Las placas más antiguas vigilan diversos rincones de Madrid desde 1990. Fue una iniciativa que se creó para conmemorar la Capital Europea de la Cultura. Ese primer año se colocaron 26 distintivos de hombres y uno para una mujer, aunque no en solitario. Se conmemoró a Beatriz Galindo, quien aparece en la placa acompañada por su marido, Francisco Ramírez. Ambos fundaron en 1499 el Monasterio de la Concepción y el Hospital de La Latina.
Hubo que esperar un año para encontrar los primeros nombres de mujeres. Y, a pesar de que fue el momento en el que más placas se colocaron en los edificios, el desequilibrio entre géneros es palpable. Solo 10 de las 96 que se colgaron entonces fueron para ellas: Fornarina Consuelo (cantante), Ana Princesa Eboli (noble del siglo XVI), Rosa Chacel (escritora), Santa Teresa de Jesús (religiosa), María Zambrano (filósofa y ensayista), Juana de Austria (infanta), Emilia Pardo Bazán (escritora), María de Austria (infanta), Mariana de Jesús (religiosa) y Santa María de la Soledad Torres Acosta (religiosa).
Y en estos 35 años, la tendencia ha sido la misma. Solo en 1999, 2006, 2017 y 2020, las mujeres fueron más que los hombres. Pero el cómputo general no ha sufrido grandes cambios. De las 478 placas, 327 son de hombres y 71 de mujeres. Es decir, solo una de cada diez recuerdan a una mujer. Además, hay dos placas mixtas -la de Galindo y Ramírez y otra para los Reyes Católicos- y el resto, son de lugares emblemáticos. Como el distintivo que decora el número 25 de la calle Preciados para recordar que el primer establecimiento Rodilla de la ciudad se abrió allí en 1939. De hecho, hay más placas para lugares icónicos de la capital que para mujeres ilustres: 75 frente a 71.
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