"Piquito" no es igual que "besito": la contradicción de Rubiales que ha jugado en su contra

PorMarketing Social Media -


La decimoctava acepción de “pico” en el diccionario define la palabra como “beso superficial en los labios”. Este significado ha merecido el interés del juez que ha condenado por agresión sexual a Luis Rubiales por besar sin consentimiento a la jugadora Jenni Hermoso. El expresidente del fútbol español siempre defendió que antes de acometer el hecho le preguntó a la futbolista si le podía dar “un piquito”. Pero en el juicio cambió su versión a “besito”. El juez destaca esta “contradicción” en la versión del ahora condenado y explica por qué no es lo mismo.

El juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández Prieto, no llega a citar a la Real Academia Española (RAE) en su sentencia, pero se detiene en explicar por qué la cuestión semántica es relevante para analizar la versión de Rubiales. Destaca el magistrado que “en el lenguaje habitual se utiliza la expresión ‘pico’ en referencia exclusiva al beso dado en los labios”. Es una “expresión específica de la genérica de beso”, que a diferencia de pico, se emplea para referirse “a los que se dan en la cara o en cualquier otra parte del cuerpo, incluso en la boca”.

Rubiales, condenado a una multa por el beso a Jenni Hermoso
Rubiales, condenado a una multa por el beso a Jenni Hermoso

Cinco días después de los hechos ocurridos en la final del mundial femenino disputada en Australia en agosto de 2023, Rubiales convocó a la asamblea de la RFEF. Ya se encontraba cercado por la indignación que había causado su actitud en la final, en la que también se llevó la mano a sus genitales a pocos metros de la reina Letizia para celebrar la victoria. Su dimisión era un clamor.

La mayoría de asambleístas acudió pensando que el dirigente iba a anunciar su marcha porque en la previa su entorno lo había filtrado a los medios. En caso de que no hubiese habido quórum suficiente, la reunión no se habría podido celebrar. Pero ya con el salón lleno, Rubiales anunció de forma enérgica su negativa a dimitir, culpó al "falso feminismo" de la campaña en su contra y dio su versión de los hechos: “Nos abrazamos y yo le dije ‘olvídate del penalti, has estado fantástica y sin ti no hubiésemos ganado este mundial’. Y yo le dije ‘¿un piquito?' y ella me dijo ‘vale".

Esta misma versión la mantuvo después, cuando tuvo que declarar por primera vez en la Audiencia Nacional. Así lo recoge ahora el juez en la sentencia: “Ante el juzgado instructor se refiere a ‘piquito’, y en acto del plenario se refiere a ‘besito’, contradicción que se le pone de manifiesto en el acto del juicio para que la explique, respondiendo que no existe tal contradicción, pues un beso y un pico es lo mismo”. Rubiales dijo que eran sinónimos minutos después de escuchar el testimonio prestado por un presunto perito especialista en leer los labios que él mismo había citado para que declarase a su favor.

El perito admitió que no existe una titulación oficial para su labor, dijo tener experiencia y haber colaborado con las fuerzas de seguridad en otros casos, pero ante las preguntas de la Fiscalía admitió que solo fueron dos veces y no supo recordar en qué juzgados. El experto acreditó su experiencia en su condición de persona sorda.

Es de una asociación de Granada y también admitió que solo analizó un vídeo de TikTok sobre el beso, que además le había proporcionado un abogado de Rubiales. El propio juez valora este hecho en su sentencia: “Se desconoce de dónde sale el video de TikTok analizado por el perito, y por ende si se refiere a los hechos enjuiciados”. “En todo caso –añade– esa composición de TikTok no acredita nada con relación al consentimiento, desde el momento en que se desconoce qué pudiera haber contestado la mujer, que se encuentra de espaldas a la cámara”.

El perito que secunda la versión de Rubiales sobre el beso no tiene título y solo vio un vídeo de TikTok

Alejandro Requeijo
David Morillo dice que el presidente le preguntó a Jenni Hermoso si le podía dar "un besito", pero admite que no tiene titulación alguna y que solo le proporcionaron imágenes de la red social y otro de RTVE que no tenía calidad suficiente

Pero el perito dijo sin ningún género de dudas que lo que decía Rubiales era “besito” y no “piquito”. El juez concluye que “aún en el supuesto meramente dialéctico de que el acusado preguntara a la mujer si le podía dar un besito, y esta lo consintiera (que quede claro no se tiene como probado), no se explica de forma mínimamente convincente por el acusado en el juicio por qué razón el ósculo se lo da a Jenny en la boca y no en las mejillas, como se los dio al resto de las jugadoras”. Esta es la misma tesis que defendió la fiscal Marta Durántez en su exposición de conclusiones finales.

Al tiempo que el juez destaca la “contradicción” de Rubiales, en varias fases de su sentencia afirma que le da “plena credibilidad” a la jugadora en su relato para zanjar que el acto no fue consentido y que besar en la boca tiene una “clara connotación sexual”. La pena de multa de 10.800 euros es más baja de los dos años y medio de cárcel que pedían las acusaciones, que en concreto solicitaban un año por la agresión sexual ahora confirmada. El juez defiende que esta rebaja se debe a que el beso tuvo poca entidad si se compara con otros delitos sexuales.

Eso le sirve al juez para defender que el delito existe, aunque la jugadora celebrase la victoria con sus compañeras: “No puede obviarse que la agresión sexual de que es objeto la mujer tiene la intensidad que tiene y carece de virtualidad para anular la alegría en la mujer del éxito que acaba de conseguir y que quiere y desea celebrar a toda costa con todas sus compañeras”. En cualquier caso, el magistrado da por buenos los testimonios de sus compañeras que, ya desde la misma entrega de medallas, afirman que Jenni Hermoso dijo que no le había gustado.



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