
La Comunidad de Madrid invertirá 3 millones de euros en centros residenciales para jóvenes que sufren violencia
"Si tienes miedo a volver a tu casa es cuando tienes que salir", aconseja Paula (nombre ficticio para preservar su identidad). Ella es una de las jóvenes de entre 18 y 25 años que huyen de su casa tras sufrir violencia familiar: agresiones físicas, psicológicas o abusos. Al abandonar su casa, se refugió en uno de los centros residenciales de la Comunidad de Madrid para mujeres jóvenes víctimas de violencia. "Aquí van recuperándose de todas las secuelas que han vivido después de ser violentadas por la gente que debía cuidarlas", explica Belén Abriela, psicóloga de uno de estos puntos. Recuperar la autonomía para retomar su vida es el objetivo de este recurso regional.
"Todas llegan aquí víctimas de trauma complejo: un hecho impactante, del que antes de recuperarte, ya tienes el siguiente encima. Por ejemplo, te levantas con gritos de 'ojalá te mueras' y lo siguiente que te encuentras es que llega tu padrastro intenta abusar de ti y al día siguiente en el colegio te hacen bullying...", explica Belén sobre el contexto que padecen estas chicas al llegar al centro gestionado por la Fundación Mariana Allsopp. Esta situación repetida en el tiempo activa mecanismos de autodefensa que van desde el consumo de drogas hasta la autolesión: "Van entrando en una situación depresiva grave y no encuentran ayuda por ninguna parte".
"Se normaliza mucho eso: que es tu familia y tienes que consentirlo todo. Aunque sea tu familia, también ejerce violencia", resalta Pilar (nombre ficticio) otra de las jóvenes que residen en uno de los centros. Para romper con este ciclo, detalla la psicóloga, primero tienen que visibilizar lo que les está ocurriendo y ponerle nombre. "Lo más importante es identificar esta violencia que estás sufriendo y saber que no eres la culpable", resalta Pilar. En la misma línea, Jésica (nombre ficticio) expone que "como persona que sufre maltrato, casi nunca la culpa es tuya, pero te lo crees". Tras este proceso, el segundo paso es que alguien crea en su testimonio, ya que "se le resta mucha importancia" resalta Belén al hablar sobre las situaciones de violencia intrafamiliar.
Una vez se decide alejarse de esta violencia, para acceder a una de las 52 plazas de apoyo que la Comunidad de Madrid tiene habilitadas se puede hacer a través de los servicios sociales, como los trabajadores sociales de los ayuntamientos, por medio de los observatorios de Violencia de Género municipales, centros educativos o contactando con el 012. "Da miedo salir de casa, pero una vez salgas de casa ya no hay vuelta atrás, y no en un sentido malo. Vas a tener tanto apoyo que pensabas que jamás tendrías: no vas a estar sola", comenta Paula sobre su vivencia personal.
Aunque la recuperación es un proceso largo, conocer a otras jóvenes en el centro que pasan por su misma situación les ayuda en el camino. Eschar otras viviencia también les ayuda "a sentirse menos únicas" y a irse recuperando de "todas las secuelas que han vivido", comenta la psicóloga. Su estancia en estas residencias dura dos años. En este tiempo, explica la psicóloga "hacen un proceso maravilloso, mágico, se transforman, de repente sienten aquí que alguien las cree, que no son culpables de nada de lo que han hecho".
El trauma continuado afecta a la autoestima y a la autopercepción de estas jóvenes que deben realizar un esfuerzo para reconfigurar su sentimiento de culpa. Así, Paula explica el cambio que se experimenta tras "llegar con mala salud mental a salir pensando que se puede con eso e incluso puedo con más". Por ello, su consejo para todas las personas que atraviesan por una circunstancia similar es: "Intentad salir de casa, no os quedéis con gente que os ha hecho daño".
En estos recursos se ofrece apoyo psicológico, con una sesión de terapia individual a la semana, al menos, y reuniones grupales. Asimismo, se fomenta su autonomía personal en todos los ámbitos, reforzando la red social, aprendiendo a hacer una buena gestión de los ahorros, continuando con la formación académica. "Si no tenemos autonomía, volvemos otra vez a situación de dependencia", apunta Belén. Tras el tiempo de estancia se realiza un seguimiento individualizado.
Como forma de reforzar estos espacios, la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos sociales invertirá 3 millones de euros en cuatro centros residenciales para mujeres jóvenes que sufren violencia. "Queremos seguir dando a conocer a todas las mujeres que lo necesiten, que este tipo de recursos existen en la Comunidad de Madrid para que puedan acceder a ellos y pedir ayuda cua...