:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F81d%2Fba0%2Fee5%2F81dba0ee50c9df75ac21fba98ff48130.jpg)
La librería secreta de Madrid que no tiene ni redes sociales: "Hay cosas que no se encuentran en otros sitios"The Library, la gran tienda y vinoteca que necesitaba el barrio de Salamanca
Los coleccionistas y amantes de las rarezas literarias llegan a las puertas de esta librería madrileña un fin de semana cualquiera, donde saben que no se van a ir con las manos vacías. En su interior, una edición agotada o descatalogada espera para ocupar un nuevo hueco de su estantería. En pleno Barrio de las Letras de Madrid, el negocio hoy regentado por el nieto del fundador original, es uno de los templos con más encanto de los que hay ocultos en la milla literaria.
La Librería Miguel de Miranda (calle de Lope de Vega, número 19) deslumbra al visitante por su carácter anticuario, su diseño de doble altura y su escalera de caracol, pero si continúa atrayendo al público es, desde luego, por la extensa labor literaria que lleva realizando desde hace varias décadas. Fue fundada en 1949 por Miguel Miranda Vicente, el que fuera actor del Teatro Español, que realizó varias giras con producciones nacidas en este emblemático espacio, y apareció en películas como La mies es mucha, protagonizada por Fernando Fernán Gómez y Sara Montiel (José Luis Sáenz de Heredia, 1948), sin renunciar a su gran pasión: la lectura, con la que empezaría a dar forma a su negocio más longevo.
Poco a poco, la lectura fue convirtiéndose en su mejor aliada, devorando todos los libros y manuscritos que pasaban por sus manos. Su vida de casado coincidió con sus inicios como librero y bibliófilo, demostrando ser una persona culta y llena de sabiduría. Miguel de Miranda abrió su primer local en la calle del Prado, número 17, un rincón literario de vida al que acudían intelectuales de la época como Pío Baroja, compañero de tertulias de este apasionado de las letras.
Tres generaciones y una chispa de magia
Entre viejos legajos que había ido acumulando a lo largo de los años, sus clientes descubrían verdaderas joyas, desde el segundo emplazamiento de la librería, en la calle Lope de Vega, número 4, hasta su ubicación actual. La primera desprendía un aire bohemio, acompañada del crepitar del suelo de madera, seña inconfundible de su búnker literario, que yacía en el gélido sótano, de acceso restringido.
De sus paredes colgaban marionetas de circo infantil, y en el recorrido por sus interminables estanterías, una podía encontrarse con una decrépita máquina de escribir Remington. Miguel, el hijo de Miranda, quiso continuar con el negocio que levantó su padre, esta vez en la calle San Pedro, número 7, también en el Barrio de las Letras. Junto a la ayuda de su mujer Pilar Barrientos, y tras fallecer este en 1997, intentó mejorar su apuesta, siendo pionero de la digitalización del inventario y posteriormente cediendo el testigo a su hijo, encargado actual del establecimiento, y tercera generación familiar. Ubicada frente a la tumba de Miguel de Cervantes, esta librería septuagenaria invita al turista o madrileño a hacer un viaje al pasado y perderse entre sus tesoros para coleccionistas que descansan en sus estantes.
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